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A. B.
Miércoles, 17 de abril 2013, 08:53
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Una mujer infectada con el VIH tendrá menos posibilidades en transmitir el virus a su bebé, cuanto mayor sea el tiempo que lo alimente exclusivamente con leche materna, según publica la revista Science Translational Medicine y la sociedad científica AAAS. Durante un nuevo estudio realizado en Zambia, los científicos observaron que las mujeres infectadas con VIH tienen entre un 10 y un 15% menos de posibilidades de transmitir el virus a sus bebés a través de la leche materna. En África del Subsahariana, donde las enfermedades infecciosas están descontroladas y ponen en riesgo la vida, el amamantar es esencial para mantener a los bebés sanos. Esto es debido a que la leche materna contiene varios componentes importantes que ayudan a los sistemas inmunes en desarrollo combatir enfermedades infecciosas.
Para probar si cambios en las rutinas de amamantamiento afectan los niveles de VIH en la leche materna, Louise Kuhn y un grupo de expertos realizaron durante dos años un seguimiento a más de 900 mujeres infectadas con VIH y a sus bebés. A todas las mujeres se les aconsejó amamantar al pequeño desde el nacimiento hasta los cuatro meses. A los cuatro meses se pidió a la mitad de las mujeres dejar de amamantar, mientras que se estimuló a la otra mitad a continuar dando el pecho. Leche materna fue recolectada de todas las mujeres a los cuatro meses y medio. A lo largo del estudio, los pequeños fueron examinados regularmente para chequear la posible transmisión de VIH.
Las mayores tasas de contagio
Los investigadores descubrieron las concentraciones más altas de VIH en la leche materna de las mujeres que dejaron de amamantar a los cuatro meses. Las mujeres que continuaron amamantando pero que dieron a sus pequeños otro alimentos tuvieron las segundas cifras más altas las concentraciones.
Sin embargo, las mujeres que exclusivamente amamantaron a sus hijos durante más de cuatro meses tuvieron las concentraciones más bajas de VIH en su leche materna. De esta manera, los investigadores concluyeron que los cambios más sutiles en la frecuencia del amamantamiento durante la infancia pueden influir en las concentraciones de VIH en la leche materna.
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