Ojo, cuentakilómetros trucado

Comprar un coche es una de las inversiones más importantes en la vida de una persona. Aunque el vehículo sea de segunda mano. Por eso, todas las garantías son pocas para saber si el coche está en buen estado y tiene la antigüedad y los kilómetros que dicen que cuenta, lo que, por desgracia, puede ser manipulado y que desde 2011 es delito en España.

Según recoge la web www.autocasion.com, la ganancia de un coche con 180.000 kilómetros recorridos a uno con apenas 100.000, a igualdad de modelo y condiciones, rara vez supera el 10%. Luego en importes de 6.000 euros, un extra de 600, a los que hay que restar el importe de la manipulación (entre 100 y 300) tampoco parece excesivamente atractivo. Pero claro, a mayor precio del coche a tratar, manteniéndose el porcentaje, las cifras cambian y entonces sí que puede merecer la pena.

Hace décadas trucar el cuentakilómetros era cuestión de maña. Desmontar el salpicadero y con una aguja o un punzón poner un kilometraje menor al vehículo sólo era cosa de horas. Si se cogía al vendedor tramposo solo tenía que pagar una multa.

La llegada de los cuentakilómetros digitales puso las cosas más difíciles. pero como la tecnología siempre avanza en ambos sentidos, no pasó mucho tiempo hasta que apareció la posibilidad de realizar la misma operación a través de un ordenador portátil y un cable conectado a la toma OBD de un coche, Con el programa oportuno se obtienen los mismos resultados. De hecho, esta modalidad ofrece mayores garantías de cara al comprador, por resultar un trabajo más fino del que apenas queda rastro. Antes era fácil que con el punzón y el destornillador se dañara algún guarismo del odómetro o se fastidiara el mecanismo.

Detectar el fraude

A la hora de comprar un coche de segunda mano hay que estar atento a cualquier señal que delate más antigüedad o fallos. Por eso, un coche aparentemente muy zurrado, pero con pocos kilómetros levanta sospechas. O bien ha sido manipulado o ha sido maltratado, con lo que en cualquier caso no interesa porque acarreará más problemas.

Lo mejor es pedir el libro de mantenimiento, donde el taller marca los kilómetros. De no existir este librito hay que sospechar, a no ser que se trate de un clásico de los años 70. Hay marcas que con sólo la llave o el del hardware del coche (ambas piezas de muy costosa sustitución, por ello no se manipulan ni cambian) pueden verificar los datos que arroja el vehículo.

También están las revisiones de la ITV, donde se anotan los kilómetros del coche. Incluso, en algunas comunidades autónomas como Cataluña, la cifra queda anotada en la propia ficha técnica, junto con el sello de la estación.

Si al final le venden un coche trucado. Lo más rápido y práctico es que con toda la información contrastada acudir al vendedor, sea particular o profesional y, aparte de ponerle la cara colorada y amenazarle con la pertinente denuncia, llegar a un acuerdo económico con él. Sin embargo, si por las buenas no se consigue un trato interesante, a través de la vía penal podrá exigir junto con el importe del coche, algo más en concepto de daños y perjuicios, aunque puede ser un proceso largo y lento. Por eso queda una tercera vía, la intermedia, que es denunciar el caso en Consumo para que el Sistema Arbitral resuelva, según explica www.autocasion.com