El apego a la 'máquina podrida'
El Meiac expone la obra de este uruguayo que deja constancia del presente y el pasado reciente del netart Brian Mackern hace historia del arte digital con su viejo ordenador
M. BARRADO TIMÓN
Sábado, 6 de febrero 2010, 03:20
Pocos usuarios serán capaces de sacar tanto partido a su viejo ordenador como el uruguayo Brian Mackern que lo elevó a la categoría de objeto artístico al jubilarlo. De hecho, en la exposición que ayer inauguró el Museo Extremeño Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) de Badajoz se exhibe, protegido por una reja, el viejo ordenador en el que el artista trabajó intensamente entre los años 1999 y 2004.
Decidido a que no terminase su vida como un montón de chatarra informática, Mackern organizó una subasta en Italia para ceder la vieja máquina y sus contenidos al mejor postor, pero la puja quedó desierta. Y ahí entra en juego el Meiac, que compró el aparato por el precio simbólico de 0,99 euros y se hizo de esta forma con lo que Mackern ha bautizado como la 'máquina podrida', que contiene parte de su obra y un documentado archivo de la reciente historia del arte hecho a través de la red, en Latinoamérica y en el resto del mundo. De hecho, Mackern es el autor de la Netart Latino Data Base, que es propiedad del Meiac.
En la exposición de Badajoz, el viejo portátil de Brian Mackern se muestra junto a un pequeño muñeco verde de plástico de los que suelen regalarle sus sobrinos y amigos y que se convierten en mascotas que le protegen cuando viaja.
Mackern acepta todo tipo de bromas sobre el extraño reciclaje que le ha hecho a su máquina. Dice que desprenderse de un ordenador es un momento conflictivo para cualquiera y que la idea de la subasta era tanto un subterfugio para decirle adiós como para obtener recursos para comprar uno nuevo.
Se muestra encantado de que el portátil haya sido adquirido por el Meiac y dice que aún está en perfecto uso. Aunque reconoce que la tecnología caduca de forma rápida hoy en día, destaca como otro valor explícito de esta máquina el que está adaptada a la exhibición de obras que fueron hechas para este tipo de tecnología y no podrían se mostradas por un ordenador nuevo.
Arqueología digital
La 'máquina podrida' muestra la dualidad del Brian Mackern artista digital que antes disfrutaba con el tratamiento de la madera y el Brian Mackern dispuesto a dejar constancia de un momento artístico prontamente caduco.
«Es raro hablar de arqueología digital porque sólo hablamos de diez o quince años atrás, pero la aceleración tecnológica ha hecho que cada año se agrande y se multiplique. Y un año en la tecnología pueden ser como diez años de la vida».
«Recuperar todo eso me ha llevado a trabajar como arqueólogo y como historiador, que son términos muy academicistas con los que me gusta jugar -declara. Ha sido como recuperar procesos propios, muy relacionados con la persona y lo individual. Y yo tuve la suerte de haber convivido con momentos históricos del arte digital que fueron muy importantes hacia el año 98, 99 o el 2.000, momentos en que se juntaban muchos artistas que hoy son referentes».
La 'máquina podrida' llegó a acumular tal cantidad de datos que las pantallas que los exhiben los muestran de forma acelerada y, aún así, «podríamos alimentar de contenidos a todo el espacio del museo», asegura el artista.
En dichas pantallas se pueden ver de forma sucesiva -según explica el comisario de la muestra Nilo Casares- los directorios del ordenador o las diversas navegaciones que Mackern hizo por las obras y artistas de referencia del netart, tanto latinoamericanos como no latinoamericanos. Además están las relaciones de artículos sobre este arte, dos pantallas con la obra digital del artista uruguayo y otras más con las obras hechas en colaboración con otros autores.
En las vitrinas hay elementos como discos, y folletos y en un monitor se ve la imagen de una cámara que vigila continuamente la jaula de la 'máquina podrida'.
Mackern dice que la data base latinoamericana aspira a conseguir una visión americanista en la que la historia haya dejado de «estar contada por el norte». «Ese interés de recuperar esta visión surge como el deseo, no de confrontación, sino de establecer historias paralelas a los mismo periodos temporales a los que se refieren los académicos del norte y que nos dan como una verdad absoluta».
red(e).ib
La relación del Meiac con el arte digital no se agota con esta exposición. El museo ha puesto ya en marcha un nuevo proyecto denominado red(e).ib que va más allá de la labor de testimoniar el listado de los practicantes de este arte y pretende «impulsarlo, mediante la creación de una red de espacios de producción del arte digital», dice Nilo Casares.
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