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El Papa durante la bendición 'Urbi et Orbi'.

El Papa recuerda los atentados terroristas y pide esfuerzos para la paz

El Pontífice pide sobriedad ante una sociedad «ebria de consumo y placeres», durante la Misa del Gallo

COLPISA / AGENCIAS

Viernes, 25 de diciembre 2015, 10:23

El papa Francisco recordó hoy los "atroces actos terroristas" cometidos recientemente en Beirut, París, Bamako, Túnez y en los cielos de Egipto y pidió el esfuerzo "unánime" de la comunidad internacional para acabar con la violencia en Siria, Libia, Ucrania y África, en su mensaje de Navidad.

Asomado al balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición 'Urbi et Orbi' (A la ciudad y al mundo), Francisco hizo un repaso por las guerras y males que afligen el mundo. Comenzó por Tierra Santa, al recordar que "precisamente allí donde el Hijo de Dios vino al mundo, continúan las tensiones y las violencias y la paz queda como un don que se debe pedir y construir".

Y abogó porque "los israelíes y palestinos puedan retomar el diálogo directo y alcanzar un entendimiento que permita a los dos pueblos convivir en armonía, superando un conflicto que les enfrenta desde hace tanto tiempo". Jorge Bergoglio también expresó su anhelo de que "el acuerdo alcanzado en el seno de las Naciones Unidas logre cuanto antes acallar el fragor de las armas en Siria y remediar la gravísima situación humanitaria de una población extenuada".

Además, señaló la urgencia de que "el acuerdo sobre Libia encuentre el apoyo de todos, para que se superen las graves divisiones y violencias que afligen el país". Su mensaje de Navidad fue un nuevo llamamiento para que la comunidad internacional "ponga su atención de manera unánime" para que "cesen las atrocidades" en Irak, Yemen y en el África subsahariana y pidió la paz en República Democrática del Congo, Burundi y Sudán del Sur.

Recordó "a cuantos han sido golpeados por los atroces actos terroristas, particularmente en las recientes masacres sucedidas en los cielos de Egipto, en Beirut, París, Bamako y Túnez". E imploró "consuelo y fuerza" para todos los que son "perseguidos por causa de su fe en distintas partes del mundo" que son "nuestros actuales mártires".

Francisco instó a que "llegue la verdadera paz también a Ucrania, ofrezca alivio a quienes padecen las consecuencias del conflicto e inspire la voluntad de llevar a término los acuerdos tomados, para restablecer la concordia en todo el país". También pidió por Colombia, para que su pueblo, "animado por la esperanza, continúe buscando con tesón la anhelada paz".

El papa afirmó que "donde nace Dios, nace la esperanza y donde nace la esperanza, las personas encuentran la dignidad", pero, "sin embargo, todavía hoy muchos hombres y mujeres son privados de su dignidad humana". Entre ellos, Francisco habló de los niños soldados, de la mujeres que padecen violencia, de las víctimas de la trata de personas y del narcotráfico y también recordó a los refugiados que huyen de la guerra y a las personas sin trabajo.

En la basílica de San Pedro

Horas antes, el papa Francisco celebró este jueves en la basílica de San Pedro antes de medianoche la tercera Misa de Gallo de su pontificado, durante la cual instó a los católicos a "cultivar la justicia" y a ser "sobrios". "En una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante", afirmó el papa fiel a su estilo claro y directo de hablar.

Durante la solemne homilía, cocelebrada con un centenar de prelados, y a la que asistieron cientos de peregrinos y religiosos, Francisco habló sobre uno de los grandes males de la sociedad moderna: la indiferencia. "En un mundo, a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y de poner en práctica la voluntad de Dios", recalcó.

"Ante una cultura de la indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de vida ha de estar lleno de piedad, de empatía, de compasión, de misericordia, que extraemos cada día del pozo de la oración", agregó. Francisco pidió a los católicos que cesen de sentir "miedo y temor" y calificó a Jesús como el "príncipe de la paz". "Que, al igual que el de los pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de asombro y maravilla al contemplar en el Niño Jesús al Hijo de Dios", concluyó.

Jorge Bergoglio, de 79 años de edad, llegó hacia las 20.30 GMT a la basilica para oficiar la tradicional misa, que duró casi dos horas, se mostraba pálido y con la voz baja tras sufrir en los últimos días una fuerte gripe con mucha fiebre. Durante el oficio, el papa explicó el significado del nacimiento de Jesús para los cristianos.

Transmitida en directo por televisión a numerosos países del mundo, el primer papa latinoamericano invitó a los 1.200 millones de católicos en el mundo a ser sencillos, un llamado que suele hacer con frecuencia tanto a la jerarquía de la Iglesia católica, y en particular a la Curia Romana (la maquinaria central), como a las muchedumbres que lo escuchan. Al término de la eucaristía, el sumo pontífice depositó la imagen del Niño Jesús en un pesebre instalado dentro de la basílica vaticana.

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