Adenex pide actuar ante la proliferación en el Tajo de una planta invasora

La asociación conservacionista Adenex alertó ayer sobre la proliferación en el río Tajo, en la zona de Garrovillas de Alconétar, de una planta invasora denominada azolla y pidió tanto a la Junta de Extremadura como a la Confederación HIdrográfica del Tajo (CHT) que actúen «con celeridad» para erradicarla. Adenex teme que si no se controla pronto «pueda quedarse para siempre en el río».

La Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad aseguró tras conocer la demanda de la asociación que está al corriente del problema, que afecta al río a su paso por el Parque Natural del Tajo Internacional. Indicó que se trata de un «helecho de agua», una planta «con poca masa vegetal», que desde hace más de una década «aparece de manera recurrente» en varios tramos del río, y una vez que desarrolla su ciclo «muere y desaparece». La Consejería aseguró que «no se han observado en este tiempo episodios de mortandad de peces vinculados a la azolla ni ningún otro problema de relevancia». Apuntó además que «la extracción no es aconsejable en estos momentos desde el punto de vista técnico y ambiental, ya que es época de cría de especies protegidas».

Adenex, si embargo, afirma que, aunque la azolla tiene características distintas al camalote del río Guadiana, es «igualmente expansiva» bajo determinadas condiciones de temperatura y humedad». Considera «vergonzoso» que tras lo ocurrido en el Guadiana no se tomen precauciones en el Tajo, y exige que se cree una comisión de emergencia que aporte soluciones «antes de que sea más costoso y demasiado tarde».

Adenex recuerda que la azolla es «una vieja conocida», pues ya en mayo de 2016 apareció en la confluencia entre el Tajo y el Almonte, con un manto de color rojizo que cubrió más de un kilómetro. El riesgo entonces, indica la asociación, era que llegara al pantano de Guadiloba, del que se abastece la ciudad de Cáceres. «Precisamente ahora se ha vuelto a pedir el trasvase de Almonte al Guadiloba», apostilla.

En diciembre de 2018 en el río Salor y en enero de 2019 en el Almonte apareció otra planta invasora, la lugvigia, que llegó a cubrir nueve kilómetros del Alagón en un tramo «con gran riqueza piscícola y deportiva», destaca Adenex, que critica que la inacción de las administraciones entonces ha provocado que este invierno haya vuelto a aparecer esa planta en el río Salor.