El Oporto no dio opción al sueño del Villarreal

Ni milagros, ni fiesta. Al menos para el Villarreal. El Oporto perdió el partido, pero ganó la eliminatoria. Lo hizo en un partido donde los castellonenses hicieron méritos hasta para clasificarse, pero la calidad portuguesa arriba sentenció entre la primera y segunda mitad.

Y todo ello a pesar de que el partido comenzó bien para el Villarreal. Hasta cuatro ocasiones claras tuvieron los jugadores en apenas diez minutos. La apuesta ultraofensiva de Garrido, con más delanteros y dejando desguarnecida la retaguardia, parecía dar sus frutos. Tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió a favor de los locales. Cani se convirtió en el gran artífice de la esperanza para los suyos. Recogió la pelota en el centro, pausó el juego hasta casi adormilar a los defensas portugueses, centró a Marco Ruben y este devolvió el balón en forma de regalo para que el mediapunta marcara el tanto de la ilusión.

El plan era marcar antes del cuarto de hora y ocurrió en el 16. Aún así valía. Los de La Plana continuaron con ahínco contra la portería de Helton, el punto débil de su equipo. Pero como le viene sucediendo a los amarillos últimamente, pronto sucumbieron a su bajón físico.

Matilla y Cazorla, los más creativos, no aguantaron más allá de media hora. Sin ellos, el equipo se descompuso. A pesar de ello, nadie en el Madrigal podía vaticinar lo que todavía tenía que suceder. Hulk se marchó con la potencia que le caracteriza desde 30 metros hacia la frontal y allí disparó con la mala fortuna de que Musacchio se puso en medio y desvió la pelota hacia las redes de Diego López. Ahora eran cuatro los tantos que tenía que anotar en 45 minutos el Villarreal. Misión imposible.

Más utópico se convirtió el milagro villarrealense cuando nada más comenzar la segunda parte el Oporto marcó el segundo. Falcao, sin lugar a dudas la gran estrella de esta Europa League, acabó con toda esperanza. Como sucediera en la ida, Guarín le sirvió a su compañero el tanto de la remontada lusa.

A partir de ese gol el partido se puso tan cuesta arriba para los españoles, que ni siquiera tenían ya ocasiones de mención. Sólo el tanto de Capdevila, que le pegó tras un rechace con más sentimiento que fuerzas, devolvió un poco de alegría al velatorio que era el estadio.

Si le faltaban pocas cosas a la eliminatoria, también hubo un penalti para soñar con milagros en diez minutos. Otamendi hizo un claro penalti a Marco Ruben y Rossi se encargó de anotar su undécimo tanto en la competición europea. Al menos sirvió para dar al Villarreal una victoria que le da prestigio. Aunque quien estará en Dublín será el Oporto.