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Para celebrar el Día de Europa, el pasado 9 de mayo, el centro acogió una convivencia con alumnos de otros centros como Coria o Torrejoncillo.

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Para celebrar el Día de Europa, el pasado 9 de mayo, el centro acogió una convivencia con alumnos de otros centros como Coria o Torrejoncillo. Hoy

Una embajada europea en Ceclavín

El Cella Vinaria, con 126 alumnos, es uno de los doce centros extremeños nombrados Escuelas Embajadoras del Parlamento Europeo

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Domingo, 15 de diciembre 2019, 09:21

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Hace cinco años comenzó una pequeña revolución en el Cella Vinaria de Ceclavín, un pequeño instituto que cuenta con 126 alumnos en los cuatro cursos de Educación Secundaria Obligatoria y en un grupo de Formación Profesional en Aprovechamientos Forestales que agrupa a alumnos de tres localidades: Acehúche (801 habitantes), Zarza la Mayor (1.250 habitantes) y Ceclavín (1.854 habitantes). Desde el instituto, se decidió abrir el centro al exterior para provocar un cambio en la mentalidad del alumno y en su percepción de las cosas. Por entonces, había un total desconocimiento de Europa, cuenta José Manuel Galán, el director del Cella Vinaria. Ahora, el panorama ha cambiado radicalmente. De hecho, el centro renueva su título de Escuela Embajadora del Parlamento Europeo por tercer año consecutivo.

Fue nombrado en 2017 (el programa se puso en marcha en 2015 y 2016 únicamente en la comunidad de Madrid y después se convocó de manera nacional). Entonces, se convirtió en el primer centro extremeño rural que lo tenía, ya que los otros centros seleccionados se encuentran en Badajoz y Cáceres, el Sagrada Familia (Josefinas) y el María Auxiliadora, respectivamente. En el año 2018 se sumó el instituto San José de Villanueva de la Serena y este año, hay que añadir ocho centros más al listado: dos en Badajoz, y uno en Mérida, Monesterio, Almendralejo, Jerez de los Caballeros, Cáceres y Trujillo. Aún con las nuevas incorporaciones, el de Ceclavín es el centro más pequeño de la lista, atendiendo tanto al número de estudiantes como al número de habitantes que tienen las tres poblaciones de las que recibe alumnos. El objetivo del proyecto es que los alumnos conozcan los valores, funciones y objetivos de las instituciones europeas y actúen como embajadores en su entorno. Los seleccionados se comprometen a mantener un punto de información actualizado sobre el Parlamento Europeo en el centro, realizar actividades a lo largo del curso relacionadas con la Unión y celebrar el Día de Europa, el 9 de mayo.

EMBAJADORES EXTREMEÑOS

  • Provincia de Badajoz En Almendralejo, el Santiago Apóstol; en Badajoz hay tres centros: el San Roque, colegio Sagrada Familia y Rodríguez Moñino; en Jerez de los Caballeros, el Ramón Carande; en Mérida, Santa Eulalia; en Monesterio, el Maestro Juan Calero; y en Villanueva de la Serena, el San José.

  • Provincia de Cáceres. En Cáceres hay dos el centro María Auxiliadora y el Profesor Hernández Pacheco; en Trujillo el Turgalium; y en Ceclavín, el Cella Vinaria.

La historia de la embajada europea en Ceclavín comenzó con dos acciones: crear puntos de información, que instalaron en el centro educativo y en los ayuntamientos de las tres localidades, y salir a la calle para valorar el conocimiento de los vecinos. Los alumnos encuestaron a 240 personas y más del 50 por ciento desconocían las instituciones básicas. Eso les motivó para indagar. Contactaron con las embajadas de todos los países de la Unión Europea, seleccionaron temas para ver cómo se abordaban desde la comunidad, participaban en debates sobre temas europeos con otras escuelas. El programa no se trata solo de enseñar datos, sino también de que los chavales experimenten la ciudadanía europea. El volumen de acciones llevó a que una de sus alumnas, Ángela Solana, fuera elegida para dar uno de los discursos en la entrega de los premios Carlos V a Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo.

«En el segundo curso como escuela embajadora, los alumnos construyeron juegos a través de los cuales la gente conociera la UE», explica el director. Uno de ellos fue la adaptación del 'dobble' (un juego de cartas en el que los jugadores compiten por encontrar el símbolo que se repite). Otro, la creación de una baraja con los países de la Unión con varios datos, entre ellos el número de habitantes, el PIB y lo que aporta o recibe de la comunidad europea. «Todos quieren conseguir Alemania», dice entre risas Galán. Como broche de esa segunda experiencia, las Elecciones al Parlamento Europeo, que tuvieron lugar el 26 de mayo de este año, que fueron ampliamente estudiadas.

Este curso, Ceclavín acogerá un encuentro nacional de escuelas embajadoras. Además, está llevando a cabo un proyecto, denominado EntreComp, con un sistema de evaluación para definir perfiles de los alumnos. Con esto, se pretende sacar a relucir habilidades y destrezas como la perseverancia, la motivación, el trabajo en equipo, la creatividad, y ponerlas en valor. Este proyecto fue seleccionado a nivel nacional para compartirlo en un seminario celebrado en Dinamarca a finales del pasado mes de septiembre.

Los alumnos han elaborado varios juegos para aprender de una manera lúdica los datos sobre los países de la Unión Europea. En la imagen, crean monumentos emblemáticos con plastilina y espaguetis.
Los alumnos han elaborado varios juegos para aprender de una manera lúdica los datos sobre los países de la Unión Europea. En la imagen, crean monumentos emblemáticos con plastilina y espaguetis.

Aprendizaje dialógico

En el Cella Vinaria, este proyecto se complementa con el Proyecto Erasmus+ y el Dialogic Revolution. A través de éstos, los alumnos han estado en Varsovia, Kostkowo o Valenii de Munte, donde comparten su proyecto de aprendizaje, el dialógico, basado en la aplicación de las denominadas actuaciones educativas de éxito, aunque sin conformarse oficialmente como comunidad. En clase se habla de tú a tú. Parece sencillo, pero la dificultad está precisamente en lograr una relación entre iguales cuando uno es un alumno y otro un profesor, un padre, un trabajador del centro, un representante de una institución, que integran una bolsa de voluntarios a quien llamar como colaboradores en el desarrollo de las clases. La autoridad se gana a través de los argumentos, explica Galán, y de la interacción surge el aprendizaje. «Ellos están encantados, la monotonía los mata», resume.

Suyo ha sido el empeño de implantar estas actuaciones. «Un amigo que dirige un centro en Andalucía me habló de ello. Somos los responsables de un centro educativo y a veces, te ves como un administrativo que llega, trabaja y se marcha. Y no queremos eso, así que rompimos con las dinámicas que no nos gustaban», explica. Ahora, por ejemplo, en vez de la prueba de compresión y lectura tras leer un libro, se lleva a cabo una tertulia literaria en la que también participan madres y padres. Tras acabar una unidad didáctica, se organizan grupos interactivos para debatir el contenido y lo aprendido.

También tienen lugar tertulias pedagógicas y formación con las familias. «Hay más conocimiento del profesorado, de cómo se trabaja y ha aumentado la confianza entre el centro y las familias y viceversa. Los alumnos han abierto su mente, no tienen una percepción y objetivos tan local como antes, y su implicación en el centro es mayor», narra el director, que reseña que la demanda del módulo de Formación Profesional o el diseño de la biblioteca haya partido de los propios estudiantes. «Es un compromiso mutuo. En una zona rural tiene más peso por la falta de acceso a la cultura», concluye el director.

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