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Los visitantes de Reino Unido deberán mostrar sus pasaportes para ser revisados, lo que aumentará el tiempo de espera en los controles de seguridad aeroportuarios. EFE
El 'brexit' traerá colas

El 'brexit' traerá colas

Una salida de Reino Unido de la UE sin acuerdo provocará en aeropuertos españoles grandes atascos de turistas británicos

JAVIER GUILLENEA

Domingo, 3 de marzo 2019, 13:41

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El 'brexit' no deja de dar sorpresas, y eso que aún no se ha puesto en marcha. Basta con escarbar un poco para encontrarle un nuevo inconveniente a esa idea de salirse de la Unión Europea que tantos problemas está dando en Reino Unido. Si despedirse está resultando difícil para los habitantes de las islas, peor se les pondrá el panorama cuando salgan de verdad y pongan rumbo al continente para pasar las vacaciones. Entonces querrán entrar, pero puede que lo tengan difícil. Es posible que, después de varias horas de cola en un aeropuerto, se acuerden de la persona que inventó los referéndums. Y de toda su familia.

La asociación de consumidores inglesa Which? ha alertado de que, en caso de un 'brexit' duro, sin acuerdo con la UE, los quince aeropuertos europeos que reciben un mayor número de pasajeros británicos pueden convertirse en una trampa. Y da la casualidad de que nueve de ellos son españoles: Alicante, Tenerife Sur, Lanzarote, Málaga, Ibiza, Palma de Mallorca, Gran Canaria, Barcelona y Madrid. La debacle solo podría evitarse con un acuerdo de salida antes del 29 de marzo, que es cuando acaba el plazo de las conversaciones con la UE, o mediante una prórroga del período negociador, como parece probable que ocurra. La tercera vía es dejar la UE por las bravas, una posibilidad que alejó el martes la primera ministra británica, Theresa May, pero no eliminó del todo.

En el caso improbable pero no imposible de que Reino Unido decida aplicar el 'brexit' sin acuerdo, los británicos dejarán de pertenecer a la UE y estarán sujetos a los mismos controles de pasaportes que los ciudadanos de países no pertenecientes a la Unión. Con un cierto tonillo de amenaza o de sutil venganza anticipada, un portavoz de la Comisión Europea ya ha advertido de que los turistas británicos «estarán sujetos a controles exhaustivos de todas las condiciones para los nacionales de terceros países al momento de la entrada». En otras palabras, que se vayan preparando.

Con el 'brexit' duro los turistas van a tener tiempo hasta para aprender a pedir cerveza en castellano mientras aguardan su turno en el control de entradas. Los funcionarios de inmigración estarán obligados a verificar la validez del pasaporte, su fecha de caducidad, el propósito y duración de la estancia y si los visitantes tienen el suficiente dinero para gastos durante ese período. Se ha estimado que estos trámites agregan 90 segundos a los 25 que se emplean en la actualidad para comprobar los pasaportes. Y si el funcionario es de esos que se toman la molestia de mirar fijamente a los ojos como si tratara de desenmascarar al espía soviético que todos llevamos dentro, la espera puede eternizarse. Según los cálculos realizados por la Asociación Europea de Turismo, para identificar a 189 ingleses recién llegados de un vuelo de Ryanair y con una sola hilera en el control se necesitarían casi cinco horas. Y con cada nuevo avión el tiempo de espera aumentaría.

El aeropuerto de la UE que recibe un mayor porcentaje de pasajeros británicos (50%) es el de Faro, en el Algarve portugués. Le siguen los de Alicante y Tenerife Sur, que tienen menores porcentajes pero acogen a más viajeros de las islas (2,9 y 2,4 millones, respectivamente). Las autoridades lusas ya han anunciado que abrirán carriles especiales de vía rápida para los titulares de pasaportes de Reino Unido, pero las españolas aún no han dicho nada.

En Alicante

Según el estudio de la asociación de consumidores, el lugar donde es más probable que los turistas de Reino Unido se enfrenten a largas colas este verano es Alicante. Este aeropuerto recibe al día a unos 8.000 británicos a los que habrá que pedir el pasaporte y hay jornadas en las que en una hora han llegado a aterrizar diez aviones repletos de sonrosados visitantes. Se estima que tanto trasiego de personas hará que se necesiten cada día 201 horas de controles de inmigración. Para agilizar los trámites y evitar atascos históricos habrá que incrementar el personal y abrir nuevas ventanillas.

Las esperas interminables no son los únicos inconvenientes que puede acarrear un 'brexit' duro. Si Reino Unido abandona la UE sin acuerdo podrían quedar paralizadas las fronteras, el transporte por carretera, los puertos o el comercio. Por fortuna, parece que el fantasma se aleja, aunque aún no se puede cantar victoria. La política británica es una jaula de grillos en la que cualquier cosa puede suceder. Para curarse en salud, los expertos en turismo ya han recomendado a los veraneantes expuestos a largas colas que tengan a mano «alimentos, agua y elementos esenciales para los niños, como pañales». Por si también los niños se acuerdan del 'brexit'.

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