Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Alex Goode fue decisivo en la remontada de su equipo ante el Leinster irlandés. :: afp
Y al tercer día 'resucitó'

Y al tercer día 'resucitó'

Alex Goode, mejor jugador de Europa de rugby y estrella del tricampeón continental, celebra el título con una juerga de 72 horas. Ni se quitó su equipación para seguir trasegando cerveza

ANTONIO CORBILLÓN

Viernes, 17 de mayo 2019, 09:30

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Over and out» (Cambio y corto). Lenguaje telegráfico para poner fin a la parranda deportiva más larga que se recuerda. Tres días de cervezas y farra que acabaron a gatas para Alex Goode, el mejor jugador del rugby europeo 2019. El zaguero de los Saracens de Londres remató este martes 72 horas de desenfreno en las que bebió más pintas de medio litro que un británico convencional durante un año, según confirman algunos de sus compañeros.

Todavía vestía el traje completo de su equipo, con el que había logrado el sábado el título continental tras vencer en Newcastle a los irlandeses del Leinster (20-10). Camiseta, pantalón y medias rojas. Su protector bucal apareció enredado entre sus calcetines. En tres días ni siquiera se quitó sus brillantes botas de un amarillo chillón.

Goode comenzó su particular ruta de la birra junto a sus colegas Sean Maitland, Nick Isiekwe y Mako Vunipola. Los tres fueron compartiendo imágenes de su peregrinar. Y el zaguero (también puede jugar de apertura) decidió mostrar con orgullo sus colores y no cambiarse de ropa ni vestirse de calle.

Durante horas, encontró momentos de sosiego para ir publicando los locales en los que entraban. Alex incluyó también la dirección de una casa en la que iban a asistir a una fiesta, por si algún simpatizante quería sumarse. El lunes, 48 horas después, aún tuiteó «Botas puestas, amarradas, protector de goma, estamos avanzando», en lo que parecía la traslación de lo que ocurre entre los 30 jugadores que se enfrentan durante un partido de rugby.

A pesar de ser el club más laureado de Europa, con tres títulos continentales en cuatro años, el resto de los 'Sarrie', como se les conoce, se mostraron más comedidos. «Not sure how he's still alive» (No estoy seguro de cómo sigue vivo), escribió en su Instagram Nick Isiekwe, joven talento del equipo campeón británico y europeo. Lo hizo sobre una foto en la que Alex Goode apuraba otra pinta de medio litro durante su periplo por los pubs de Saint Albans, un suburbio del norte de Londres.

Goode incluso se anunció en un 'hastag' como #LastManStanding (Último hombre de pie). Por fin, después de otro mensaje en el que ponía fin al desenfreno, publicó una foto con todo su atuendo deportivo tirado en el suelo. El jugador había cumplido 31 años unos días antes, pero no pudo celebrarlo en las vísperas de la gran final. Así que, tras ganar los títulos individual y colectivo, tenía muchos motivos para estirar la fiesta.

Sin quitarse la equipación, el zaguero prometió que sería el último hombre de pie. Cumplió con creces.
Sin quitarse la equipación, el zaguero prometió que sería el último hombre de pie. Cumplió con creces. AFP

Puede que también tuviera alguna pena que ahogar, como la frustración por no ser convocado desde hace años por el seleccionador inglés, Eddie Jones, a pesar de ser un jugador especial. El rey de Europa. Incluso se ha especulado, medio en broma, con que se marcharía a jugar a la liga gala. Aunque solo fuera porque su madre, Sarah, es profesora y filóloga de francés. «Ha sido una parte increíble de mi vida y ganar con estos muchachos es un sentimiento maravilloso. Amo este equipo», insistió Goode cuando todavía estaba sobrio.

Ayer comenzaba lo que se presupone una larga resaca. En su entorno se cuestionan cómo llegará a los entrenamientos antes del partido final de la Premiership este sábado contra el Worcester.

Cerveza lubricante

La cerveza es la bebida nacional del país del rugby. El aceite que lubrica el llamado 'tercer tiempo'. Todos los jugadores presumen de ser unos caballeros que embisten, placan y agarran con deportividad. Y eso debe quedar aún más claro cuando acaba el partido y llega el momento de confraternizar. Los dos equipos se juntan para beber (por supuesto, unas cervezas) y ahogar cualquier disputa vivida dentro del terreno de juego.

Sobre el papel de un buen espumoso de malta y lúpulo hay muchas leyendas. Una de ellas cuenta que en 2013, en el Aviva Stadium de Dublín, Nueva Zelanda ganó 'in extremis' a Irlanda. Cuando el utillero irlandés entró en el vestuario visitante para limpiarlo, se encontró al capitán Richie McCaw, dos veces campeón del mundo, y a otras grandes estrellas del equipo barriendo y fregando. «¿Qué estáis haciendo? A nosotros nos pagan por limpiar esto», les dijo el empleado. Richie no dudó: «Solo queremos dejar esto como lo hemos encontrado, así que siéntate si quieres y tómate una 'Guinness' mientras terminamos».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios