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Un niño y su padre resultan quemados con las brasas del incendio de la Sierra de Gata

Un niño y su padre resultan quemados con las brasas del incendio de la Sierra de Gata

La gravedad de las heridas del menor, de cinco años, ha obligado a su traslado a Madrid | Se habían desplazado el fin de semana desde Madrid para visitar a unos amigos de Hoyos

redacción

Domingo, 23 de agosto 2015, 13:02

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El incendio de la Sierra de Gata iniciado el pasado 5 de agosto no ocasionó heridos mientras permaneció activo, aunque sí cuantiosos daños en más de 7.000 hectáreas. Ahora, casi tres semanas después, cuando ya se daba por controlado desde el pasado 14 de agosto, deja dos personas quemadas. La tarde del pasado sábado, un niño de cinco años y su padre, de 41, desplazados desde Madrid, resultaron con quemaduras al hundirse en uno de los terrenos próximos a Acebo afectados por el fuego. La gravedad de las heridas del pequeño, principalmente, han obligado a su traslado al Hospital madrileño de La Paz, donde también ha ingresado su padre. El niño se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Desde el El Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura (Infoex) se pedía ayer «precaución» y recordaban que todavía mantiene «varias dotaciones terrestres en la zona del incendio». «No se declarará extinguido hasta que no dejen de existir materiales en ignición dentro del incendio», añadieron las mismas fuentes.

El precedente del incendio de Las Hurdes

  • El suceso registrado en la Sierra de Gata tiene su precedente en otro incendio que asoló Las Hurdes en el año 2002, también un mes de agosto. Entonces, como ahora, aunque el fuego que afectó a municipios como Pinofranqueado fue importante, tampoco hubo que lamentar víctimas en ese momento, pero sí días después cuando cuatro personas tuvieron que ser ingresados en Cáceres con quemaduras en las piernas. Se hundieron mientras caminaban por la tierra calcinada, aparentemente inofensiva. Sin embargo, algunas oquedades se convierten en trampas, verdaderos braseros con rescoldos que mantienen altas temperaturas.

El Infoex asegura disponer de «una vigilancia perimetral» de la zona afectada, en la que trabajan dos unidades, con un perímetro que «ronda unos 100 kilómetros de extensión». Por eso, ayer subrayaba «la necesidad de mantener la precaución en la zona afectada por cualquier incendio hasta que este se declare extinguido».

Esta advertencia, sin embargo, llega después de conocerse el suceso que ha afectado al niño y su padre , que han sufrido heridas de segundo y tercer grado en varios de sus miembros. En concreto, el menor tiene quemaduras de tercer grado en la planta de un pie y de segundo grado en miembros inferiores y superiores. Por su parte, el adulto, con pronóstico menos grave, presenta quemaduras de segundo grado en una mano y un pie.

Según ha podido conocer este diario, se habían desplazado el fin de semana desde Madrid para visitar a unos amigos de Hoyos, una de las localidades que tuvo que se evacuada debido a la proximidad de las llamas. Precisamente, el motivo de la visita era conocer la zona afectada por el incendio.

Tras sufrir el accidente, fueron traslados al Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, derivados del de Coria. Aunque la unidad de quemados y cirugía plástica se encuentra ubicada en el Hospital Nuestra Señora de la Montaña de la capital cacereña, la gravedad de las heridas del niño y su previsible larga estancia hospitalaria había llevado a los responsables del SES (Servicio Extremeño de Salud) a decidir su ingreso en el San Pedro de Alcántara, aunque finalmente fue necesario incluso su traslado a Madrid. En el caso del padre, las heridas no lo hacían necesario.

Desde la Junta de Extremadura se había anunciado esta semana una partida de cinco millones de euros para un plan de actuación urgente en la Sierra de Gata, plan que había comenzado precisamente asegurando la seguridad a las fincas afectadas por el incendio. Así, por ejemplo, se había iniciado la tala de algunos grandes árboles que amenazaban derrumbe tras verse afectados por las llamas. Sin embargo, de manera explícita al menos no hay constancia de que se hubiera prohibido a la población de la comarca no caminar por terrenos calcinados.

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