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La muerte en tiempos digitales: nuevos espacios para el duelo

La muerte en tiempos digitales: nuevos espacios para el duelo

«Antes, cuando nuestras abuelas perdían a un familiar, vestían de negro, llevando luto varios años; ahora estas plataformas cubren esa necesidad de expresar socialmente la pérdida», señala una experta en Psicología

Isaac Asenjo

Madrid

Sábado, 8 de febrero 2020, 07:22

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Las posibilidades de las redes sociales son tan extensas que ayudan a retomar la vida cuando ésta te golpea con todas sus fuerzas. La muerte fulminante de su marido dejó a Giuliana devastada y sola con dos hijas pequeñas. Superar un día tras otro ponía a prueba su resistencia y su imaginación hasta que descubrió a través estas plataformas digitales una vía de comunicación inmediata y multiplicadora para transitar por el duelo. Ella es el personaje protagonista del libro 'La vida era eso' de la escritora Carmen Amoraga (Premio Nadal 2014) y trata la muerte en tiempos digitales, las nuevas formas de comunicarse, así como los nuevos espacios para el luto.

No hay duda de la importancia para el proceso de duelo en nuestra vida conectada. «Antes, cuando nuestras abuelas perdían a un familiar, vestían de negro, llevando luto varios años; ahora estas plataformas cubren esa necesidad de expresar socialmente la pérdida», señala señala Montserrat Lacalle Sisteré, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Así, las plataformas según la experta pueden ser una eficaz herramienta de apoyo en este proceso, y una de las razones es que por medio de ellas hemos podido recuperar la manifestación del luto como vivencia social.

Los expertos afirman que somos una sociedad para la que la muerte sigue siendo un tabú. Sin embargo, «cada vez hay más personas que hablan públicamente de sus sentimientos por la pérdida de un ser querido en redes sociales, mostrando abiertamente cómo se sienten», señala Lacalle.

Apoyo y abrazos virtuales

El compartir lo que uno piensa y siente ante los demás «puede validar lo que estás sintiendo y ayudarte a resituarte y a ver qué posición tienes ahora delante de los otros: viudo o viuda, huérfana o huérfano… Hay identidades que se construyen psicológicamente mediante la mirada del otro: cómo me siento yo cuando me expongo socialmente. Facebook o Twitter pueden hacer un buen trabajo en esa área, aunque siempre teniendo en cuenta que cada persona es única e individual, y establecer un patrón es difícil».

En esta idea se apoya Mireia Cabero Jounou, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, al afirmar que la comunidad virtual puede servir de apoyo a una persona en proceso de duelo, especialmente en determinadas circunstancias. «Aprender a aceptar la ausencia constante de una persona querida y a convivir con este vacío requiere tiempo y fórmulas personales. Una de ellas puede ser compartir el proceso de duelo y el recuerdo de la persona amada mediante las redes sociales, algo que resulta efectivo en muchos casos si la soledad del dolor duele demasiado y la persona necesita compartir el proceso y el recuerdo acompañada de su comunidad virtual, o si necesita de la acogida y el abrazo virtuales de las personas que siguen su proceso en las redes. Esto puede ayudar si siente que en su vida presencial el cariño no es suficiente», explica.

En Internet fallecer no es un problema. Las cuentas permanecen en el tiempo y no se cierran por inactividad como ocurre con los correos electrónicos. Los perfiles siguen ahí y en millones de muros, los cumpleaños se siguen anunciando. En muchas ocasiones, el perfil permanece tal como la persona lo dejó. Algunas redes sociales, como Facebook o Twitter, tienen protocolos especiales que seguir llegado el caso.

Hace tiempo que Facebook ofrece la opción de tener un contacto de legado al que traspasar toda la información una vez se notifique la muerte del usuario. Además, es la persona que administrará nuestra cuenta si esta pasa a ser algo parecido a un obituario online, una página conmemorativa. Esta función se activa cuando los familiares notifican a Facebook que el usuario ha muerto, y a su vez el contacto de legado puede eliminar completamente la cuenta. Los usuarios pueden decidir con anticipación qué quieren que suceda con sus cuentas cuando fallezcan, si eliminarlas o mantenerlas como recuerdo para amigos y familiares. Hay que entrar en Configuración, Seguridad, contacto de legado, y pulsar la opción 'eliminación de la cuenta'.

La compañía creó el año pasado un apartado específico para homenajear al familiar o amigo fallecido, más acciones de control para los administradores póstumos y el uso de la inteligencia artificial para evitar situaciones desagradables como recibir una notificación por el cumpleaños de un difunto o invitaciones a eventos.

También las leyes empiezan a reconocer lo importante que es nuestra existencia digital para nuestros seres queridos después de morir. Hay start-ups que permiten a la gente crear 'un testamento digital' que sólo libera el acceso a las cuentas de redes sociales y bienes digitales a un ejecutor designado. Algunas funerarias ofrecen el servicio de recuperación del legado digital del difunto.

Cuando un usuario de Twitter muere puede avisar del fallecimiento un familiar directo o una persona autorizada. Se puede pedir que se elimine la cuenta enviando un formulario, tras lo cual la red social pedirá más información sobre el fallecido, una copia del DNI de quien lo pide y otra del certificado de defunción. La información se destruye tras haber sido revisada. En Instagram cualquier usuario puede informar de la cuenta de un usuario que ha fallecido, y los familiares directos del difunto pueden solicitar que se convierta en conmemorativa rellenando un formulario, tras haber recibido algún documento que certifique el fallecimiento, como una necrológica. En este caso se bloquea la cuenta y la red social intenta evitar que aparezcan en Instagram referencias a las cuentas conmemorativas, por lo que no aparecen en la búsqueda ni en 'Explorar'. Instagram no proporciona los datos de acceso a las cuentas conmemorativas y recuerda que no se puede acceder a la cuenta de otra persona. Los posts que hubiese subido el propietario de la cuenta permanecen en Instagram y puede verlos la audiencia con la que se compartieron.

No obstante, no siempre el espacio virtual sirve de herramienta de apoyo para afrontar el duelo. Todo depende de la razón por la que uno decida compartir su dolor en las redes. «Si a mí me apetece compartir fotos o escribir porque siento la necesidad de hacerlo, ayudará. Pero si lo hago porque pienso que es lo que toca, es muy posible que no me esté ayudando nada», señala Lacalle Sisteré. Tampoco es efectivo, según Mireia Cabero Jounou, cuando se comparte el dolor con fines que no son realistas en el medio virtual, como creer que se va a recibir más apoyo del que se consigue en realidad. «En caso de que publicar en las redes posts sobre el fallecido aumente el dolor en lugar de calmarlo, o dificulte continuar con el proceso natural del duelo, que consiste en aceptar la muerte, convivir con ella y reconstruir la vida, las expresiones de sentimientos en plataformas sociales también pueden llegar a ser contraproducentes», señala Cabero Jounou.

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