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Marta Orriols: «No sabemos cómo afrontar la muerte»

Marta Orriols: «No sabemos cómo afrontar la muerte»

La escritora convierte su novela 'Aprender a hablar con las plantas' en un tratado sobre el duelo

Álvaro Soto

Madrid

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Jueves, 1 de enero 1970

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En una supuesta escala de dolor, la pena por la muerte de un familiar y la de ser abandonado después de una infidelidad por la persona que uno ama se situarían casi en el mismo nivel. La suma de ambas, con apenas unas horas de diferencia, podría hundir en el pozo a cualquiera. Pues en esa situación se encuentra Paula Cid, la protagonista de 'Aprender a hablar con las plantas', la primera novela de la escritora Marta Orriols (Sabadell, 1975), que publica la editorial Lumen.

Mauro, que forma con Paula una típica pareja en sus cuarenta, profesionales liberales, urbanitas, que no se han casado y sin hijos, le dice a su novia que la abandona por otra mujer más joven y ese mismo día, el hombre fallece en un accidente. En un monólogo interior lleno de sinceridad que atrapa al lector, Orriols describe la peripecia de Paula para sobrevivir a tanto dolor, una experiencia en la que a veces pesa más el rencor por el engaño, la humillación y la envidia hacia la atractiva joven por la que iba a ser dejada que incluso la propia pena por la muerte del compañero durante tantos años.

 «No sabemos cómo afrontar la muerte, y cuando estamos en una situación de duelo, parece que todo el mundo nos anima a estar bien, a retornar a la normalidad, pero siempre es necesario hacerle un hueco al dolor en nuestra vida», afirma Orriols, autora de una novela intimista que tiene una parte personal, ya que ella perdió hace tres años a su marido en el accidente del avión de Germanwings.

«Hasta que no le pasa a uno, el dolor por la pérdida no te impacta. Pero cuando lo sufres, te das cuenta de lo duro que es sobrevivir mientras la vida sigue a tu alrededor», explica la escritora. En el libro, Paula, médico de neonatología de 42 años, observa cómo su familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo, tratan de devolverla a la vida, pero pronto descubrirá que necesita tiempo para volver a ser ella, aunque nunca será ya la misma persona.

«Necesitamos enfrentarnos al dolor y a la tristeza porque esa tristeza es lo único que te une a la persona que se ha ido», afirma la autora. «Todos somos seres sociales, pero tras una situación así necesitamos un tiempo para la reconstrucción porque el dolor nunca desaparece, sino que se transforma», agrega Orriols, en cuya novela, sin embargo, hay grandes espacios para la esperanza, también para el humor, y una especie de conclusión final: con paciencia y la gente adecuada alrededor, hasta de las situación más terrible se puede salir.

Pero además de un tratado sobre el duelo, 'Aprender a hablar con las plantas' es también el retrato de una generación que vive en una especie de burbuja que a veces, fácilmente, explota. «Yo pertenezco a una generación intermedia. Nuestros padres crecieron en la idea de que el amor es para toda la vida, mientras que los jóvenes de ahora piensan que las relaciones son temporales. En la mitad estamos nosotros, que vemos el amor, todavía, como algo idílico, pero a la vez, nadie nos ha enseñado a desenamorarnos y a saber pasar los periodos de duelo», cuenta Marta Orriols, historiadora del Arte, que había publicado antes, también en Lumen, un libro de relatos, 'Anatomía de las distancias cortas'.

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