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Una captura de 'Sunset Overdrive'.
Las locuras de 'Sunset Overdrive'

Las locuras de 'Sunset Overdrive'

Acción, 'grindeo' y mucho sentido del humor es lo que se puede encontrar en el título que Insomniac Games ha desarrollado en exclusiva para Xbox One

Iker Cortés

Domingo, 14 de diciembre 2014, 07:48

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Un año llevan en el mercado Xbox One y PlayStation 4 y lo cierto es que, echando la vista atrás, resulta curioso observar los paralelismos en las propuestas jugables de ambas máquinas. Que Sony lanza 'Killzone: Shadow Fall', Microsoft responde con 'Halo: The Master Chief Collection'. Si desde Redmond se apuesta por 'Forza Motorsport 5' y 'Forza Horizon 2', los japoneses hacen lo propio con 'Driveclub'. Y como hacía falta cubrir el nicho de los juegos de acción en tercera persona y en un mundo más o menos abierto, Sony optó por 'Infamous: Second Son', mientras Microsoft se aseguraba la exclusiva de 'Sunset Overdrive', el primer juego de Insomniac Games para el universo Xbox -hasta ahora la compañía solo hacía títulos para las plataformas de Sony-.

Y hacía años que los de California no estaban tan acertados -desde luego la serie 'Ratchet & Clank' está en horas bajas y 'Resistance' nunca fue lo que prometía-. El punto de partida coloca al héroe del videojuego, un arquetipo al que el jugador puede moldear y caracterizar a su antojo, como el barrendero de una rave en la que Fizzco, una gran multinacional, está presentando su nueva bebida energética: Overcharge Delirium XT. El refresco tiene, sin embargo, un efecto secundario: convierte a los que lo beben en monstruos de todo tipo y condición -excelente trabajo el de Insomniac en el diseño de los enemigos, por cierto-.

El modo cooperativo

  • 'Sunset Overdrive' cuenta con un modo cooperativo llamado 'Pelotón de caos' que permite crear grupos de dos a ocho jugadores que tendrán que colaborar enfrentándose a oleadas de enemigos y recogiendo objetos a lo largo de distintas misiones. Lo cierto es que parece más bien un intento apresurado de Insomniac por entregar un juego con la pertinente modalidad online.

  • Si bien, las partidas son entretenidas. ¿Lo bueno? Todas las armas y las mejoras que consigamos en el multijugador se trasladarán a la campaña para un jugador y al reves.

La comparación con 'Infamous' no es gratuita porque el protagonista cuenta entre sus poderes con una extraordinaria agilidad que le permite grindar por cables de alta tensión, barandillas, raíles y casi cualquier elemento del escenario -'Jet Set Radio' parece también otra fuente de inspiración-, además de realizar saltos y dobles saltos, rebotar sobre los vehículos, caminar por las paredes y alcanzar las azoteas de la ciudad en un santiamén. Es uno de los pilares de las mecánicas del juego. El otro reside en las armas, tan ingeniosas como siempre en el caso de Insomniac: aspersores de ácido para derretir a los enemigos, drones, lanzadores de discos de vinilo y un larguísimo etcétera.

De la combinación entre ambas facetas, dependerá el éxito de nuestras acciones. Lo cierto es que al principio cuesta cogerle el punto. El juego y sus enemigos -además de los ciudadanos de Sunset City convertidos en monstruos, hay robots de Fizzco, y mercenarios que quieren su pedazo del pastel- te obligan a estar en constante movimiento -recuerden que el centro de todo lo que se ha liado es una bebida energética- y no es fácil, pero con la práctica se acaba dominando la situación. Armas y habilidades se pueden potenciar a medida que se progresa en el juego, dando al jugador más ventajas, si bien su utilización resulta algo confusa -los menús no son el fuerte del juego.

Humor macarra

Pero la verdadera razón por la que 'Sunset Overdrive' aguanta tan bien el tipo durante todas las horas de juego, que no son pocas, es porque nunca se toma a sí mismo en serio. A diferencia de 'Infamous' -repito, es inevitable compararlos-, el título de Insomniac evita ponerse grave y juega constantemente con la idea de que es un juego. Comentarios como 'No tiene ningún icono sobre la cabeza, ¿debo perseguirlo?' o 'Si esto fuera un videojuego, ahora aparecería el inventario' lograrán más de una carcajada, al igual que la forma en la que regresa nuestro protagonista a la vida cada vez que muere.

Es un humor macarra, que casa perfectamente con el colorido y el brillo de los escenarios de una ciudad que, aparte de enemigos, parece estar muerta. Los personajes secundarios, a los que tendrás que ayudar a lo largo de la aventura, ponen mucho de su parte para que las risas sean ya épicas. La música, guitarrera, garajera y punky -ey, que Buzz Osborne, de Los Melvins, tiene un cameo- le sienta como anillo al dedo y, de hecho, hay varios momentos de silencio musical que quedan tremendamente raros. ¿La pega? Pues como ocurre con muchos 'sandbox' las misiones acaban haciéndose repetitivas: encuentra este elemento, asa estas palomas -vale, ésta es original-, escolta a esa persona, mata a mil bichos... La clave es que aquí el humor y lo absurdo de la historia te empuja a seguir tirando del hilo de un título que probablemente de pié a una nueva franquicia para Xbox One. Y una muy interesante.

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