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La izquierda anatómica

La izquierda anatómica

La idea de homenajear a los zurdos nació en un club británico. El objetivo era visibilizar a los 'siniestros'

IRMA CUESTA

Miércoles, 14 de agosto 2019, 08:50

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Cómo habría sido el mundo si sus grandes zurdos nunca hubieran vivido? Imagine el renacimiento italiano sin Leonardo, Miguel Ángel y Rafael; la ciencia sin Isaac Newton y Marie Curie, la empresa sin Henry Ford y Bill Gates, el arte de la guerra sin Napoleón, Julio César y Alejandro Magno, la música sin Mozart, Hendrix, Bowie o Cobain, y el deporte sin Ali, Senna o Messi. Complicado. Por larga (o larguísima) que sea la lista de zurdos ilustres, utilizar preferentemente el lado izquierdo del cuerpo ha sido tradicionalmente un problema. Por eso, porque no siempre ha sido fácil ser zurdo sin morir en el intento, un club británico decidió en 1976 declarar el 13 de agosto Día Internacional de la Zurdera.

La idea era dar a conocer las dificultades que tienen los zurdos en un mundo hecho para diestros y tratar de terminar con el estigma social y las connotaciones peyorativas que todavía entonces tenía el hecho de ser más hábil con la mano izquierda.

Puede que a alguno le suene a chiste, pero solo hay que echar un vistazo a la historia (incluida la más reciente) para saber que la vida les ha tratado realmente mal. Y no es solo que los dispensadores de papel higiénico, la palanca de cambios de los coches y los grifos de las fuentes estén tradicionalmente situados a la derecha; o que utilizar unas tijeras en la clase de manualidades se convirtiera en una proeza al alcance muy pocos. Es que hubo un tiempo en el que los quemaban en la hoguera.

Diversas religiones les han considerado poseídos por el demonio

Aunque un 10% de los mortales son zurdos desde que se tiene memoria (Paleolítico incluido), las diferentes culturas se empeñaron en hacer creer que aquellos que demostraban más habilidad con el lado izquierdo de su cuerpo tenían un demonio dentro. Desde el Corán a la Biblia, los libros sagrados incluyen textos que condenan la zurdera. Sólo hay que recordar aquello de que Dios tiende su mano derecha al bondadoso y rechaza con la mano izquierda al pecador.

'Corregirlo' en la escuela

Sin embargo, si hubo una época verdaderamente complicada para nacer zurdo fue la Edad Media. Un tiempo en el que la Inquisición campaba a sus anchas y en el que se les relacionaba con prácticas de brujería y satanismo y muchos terminaban, antes de tiempo, convertidos en ceniza.

Es verdad que las cosas fueron mejorando y este fenotipo minoritario de la especie humana, cuya dominancia neuronal está asociada a su hemisferio cerebral derecho, ha conocido tiempos mejores; pero aún tuvo que esperar unos cuantos siglos.

La mayoría de los que en este país han pasado de los cincuenta conoce a algún zurdo cuyo profesor no descansó hasta que dejó de serlo. Hasta no hace demasiado tiempo, cualquier japonés podía repudiar a su esposa si descubría, después de casarse, que la mujer no era diestra. Son solo unos ejemplos del complicado paso por el mundo de los miembros de ese selecto club del 10% que empuña el lápiz, la raqueta, el tenedor... con la mano 'equivocada'.

No hace muchos años, coincidiendo con un 13 de agosto, Bill O'Brian, zurdo y uno de los más reputados redactores del 'Washington Post', llamó a los suyos a hacerse oír y reclamó a los diestros que no sigan permaneciendo «cruelmente ajenos a la difícil situación de sus hermanos y hermanas oprimidos» por un mundo que n estaba diseñado para ellos.

A su modo, Matt Groening, el famoso creador de los Simpson, también ha aportado su granito de arena. Groening hizo que Ned Flanders, el vecino santurrón de Homer, abriera en Springfield Mall The Leftorium, una tienda al servicio de los zurdos. Al fin y al cabo, alrededor de un tercio de sus habitantes, incluidos Bart y Maggie Simpson, Moe, el señor Skinner y el señor Burns, son zurdos. Hoy, mientras ellos celebran su fiesta, los científicos siguen estrujándose el cerebro tratando de descifrar su enigmático origen. Lo que ya nadie se plantea es que estemos ante algo 'siniestro'.

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