La sanidad privada llama a emprender una reforma urgente del sistema de salud

La Fundación IDIS considera que el sistema sanitario ya mostraba claros síntomas de fragilidad antes de la crisis de la covid-19, pero que los efectos de la pandemia los ha sacado a la luz: dificultades de coordinación, aumento de listas de espera -700.000 personas con 120 días de espera media-, incremento de exceso de mortalidad por todas las causas, inequidad entre comunidades autónomas, problemas de cohesión y financiación, o carencias en la cooperación estratégica con el sector privado, entre otros. «Es necesario acometer reformas cuanto antes; con este manifiesto pretendemos expresar lo que es un clamor desde hace mucho tiempo en el sector sanitario», aseguró Juan Abarca, presidente de la fundación.

El encargado de resumir los diez puntos de la propuesta fue el vicepresidente, Ángel de Benito. «Este sistema debe procurar obtener los mejores resultados sanitarios, sociosanitarios y de salud basados en atributos de calidad, seguridad, eficiencia, facilidad de acceso, resolución asistencial y experiencia percibida, a la vez que aprovechar todos los recursos disponibles independientemente de su titularidad, ya que solo de esa forma se podrá lograr un sistema sanitario solvente, sostenible y competitivo que ejerza el liderazgo que le corresponde».

El primer punto del manifiesto insta a tener una asistencia sanitaria de calidad. «Es necesario apostar por la continuidad asistencial centrada en los pacientes y con la participación de los profesionales, donde se prioricen los problemas urgentes (listas de espera, adaptación a crónicos complejos), y se tenga en mente la creación de una Agencia de Salud Pública y un plan frente al rebrote de la pandemia», detalló Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS.

El documento, en segundo lugar, insiste en la necesidad de contar con la participación de los pacientes y sus representantes a todos los niveles y medir su experiencia. En este sentido, propone la posibilidad de implantar herramientas digitales y de facilitar el acceso a los datos de la historia clínica electrónica que son propiedad del paciente.

Consideran que los profesionales sanitarios son el mejor activo del sistema, pero creen que están «exhaustos, sobrepasados y enfadados por la precariedad y la falta de personal». Por ello, animan a cuidar sus condiciones laborales «favoreciendo la mejora de los roles, la profesionalización y el reconocimiento a los objetivos conseguidos». Su cuarta propuesta es la necesidad de que la sanidad sea colaborativa, «que cuente con todos los agentes del sector, incluidos los recursos privados, para lograr los mejores resultados sanitarios y de salud dentro de un sistema sanitario suficiente y sostenible». «Hay que priorizar la colaboración público privada», resumió Abarca.

«Un aspecto que esta iniciativa que hoy presentamos recoge como fundamental es la equidad, que debe subyacer en el acceso a la innovación en materia de pruebas diagnósticas, tratamientos y terapias, entre otras, independientemente del lugar de residencia. Asimismo, es fundamental que la financiación pública garantice la cobertura de la cartera de servicios en todas las comunidades autónomas. Pero también es clave la eficiencia. Es preciso que las organizaciones tengan capacidad de gestión estratégica, económica y de personal, de tal forma que se reconozca el esfuerzo y cumplimiento de objetivos y resultados», aseguró Marta Villanueva.

La Fundación IDIS considera que el sistema sanitario tiene que estar abierto a planes y reformas basados en la investigación y la innovación responsable y cree en la digitalización de sus procesos. Estima prioritario realizar una transformación digital -«como obligación, no como opción»- y que se actualice el parque tecnológico y se desarrollen planes asentados en las tecnologías de la información y en la medicina personalizada de precisión. Recuerdan que el 50% de la tecnología instalada en los centros sanitarios españoles tiene más de diez años.

Su novena propuesta es la necesidad de transparencia. Recomiendan crear una Agencia de Información, Evaluación y Calidad con la colaboración de todos los agentes implicados para medir y comparar resultados sanitarios y seguir mejorando.

El último punto del documento, pero como remarcan quizás el más esencial, es asegurar una financiación adecuada del sistema público, en línea con lo que gastan los países punteros de la UE, que atienda a las necesidades de la atención primaria y la especializada y de la asistencia sociosanitaria, reforzando el fondo de cohesión interterritorial. La financiación sanitaria en España cae desde 2008 y está punto y medio por debajo de la media de la OCDE (6,3% PIB frente a 7,7%).