La fotovoltaica riega Cedillo de megavatios y de millones

Cedillo seguirá siendo Cedillo. pero de otra manera. Ya es un poco diferente, de hecho. El pasado día 20, el pleno municipal aprobó incorporar al presupuesto municipal 700.000 euros. «Una cantidad que supone casi duplicar nuestros ingresos habituales», aprecia el socialista 'Botines' (Antonio González), al mando de un ayuntamiento que viene manejando en torno a un millón de euros anuales y que como casi todos los de su tamaño en España, lleva décadas buscando debajo de las piedras ideas y dinero para luchar contra la despoblación.

«Ahora en el pueblo no quedan ni una casa para alquilar», comenta el regidor para ilustrar el cambio que se está gestando en la localidad gracias a la energía fotovoltaica. Iberdrola está construyendo en el término municipal dos plantas de 50 megavatios cada una, y tramita los permisos para comenzar a levantar otra de 375 megavatios, esta última en una finca (La Regañada) propiedad de una sociedad agraria formada por 120 vecinos del pueblo. Y todo esto tiene una traducción en dinero. Sobre todo en impuestos, principalmente tres: el ICIO (Impuesto sobre Instalaciones, Construcciones y Obras), el IAE (Impuesto de Actividades Económicas) y un IBI particular (el denominado de características especiales).

Como es lógico, en el Consistorio ya han calculado lo bueno que se les avecina. «Antes de empezar a construir las dos que suman 100 megavatios y que ya están en obras –desglosa el alcalde–, nos ingresaron 2,2 millones, y antes de que se empiece a construir la otra, la de 375, tendrán que pagarnos unos cinco millones. Además, una vez que estén funcionando, ingresaremos sobre 300.000 euros anuales por las dos de 50 megavatios y en torno a 700.000 por la de 375».

Las dos de 50 megavatios (Majada Alta y San Antonio) han requerido una inversión de 210 millones de euros, detalla Iberdrola, y el regidor cree que estarán listas aproximadamente a finales de este año. Durante su construcción, en periodos punta se necesitarán 320 trabajadores. Entre las dos instalaciones evitarán la emisión a la atmósfera de 90.000 toneladas de carbono al año, y generarán energía como para abastecer anualmente a 189.000 hogares. La de 375 megavatios (llamada Cedillo) supondrá una inversión de 345 millones, podría a empezar a levantarse a inicios del próximo ejercicio y en las épocas de más trabajo requerirá 850 empleados. Una parte de esta última planta estará en suelo de Herrera de Alcántara, a cuyas cuentas municipales también les saldrá una sonrisa.

Cedillo, además, cuenta desde hace 46 años con una central hidráulica, también de Iberdrola, que le reporta más de 400.000 euros anuales en concepto de impuestos y que emplea a una decena de familias de la localidad. El hecho de tener esta infraestructura ha sumado para atraer otras de la misma compañía, entre otros motivos porque ya se dispone de la subestación eléctrica que necesitan las fotovoltaicas (aunque habrá que hacer alguna ampliación).

«Las plantas están suponiendo ya un revulsivo importante para la comarca, y todo ello sin renunciar a la protección medioambiental de nuestro entorno, porque hablamos de energías limpias que se han instalado en espacios donde no generan impacto paisajístico», reflexiona 'Botines'.

«Entre los 440 megavatios de la hidráulica, los 100 de las dos fotovoltaicas en construcción y los 375 de la que está en trámite, el pueblo sumará más de 900 megavatios, una cantidad que dudo que supere algún otro municipio de nuestra comunidad autónoma», añade el regidor, que calcula que las dos plantas ahora en ejecución emplean a unos 25 vecinos de Cedillo, la mayoría jóvenes pero también alguno mayor de sesenta años.

Y esto suena a música celestial en un pueblo que ha perdido el 21% de su población en lo que va de siglo y cuya densidad de población es de ocho personas por kilómetro cuadrado (es lo que los estudiosos en la materia suelen denominar un 'desierto demográfico', por no llegar a los diez). Estos números, y los anteriores, ayudan a comprender por qué la declaración municipal de interés del proyecto fotovoltaico de 375 megavatios llevada al pleno municipal extraordinario celebrado el pasado 6 de abril fue aprobada por unanimidad. Votaron a favor seis de los siete concejales. Se abstuvo una edil, según el acta de la sesión «por ser parte interesada directamente en el asunto a tratar».

En ese documento también se mencionan dos palabras presentes desde hace años en informes, propuestas e incluso en nombres de consejerías y ministerios: Reto Demográfico. Aquí se escribe para dejar constancia de que el proyecto que sembrará el pueblo de megavatios y millones es «una gran oportunidad» y una estrategia de eso, de reto demográfico, «concreta y local».