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Profesores multifunción

En el Día del Maestro: merecemos la dignificación de la labor docente, y nos queda la lejana recompensa de que alguien nos recuerde con el mismo cariño con el que nosotros pensamos en algún buen profesor que nos mostró el camino

Mercedes Barrado Pacheco

Domingo, 25 de noviembre 2018, 23:36

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EL currículo, los temas, los apuntes, fichas, exámenes, ejercicios, programaciones, coordinaciones, tutorías, claustros, evaluaciones y clases. Todo esto no es lo único en el día a día del docente. En los centros se realizan numerosas funciones que van más allá de las puramente formativas y académicas.

En los colegios e institutos el docente ha mutado sin darse cuenta a profesor multifunción. Pero ni tiene visión rayos X, ni esqueleto de adamantium, ni vuela, ni se mueve a la velocidad de la luz; ojo, ni cobra más. Pero lo cierto es que se va cargando su figura de numerosas responsabilidades y tareas que están en la nebulosa indefinida de lo que es o no es su función, pero que como adulto al frente de menores no elude. Sustituye a la familia en muchos aspectos, a los sanitarios, a los trabajadores asistenciales, psicólogos y personal de mantenimiento. Hace de padre, madre, psicólogo, auxiliar de enfermería y animador sociocultural, entre otros muchos papeles que le toca jugar. Se incluyen los papeles de las funciones del colegio, navidades, carnavales, excursiones y asistencia a otros actos culturales, lúdicos o deportivos fuera del centro o la localidad, y fuera del horario lectivo. Muchos chicos aprovechan estas experiencias únicas para ver qué mundo cultural y social hay más allá y crear recuerdos con sus compañeros para toda la vida.

El compromiso de los docentes es indiscutible y lo hacen con vocación y responsabilidad. Se comprometen con actividades relacionadas con la salud, la buena alimentación y el deporte, los llamados hábitos saludables. Educan en valores, siguen y aplican programas de mejora de la convivencia, control del absentismo y de sustancias estupefacientes, y detectan situaciones familiares complejas, incluso violentas. Deben sumergirse en las nuevas tecnologías, colaborar en los comedores escolares, incluso abrir y cerrar los colegios mañana y tarde, custodiando a los alumnos hasta que los recojan sus familiares o la Guardia Civil, que también sucede.

Los centros educativos son una muestra de la sociedad en la que vivimos. Una microsociedad en la que se refleja todo aquello que hay fuera, en el mundo real.

Pero además de todas esas funciones extras, la principal y más importante es la de llevar a sus alumnos a buen puerto. Un barco repleto de mentes jóvenes, que deben aprender para ser personas íntegras que puedan ganarse la vida y servir en un futuro a la sociedad. Y el currículo se diluye en un mar de realidades. Ese capitán frente a 30 mentes con diferentes inquietudes, sentimientos y capacidades, valora en microsegundos si sigue avanzando en contenidos, perdiendo a algún alumno en el camino hacia el entendimiento de la materia que explica, o continúa más lento intentando salvar a todos. Difícil misión y hermosa labor ayudar en la diversidad.

Ardua labor la del docente comprometido, manteniendo unidos y atentos al náufrago y al aventajado, adaptando contenidos y motivando para que todos puedan defenderse en la vida con los conocimientos necesarios, y algunos sean los que en el futuro nos curen las enfermedades, construyan edificios y puentes, descubran vacunas, escriban libros y dirijan nuestra sociedad.

Por ello hoy, en el día del docente, felicito a todos los que así se sienten en algún ámbito de la vida y sobre todo en nuestros centros educativos porque con su vocación, experiencia y motivación van salvando los sinsabores y carencias del sistema, y cubriendo todos esos huecos que no se ven, como profesor multifunción, pero que son la argamasa de esta pequeña sociedad que es cada colegio y cada instituto.

Merecemos la dignificación de la labor docente, y nos queda la lejana recompensa de que alguien nos recuerde con el mismo cariño con el que nosotros pensamos en algún buen maestro o profesor que nos mostró el camino.

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