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Turistas chinos en San Petersburgo EFE
Rusia cierra sus fronteras a los ciudadanos chinos por miedo al coronavirus

Rusia cierra sus fronteras a los ciudadanos chinos por miedo al coronavirus

Tatiana Gólikova, viceprimera ministra, explicó que tan tajante decision se hace extensiva «a los viajes privados, de negocios, estudios y turismo»

rafael m. mañueco

Moscú

Jueves, 20 de febrero 2020, 11:38

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La medida del Gobierno ruso anunciada el martes, de prohibir la entrada en Rusia de ciudadanos chinos para, según explicó la viceprimera ministra, Tatiana Gólikova, evitar la propagación del COVID-19, ha entrado hoy en vigor. Gólikova aclaró que tan tajante decisión se hace extensiva «a los viajes privados, de negocios, estudios y turismo». Señaló al mimo tiempo que «sólo se permitirá la entrada de pasajeros -chinos- en tránsito».

Ayer miércoles, el Ministerio de Exteriores ruso precisó que, no obstante, sí podrán acceder a territorio ruso los nacionales chinos que viajen «por vía oficial o por motivos laborales y humanitarios». Se reiteraba que los que pasen por Rusia en tránsito hacía terceros países tampoco sufrirán ningún impedimento. Una fuente del Gobierno ruso ya adelantó el martes que los chinos con permiso de residencia en Rusia a tenor de contratos laborales tampoco se verán afectados.

De manera que el impacto del cerrojazo fronterizo ruso a sus vecinos orientales va a golpear fundamentalmente al sector del turismo. Las riadas de turistas chinos visitando la Plaza Roja de Moscú o el Museo del Hermitage de San Petersburgo desaparecerán en los próximos días. El gran país oriental es el que más turistas envía a Rusia.

La Asociación de Tour Operadores de Rusia (ATOR) calcula que la industria turística del país sufrirá perdidas durante los meses de febrero y marzo por valor de casi 3.000 millones de rublos (más de 40 millones de euros) y sostiene que, ya antes del cierre de las fronteras, las restricciones a los viajes de ciudadanos chinos, mediante la suspensión de la emisión de visados y la anulación de vuelos chárter y líneas regulares, comenzaron el 28 de enero.

La ATOR asegura en un comunicado que «con un coste medio por viaje y turista chino de 460 euros (sin incluir el transporte aéreo), sólo en febrero los operadores turísticos rusos perdieron ingresos por valor de 1.400 millones de rublos», cantidad que equivale a más de 20 millones de euros. La nota subraya que la estimación de pérdidas para marzo será también de unos 20 millones de euros.

Los operadores ruso alertan además de que «si las perspectivas negativas se materializan y los grupos chinos no regresan a Rusia en la temporada de verano, las pérdidas de la industria de viajes rusa, sin contar el dinero que dejan en los sitios que visitan en compras, entradas para espectáculos y otros conceptos, podrían alcanzar los 31.200 millones de rublos entre mayo y septiembre» (unos 452 millones de euros).

Según ATOR, en 2019, un millón y medio de turistas chinos visitaron Rusia. Al menos el 75% de ellos llegó al país de mayo a septiembre, pero de enero a mayo vinieron alrededor de 40.000 turistas cada mes. En 2020, los analistas esperaban un aumento del turismo chino de al menos un 10%, es decir, se esperaban aproximadamente 45.000 personas por mes. Además, según la misma fuente, los turistas chinos gastan al año en Rusia en torno a 6.000 millones de rublos (87 millones de euros). La ATOR cree que entre el 50 y el 60 por ciento del flujo turístico desde China podría compensarse a expensas de los ciudadanos de Europa y Oriente Próximo, pero con precios más bajos.

Trabajadores, comercio y estudiantes

Pero el turismo no va a ser el único sector afectado. La recepción de documentos, su procesamiento y la emisión de invitaciones para que ciudadanos chinos puedan trabajar en Rusia también se han suspendido temporalmente por culpa del brote de coronavirus. Y es que muchas fábricas, negocios y empresas de construcción de las regiones del Extremo Oriente ruso contratan mano de obra china y esperaban la llegada de nuevos trabajadores.

El pasado lunes, el jefe adjunto del Servicio Federal de Aduanas de Rusia, Ruslán Davídov, declaró en una rueda de prensa ofrecida en la agencia TASS que la epidemia de COVID-19 «ha provocado una caída del comercio entre China y Rusia». Según sus palabras, «las exportaciones rusas a China han disminuido en casi un 30% desde principios de año mientras el volumen de las importaciones de bienes chinos a Rusia aumentó ligeramente en enero, pero en febrero se notó una disminución significativa».

Otro contingente que va a pagar las consecuencias de la epidemia son los estudiantes chinos. Se está disponiendo ya un sistema de educación a distancia, pero las restricciones en su país al uso de Internet les va a complicar las cosas. Estudiantes chinos de la Universidad de Ekaterimburgo, en declaraciones a la radio Eco de Moscú, se quejan de que no van a poder reanudar sus clases tras las vacaciones de fin de año. Además, a muchos se les caduca el visado dentro de tres meses y, para poder renovarlo, necesitaran una segunda carta de invitación, cuyo trámite se demora uno o dos meses. En tal situación, los que terminan este año la carrera no podrán acudir al «examen estatal» y quedarán privados del título. Por el momento, no se ha arbitrado ninguna solución para estos jóvenes.

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