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Multitudinaria protesta en la plaza Tahrir. / Ahmed Jadallah (Reuters)
Tahrir protesta por el «golpe» de los militares
Elecciones en EGIPTO

Tahrir protesta por el «golpe» de los militares

Mohamed Mursi y Ahmed Shafiq aseguran, cada cual por su lado, haber ganado los comicios, cuyos resultados oficiales se conocerán el jueves

AGENCIAS

Miércoles, 20 de junio 2012, 02:13

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La plaza Tahrir de El Cairo es escenario de una manifestación contra el "golpe constitucional" de los militares, que se han arrogado prerrogativas que les permiten mantenerse en el poder sea cual fuere el resultado de la elección presidencial.

Los dos protagonistas de los comicios que culminaron el domingo, el candidato de los Hermanos Musulmanes Mohamed Mursi y el ex primer ministro del presidente derrocado Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq, aseguran, cada cual por su lado, haber ganado las elecciones, cuyos resultados oficiales se conocerán el jueves.

Las manifestaciones han sido convocadas por organizaciones juveniles de militantes prodemocráticos y por la cofradía islámica de los Hermanos Musulmanes, primera fuerza política de Egipto y rivales históricos de los militares que dominan el sistema desde la caída de la monarquía en 1952.

Yasser Ali, portavoz del equipo electoral de Mursi, que preside el Partido de la Libertad y la Justicia, ha declarado: "No buscamos un enfrentamiento con nadie, en Egipto nadie desea un enfrentamiento". Ali ha subrayado que "debe haber un diálogo entre las fuerzas nacionales" y "la gente debe decidir sola su futuro". Sin embargo, ha dejado claro que "en Egipto nadie está por encima del Estado y de la Constitución" y que "todos deben respetar la voluntad del pueblo".

El equipo electoral de Mursi ha reiterado que este recibió el 52% de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales mientras que su rival obtuvo el 48%. "Estamos hablando de hechos y documentos, no de indicadores o de especulación. Esa es la diferencia respecto a lo que dice la otra parte", ha destacado Ali al presentar los datos del recuento de votos recopilados por su equipo. Esas cifras son ligeramente distintas de las que anunciaron ayer. "No hay ninguna duda de que estas cifras son las que anunciará la Comisión Electoral (...). Posiblemente, habrá algunos cambios menores tras los recursos de ambas partes, pero confiamos en lo que decimos", ha insistido.

El equipo electoral de Shafiq también ha ofrecido una rueda de prensa para reiterar que él es el ganador y que recibió el 51,5% de las papeletas. "Iremos hasta donde nos permita la ley para confirmar el hecho de que Shafiq lidera el recuento y que es el próximo presidente de Egipto", ha asegurado el portavoz Karim Salem.

Envoltorio vacío

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), en el poder en Egipto desde la caída de Mubarak en febrero de 2011, anunció ayer su voluntad de entregar el ejecutivo al futuro presidente antes de fin de mes. Pero mantendrá el poder legislativo y controlará otros sectores institucionales en nombre de "un equilibrio de poderes".

En la práctica, el próximo jefe del Estado se encontrará en la incapacidad de implementar leyes sin la aprobación de los militares, que decidieron retomar el poder legislativo, tras la disolución de la Asamblea del Pueblo, dominada por los islamistas. Esta disolución fue pronunciada el sábado por el ejército sobre la base de un dictamen judicial que invalida el modo de escrutinio de las legislativas celebradas de noviembre a enero pasados. No se espera que haya nueva Asamblea antes de fin de año. El Ejército se reserva también el derecho de intervenir en el proceso de redacción de la futura Constitución y mantendrá el control sobre el sistema represivo gracias a los servicios secretos y a la policía militar, autorizados a detener a los civiles. Se reserva igualmente todas las cuestiones que le conciernen directamente, entre ellas el nombramiento o la revocación en el seno de su jerarquía, protegiéndose así de eventuales cambios promovidos por el futuro presidente.

Los Hermanos Musulmanes y los partidos de la corriente "revolucionaria", equipararon la disolución con un "golpe de Estado constitucional", en beneficio de los generales del CSFA que en la práctica convierte la presidencia en un envoltorio vacío. "Los Hermanos (Musulmanes) y el ejército se preparan para la batalla del Parlamento", ha escrito el liberal Al Wafd.

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