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Una joven ayuda a su abuela a caminar.
La desnutrición de las embarazadas puede aumentar el riesgo de enfermedades en futuras generaciones

La desnutrición de las embarazadas puede aumentar el riesgo de enfermedades en futuras generaciones

Un estudio revela que las enfermedades que sufre una persona dependen tanto de los hábitos de vida como de la herencia recibida

edurne martínez

Jueves, 1 de mayo 2014, 18:38

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Los factores ambientales a los que está expuesto el útero de una embarazada afectan no solo a los propios hijos de la madre, sino también a las siguientes generaciones. Un estudio llevado a cabo por Josep C. Jiménez-Chillarón, especialista en nutrición del Hospital Infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, y publicado en la revista científica 'Cell Metabolism' muestra así que una posible desnutrición durante el embarazo puede afectar a la salud de los descendientes.

"Desde hace 20 años sabemos que los bebés que nacen con menos de 2,5 kilos desarrollan a los 40 años problemas como la diabetes o la hipertensión", explica el autor principal del estudio. Además, diferentes investigaciones han descubierto que, aunque las siguientes generaciones se alimenten adecuadamente, también pueden darse problemas neurológicos o de otro tipo en ellos. Así, el equipo de trabajo del doctor Jiménez hizo una prueba con ratones en la que reprodujeron la misma situación humana. A las hembras les suministraron la mitad de comida a la que estaban acostumbradas durante la última semana de embarazo, por lo que dieron a luz ratones más pequeños. A partir de ese momento, volvieron a alimentar tanto a las madres como a los hijos de forma normal. Se dio la circunstancia de que a los cuatro meses (lo que equivaldría a los 30 o 40 años en un ser humano) estos ratones presentaron problemas físicos y, lo que llamó más la atención, los descendientes de estos tenían dolencias también.

Con esta premisa se puede deducir que la crisis actual, en la que muchas familias no tienen acceso a la alimentación necesaria, puede acarrear problemas a las futuras generaciones. El doctor señala que, por ejemplo, en Barcelona un 8% de los niños nace con bajo peso. "Esto representa una gran parte de población para un país en el que supuestamente no hay ningún problema alimenticio", asegura Jiménez. Por ello hay que prestar atención a los factores ambientales a los que está expuesta la madre mientras está embarazada porque está demostrado que eso condiciona el peso del futuro bebé. "Elementos como el tabaco o la contaminación pueden influir en el ADN del esperma de los futuros padres y, por tanto, en la siguiente generación", considera Jiménez.

Pero no solo se trata de condiciones físicas o ambientales. El doctor explica que, por ejemplo, los ratones tienen la costumbre de lamer a sus crías cuando nacen y "si manipulamos esta situación y movemos a los ratones de ese espacio familiar, los nietos tienen muchas posibilidades de nacer con problemas neurológicos y de padecer estrés". Por lo tanto, el estudio revela que las enfermedades de una persona dependen tanto de la herencia recibida como de los hábitos de vida. Por tanto, la hipótesis del origen fetal de las enfermedades es un cambio de paradigma en la manera de entender algunas dolencias. Algunos trastornos crónicos, tradicionalmente asociados con la edad avanzada, pueden tener su origen en la edad pediátrica.

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