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El conductor de un tren de Deutsche Bahn, la compañía alemana de ferrocarriles, se asoma a la ventanilla de su puesto de mando. :: reuters
La locomotora de Europa busca maquinista español

La locomotora de Europa busca maquinista español

Con una actividad económica a pleno rendimiento y un paro testimonial, Alemania mira al extranjero para aliviar la acuciante necesidad de profesionales especializados en sus empresas y servicios públicos

JUAN CARLOS BARRENA

Martes, 19 de febrero 2019, 09:13

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Tres mil euros brutos al mes al firmar contrato en firme, formación gratuita valorada en otros 20.000, 1.500 euros para reubicarse en el nuevo destino, billetes de tren gratuitos por toda Alemania, dos pasajes al año para volar a España durante los 24 meses de preparación, 28 días laborables de vacaciones, plan de pensiones de la empresa y descuentos para seguros y educación. La oferta de Deutsche Bahn (DB), la compañía germana de ferrocarriles, para reclutar jóvenes en España interesados en convertirse en maquinistas resulta tan atractiva que inevitablemente ha llamado la atención mediática. Y los requisitos son accesibles para quienes buscan un futuro laboral seguro. Basta con tener como mínimo una formación profesional de Grado Medio y un nivel de alemán B1, que también se puede alcanzar durante el periodo de instrucción en España y Alemania a cargo de la empresa de ferrocarril.

Sin embargo, esta oferta de DB no es una excepción, sino la regla, en un país con unos índices de ocupación históricos, un desempleo mínimo y un problema demográfico muy grave. Pese a la amenaza de crisis mundial, Alemania continúa viviendo un segundo milagro económico que ha conducido a que el índice de paro alcanzara en 2018 los niveles previos a la reunificación nacional en 1990 y se situara el pasado año en un 4,8%, una cifra que supone prácticamente el pleno empleo. Con 44,83 millones de personas con contrato laboral, el país marcó además un nuevo récord de ocupación. Recordemos que España triplica generosamente la tasa de desempleo alemana y sus cifras de ocupación no llegan a los 20 millones de personas. Mientras tanto, la demanda de mano de obra especializada sigue siendo tan fuerte en Alemania que resulta ya imposible cubrir las ofertas de empleo con ciudadanos del propio país. La Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK) calcula que las empresas germanas tienen mas de 1,2 millones de puestos sin cubrir. Cifra que supera los 1,5 millones si se añaden las vacantes de empleo público.

Algo que se puede comprobar en la calle. No hay vehículo de reparto, camión de transporte, furgoneta profesional e incluso autobús urbano sin una gran pegatina en su parte trasera con el texto: 'Buscamos urgentemente colegas' y un teléfono al que dirigirse para conocer los detalles de la oferta de empleo. En su último informe, de finales de enero, sobre carencias laborales, la Agencia Federal de Empleo (BA) lista ya 86 profesiones para las que resulta muy difícil conseguir trabajadores. Son 25 más que hace seis meses y 38 más que hace un año. Se trata de empleos en los que las empresas necesitan entre 140 y 150 días para cubrir una vacante o cuando por cada oferta de trabajo existen no mas de dos parados registrados en toda Alemania. Empleos como camionero, delineante, mecatrónico, albañil o carnicero. En otros casos, la media aumenta apreciablemente. Las firmas que buscan para su plantilla un alicatador o un especialista en suelos de parqué necesitan de media 180 días para cubrir la plaza, y si se trata de un fontanero o un técnico de refrigeración la espera aumenta a 200 días.

«Nuestra economía precisa 260.000 inmigrantes cualificados al año»

Fundación Bertelsmann | Informe de necesidades

«Es dramática la escasez de docentes y se agravará en los próximos años»

Marlis Tepe | Sindicato Alemán de Educación

«La falta de mano de obra especializada preocupa más que una recesión»

Michael Marbler | Consultora Ernst & Young

Envejecimiento

Alemania necesitará en los próximos 40 años un mínimo de 260.000 inmigrantes anuales, mayoritariamente personal cualificado, para sostener su mercado laboral, según un estudio de la Fundación Bertelsmann publicado esta misma semana. Sin este aporte extranjero la oferta nacional de mano de obra se reduciría en 16 millones de personas -casi un tercio de la cifra actual- hasta 2060, debido al retroceso demográfico y el envejecimiento de la población.

Una carencia de profesionales especializados que afecta a las pymes, el motor real de la economía alemana, pero también a los grandes consorcios. Las 30 empresas que conforman el DAX, el índice bursátil alemán, ofertan actualmente 20.000 empleos, más que nunca. Y la demanda no cesa. Tan solo Volkswagen, que acaba de superar un escándalo por el fraude de las emisiones y sufrir una crisis por el fuerte retroceso de sus vehículos diésel, oferta 3.500 puestos de trabajo, sobre todo ingenieros de desarrollo, arquitectos de sistemas, técnicos en motores eléctricos, diseñadores para impresoras 3D o especialistas en conducción autónoma. Una reciente encuesta de la firma consultora y auditora Ernst & Young entre 1.500 empresas alemanas revela que el 38% de las mismas tiene previsto incrementar su plantilla en los próximos seis meses, aunque son conscientes de las dificultades para conseguir técnicos especializados y licenciados. «La falta de mano de obra cualificada les preocupa mas que el riesgo de un retroceso coyuntural», apunta Michael Marbler, experto en Pymes de E&Y, quien subraya que «saben que la falta de personal bien preparado puede amenazar la fuerza innovadora de una empresa de manera fundamental y sostenida, mientras la experiencia dice que a cada recesión económica le sigue una recuperación».

Trabajdores de la líena de producción de la planta de automóviles Porsche en Stuttgart
Trabajdores de la líena de producción de la planta de automóviles Porsche en Stuttgart AFP

Problemas similares a los de la empresa privada tienen las instituciones públicas. En Alemania faltan miles de jueces, fiscales y empleados de la administración, federal, regional y municipal. Faltan 8.000 policías y 4.000 bomberos, según datos de la Federación Alemana de Funcionarios, que cifra en 185.000 los puestos públicos sin cubrir en todo el país. En Berlín, la capital, matricular un automóvil puede demorarse un mes por el déficit de personal administrativo y varias piscinas municipales no pudieron abrir en verano ante la falta de socorristas. La compañía pública de transportes berlinesa BVG, acuciada por la falta de personal, presentaba orgullosa hace un mes a los 60 primeros refugiados que había preparado durante dos años para conducir sus autobuses, tranvías y metros. Una opción a la que también recurren otras empresas. 300.000 personas reconocidas como asilados políticos y que llegaron a Alemania con la avalancha de otoño de 2015 cuentan ya con un empleo estable y más de 150.000 jóvenes refugiados son aprendices que estudian formación profesional dual.

Pero también la educación sufre los mismos problemas. El Sindicato Alemán de Educación (GEW) calificó de «dramática» la situación del sector al comenzar el año y advirtió de que faltan miles de docentes en escuelas de Primaria, Secundaria y de Formación Profesional. «Si no se actúa de manera inmediata y efectiva, la situación se agudizará aún más entre 2025 y 2030», advirtió la presidenta del GEW, Marlis Tepe. Muchos estados federados recurren a licenciados, pese a carecer de formación pedagógica, cuyas especialidades se aproximan a materias de carácter lectivo para suplir carencias. E incluso se vuelve a emplear a profesionales jubilados. Colegios como el Kant Oberschule de Berlín han recuperado a profesores que disfrutaban ya de su pensión para cubrir vacantes. No suelen trabajar mas de diez horas a la semana, pero resuelven la falta de docentes, mejoran sus ingresos y están contentos de tener una ocupación en medio de tanto ocio.

Falta de personal médico

La lista de vacantes laborales en Alemania es interminable. Faltan médicos rurales y enfermeras en los hospitales. En la atención y cuidado de ancianos se necesitan mas de 40.000 profesionales. Las esperanzas de encontrarlos son tan remotas que el ministro federal de Sanidad, Jens Spahn, tramita acuerdos con países como Kosovo o Vietnam para reclutar jóvenes dispuestos a recibir formación, aprender alemán y trabajar en este país. Y el panorama para el Ejército Federal no puede ser más negro. De los 760.000 jóvenes que en 2020 llegarán a la edad de incorporarse a filas, la mitad no es apta y del resto tendría que alistarse uno de cada cuatro para cubrir las necesidades militares. El inspector general del Bundeswehr y más alto oficial del ejército, Eberhard Zorn, estudia por ello reclutar voluntarios en otros países de la Unión Europea.

Un panorama así provoca una competencia feroz por la mano de obra cualificada. Las empresas doran la píldora a sus posibles fichajes con ayudas para encontrar vivienda y colegio para los hijos, ofertas de especialización, abonos gratuitos de transporte y gimnasio, horarios flexibles, móvil, tableta y ordenador portátil de última generación, invitación a eventos y viajes y pensiones suplementarias, entre otras muchas cosas. Y, naturalmente, mejoras salariales. Deutsche Bahn busca maquinistas en España y otros países porque los suyos se los 'roban' los ferrocarriles suizos SBB. Hasta ahora, 120 profesionales alemanes han emigrado a la república alpina seducidos por sueldos generosos, según revela el rotativo 'Frankfurter Allgemeine'. Y hay quienes incluso recurren a los 'cazadores de empleados' para resolver sus problemas de personal. En los aparcamientos de los mayoristas de material de construcción, albañiles, fontaneros o electricistas reciben discretamente ofertas tentadoras para dejar su actual empleo y fichar por la competencia.

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