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E.M.
El cáncer de mama, una enfermedad con nombre de mujer que también sufren los hombres

El cáncer de mama, una enfermedad con nombre de mujer que también sufren los hombres

Día Contra el Cáncer de Mama ·

Modesto M.B. y 'El Maño' han sufrido este tumor y se han curado, una experiencia que les ha hecho valorar más la vida y «vivir día a día»

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Sábado, 19 de octubre 2019, 11:00

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El cáncer de mama tiene nombre de mujer, pero también lo sufren los hombres. El 1% de los casos de cáncer en hombres diagnosticados al año son de mama, un porcentaje bajo pero suficiente para hablar de una enfermedad que es potencialmente mortal, aunque la mayoría de los casos se curen.

Así lo cree Modesto, un malagueño de 49 años al que le diagnosticaron el tumor en 2014 y que volvió a enfrentarse a él en 2015, tras una reaparición de la enfermedad. «Antes de que me lo detectasen no sabía que los hombres podían tener cáncer de mama», reconoce. Como él, muchos otros nunca han oído hablar del cáncer de mama masculino. «Cuando estaba con el tratamiento y hablaba con algún hombre la mayoría pensaban que les estaba tomando el pelo. Me decían que eso era de mujeres, pero no es así. Yo también lo pensaba, pero por desgracia lo he pasado y creo que debería hablarse más de ello. Lo peor es quedárselo dentro y pasar por ello solo».

Modesto descubrió que tenía un bulto en el pecho mientras se bañaba con su hijo de año y medio. «En un momento dado me agarró y me dolió muchísimo, y ahí fue cuando descubrí el bulto y fui al médico», cuenta. Aunque los nódulos son el síntoma más común de este tipo de cáncer en los hombres, existen otros como el cambio en el tamaño o la forma de la mama, hoyuelos o arrugas en la piel, hundimiento del pezón, secreción de líquido por el pezón –sobre todo si es con sangre-, o piel escamada, enrojecida o hinchada en la zona de la mama, el pezón o la areola.

«Una vez diagnosticado todo fue muy rápido», expresa Modesto, que se siente muy agradecido de que, por aquel entonces, su familia contase con un seguro privado, que habían contratado durante el embarazo, que agilizó mucho la intervención. «Era septiembre de 2014 y en noviembre ya estaba operado», dice. Después empezó con quimioterapia, hasta que en marzo de 2015 tuvo una recaída y le volvieron a operar. Actualmente tiene extirpados varios gánglios de la axila derecha y tiene hecha una mastectomía, también en ese lado, pero dice sentirse bien y «muy joven». Todavía le queda un año de tratamiento.

Entre el 5 y el 10% de todos los casos de cáncer de mama detectados son hereditarios

En cuanto a cómo se tomó la noticia, admite que, la primera vez, mantuvo la entereza por su mujer y su familia, pero que la segunda le costó más. Aún así, destaca que fue pensar en su hijo lo que le dio fuerzas para seguir adelante. «Era muy pequeño y quería verle crecer, llevarle al colegio, a sus extraescolares…», relata emocionado. La Asociación del Cáncer de Mama de Málaga (ASAMMA), donde recibió ayuda psicológica, también fue un gran apoyo para él, y lo sigue siendo. «Siempre que voy me tratan genial», dice.

El malagueño considera que atravesar la enfermedad le ha servido para «vivir día a día» y no preocuparse tanto por el largo plazo.

Un cáncer hereditario

La historia de 'El Maño', un turolense de 67 años, jubilado y afincado en Madrid, que ha preferido preservar su identidad, no es exactamente la misma. Él sí que conocía la enfermedad, porque antes la sufrió su padre, aunque cuando le salieron los nódulos en la mama no lo relacionó. «Al principio no le di importancia, pero cuando me salió el tercer bulto ya sí que me planteé ir al médico», recuerda.

El cáncer de mama hereditario representa entre el 5% y el 10% de todos los casos detectados. La genética es un factor de riesgo, pero también hay otros, como haber recibido radioterapia en la zona mamaria o presentar mutaciones en genes como el BRCA2, algo que también le ocurre a 'El Maño'.

Así como el diagnóstico de Modesto fue rápido, a 'El Maño' le llevó más tiempo y muchas más pruebas, pero una vez descubierta la causa todo fue rodado. Las mamografías, las ecografías, las resonancias magnéticas, los estudios bioquímicos de la sangre y las biopsias son los métodos más frecuentes para detectar este tipo de cáncer.

«Estas cosas hay que tomárselas con determinación, es un pequeño tropezón y luego hay que seguir adelante»

'El Maño' (superviviente del cáncer de mama)

Su tratamiento empezó con quimioterapia y más tarde le operaron. Él confió en la Sanidad Pública y considera que siempre recibió «la información oportuna». También reconoce que se siente «contento por lo bien que le trataron» y que su oncóloga es «una eminencia y un cielo de persona».

El cirujano que estudió su caso le recomendó extirparse las dos mamas, dos tercios de los gánglios y los pezones para reducir los riesgos de reaparición, dándole la posibilidad de tatuarse estos últimos más tarde. «Ya buscaré dos chapas de cerveza, que ya no tengo edad para tatuajes», fue su respuesta. Una filosofía que ha mantenido durante toda la enfermedad. «Estas cosas hay que tomárselas con determinación, es un pequeño tropezón y luego hay que seguir adelante», afirma.

Tampoco le tiene miedo a recaer. «Si le doy muchas vueltas a la cabeza con que me va a volver a salir al final me saldrá, así que mejor pienso en si me compro una moto más grande, si me voy de vacaciones o si me tocará la lotería este año. Lo mejor es olvidarse y vivir sin preocuparse. Hacer caso al médico, comer mejor, hacer ejercicio…». Y eso mismo hace él, disfrutar de las pequeñas cosas como pasear a su perra, salir a tomar unas cervezas con los amigos y llevar caramelos a la asociación del cáncer de mama del hospital cuando pasa por allí. «El cáncer me ha dado un empujón para vivir lo que me queda de vida con más alegría. La vida es efímera y el día menos pensado puedes irte al otro barrio, así que mientras estemos aquí, pasémoslo bien», concluye.

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