Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Un hombre pide ayuda en una calle de Edimburgo. Cerca de 1,5 millones de personas viven en la indigencia en Gran Bretaña. :: andrew miligan
Oliver Twist resucita

Oliver Twist resucita

El sindicato británico de maestros denuncia que cada vez más niños acuden a clase mal vestidos o hambrientos. Es la pobreza bajo la alfombra del 'brexit'

ICÍAR OCHOA DE OLANO

Miércoles, 19 de diciembre 2018, 09:18

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La precariedad laboral, la pérdida de poder adquisitivo, el empobrecimiento de las familias, en definitiva, la degradación del Estado de bienestar, ya no es un mal circunscrito a los 'cerdos' de la Unión Europea o PIGS. Ese fue, recuerden, el despectivo acrónimo en inglés con el que medios financieros anglosajones renombraron, a principios de esta década, al grupo de países formado por Portugal, Italia, Grecia y España, los más desgarrados por la crisis económica de 2008. Una década después del inicio del colapso, la cabaña porcina se propaga por los vagones de primera. Mientras los 'chalecos amarillos' sacan violentamente del cajón los cristales rotos, las estrecheces y las penurias sonrojantes de Francia, otro de los grandes, Gran Bretaña, se afana cada vez con menos éxito en contener las aguas sucias de su malherida economía tras el telón del 'brexit' y del siempre eficaz oropel monárquico de los Windsor.

El National Education Union, el sindicato que representa a más de 450.000 maestros ingleses de escuela, profesores de educación superior, personal de apoyo a la educación y asistentes de enseñanza, ha propinado un bofetón seco a la sociedad británica con su desgarrador «retrato dickensiano», en sus propias palabras, de la realidad diaria de muchas escuelas del país. «Los crecientes niveles de pobreza están teniendo un efecto devastador en los alumnos. Un número abrumador de niños viene hambriento y mal vestido porque sus familias no les pueden alimentar convenientemente o comprarles ropa de abrigo este invierno», asegura la secretaria general de la central, Mary Bousted. «Y este colectivo va en claro aumento», advierte.

En un estilo radicalmente opuesto a los responsables de la 'revolución cítrica', pero con un argumento similar, el sindicato señala con el dedo índice al Gobierno británico. «Está fuera de la angustiosa nueva realidad cotidiana de los más pequeños, muchos de los cuales viven sin ingresos suficientes para tener garantizadas las necesidades más básicas, como la comida y la ropa», denuncian. El fantasma de Oliver Twist merodea por las húmedas y sombrías calles de Inglaterra 172 años después, invocado por los recortes de fondos por alumno perpetrados por el Ejecutivo inglés, que han propiciado que tres de cada diez escuelas secundarias públicas arrastren un severo déficit presupuestario. «No reconocen el coste humano de sus recortes, y es el momento de que dejen de esconderse detrás de los hechos», exige Bousted.

Austeridad y «gran miseria»

El desolador panorama de las aulas inglesas sale a la luz apenas un mes después de que Naciones Unidas emitiera un informe sobre los niveles de pobreza en el país que lidera la conservadora Theresa May. El veredicto final es demoledor. «El Gobierno del Reino Unido ha infligido una gran miseria a sus ciudadanos mediante políticas de austeridad punitivas, mezquinas y, a menudo, insensibles que implementó llevado por un deseo político de emprender una reingeniería social, más que por dar respuesta a una necesidad económica».

De esta manera se expresó el enviado especial de la ONU para la pobreza Philip Alston tras finalizar una misión de investigación de dos semanas de duración en la nación que ultima su desconexión de la Unión Europea. En su visita inspectora, al relator no se le pasaron por alto los «preocupantes» niveles de carencias de los niños británicos. «No son solo una desgracia, sino una calamidad social y un desastre económico», valoró.

Pese a que el Reino Unido ocupa el quinto lugar en el ranking de economías más poderosas del mundo, unos 14 millones de sus ciudadanos (una cuarta parte de su población) viven en la pobreza y 1,5 millones son indigentes, al no poder hacer frente a los gastos esenciales, señaló Alston, citando el último análisis elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales y a la Fundación Joseph Rowntree. Según las predicciones realizadas por esta organización benéfica, los niños serán los peor parados, dado que prevé un incremento de la pobreza infantil de siete puntos porcentuales entre 2015 y 2022, cuando afectará de lleno a cuatro de cada diez.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios