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Fotogramas del vídeo grabado por uno de los viajeros, donde se observa al hombre caminando por el ala del avión. FERNANDO DEL VALLE

Un pasajero abre la puerta de emergencia e intenta salir por el ala en el aeropuerto de Málaga

El personal de pista tuvo que actuar para evitar que el ciudadano, de origen polaco, saltara desde el ala

ángel de los ríos y juan cano

Miércoles, 3 de enero 2018, 14:40

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«¡Puto crack! ¡Que se va! ¡Que se va!», exclamaban algunos. Ante la sorpresa de los pasajeros que llenaban el avión que acababa de aterrizar, él no pudo esperar más para pisar la Costa del Sol. Todos en fila, en religiosa cola, y él fue apartándolos uno a uno, sin prisa pero sin pausa, para acabar abriendo la puerta de emergencia e intentar saltar a la pista desde una de sus alas. Fernando del Valle, un malagueño que venía a bordo de ese Londres-Málaga, grababa la escena con su teléfono móvil. Y el vídeo no tardó en viralizarse en Facebook...

«Se le calentó la cabeza, yo que sé, y fue lo primero que se le ocurrió», cuenta Fernando del Valle que lo vio pasear sobre el ala y corrió a inmortalizarlo. Lo identificarían como un ciudadano polaco de 57 años (cuando le preguntaron por su domicilio, dio la dirección de un albergue de Málaga), aunque eso fue después de que lo parara el personal de pista para evitar que saltara desde el ala, como era su intención. «Y allí se quedó sentado un rato, hasta que lo metió la tripulación para adentro», añade el joven malagueño que presenció, como el resto del pasaje, la increíble escena. Bien es cierto que el vuelo de Ryanair FR8164 de este 1 de enero salió con hora y media de retraso desde Londres, «más la media hora que acumuló esperando al desembarque», recuerda Del Valle.

Eso pudo ser lo que llevara a este polaco a emprender tan surrealista paseo por el ala del avión, siguiendo ese camino que le marcaban las flechas de evacuación, aunque estaba claro que esto no era una emergencia. Lo cierto es que todo el pasaje, cuenta Fernando del Valle, acabó bajando del avión pasadas las 23 horas, menos «el adelantado» que, tras ser interrogado por el capitán y su tripulación, acabó a disposición de la Guardia Civil. Los agentes lo denunciaron por quebrantar la Ley de Seguridad Aérea 21/2003. Como reza el propio escrito del capitán por «interferir con el equipamiento de la nave». Sobrio, por si cabe la duda, y sin bebida energética que le diera alas, fue un paseo que para su protagonista quedó en el aire porque, pese a todo, no llegó a ser detenido. Pudo ser peor.

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