Cierra tras 60 años la escuela hogar de las religiosas de Alburquerque

El sábado estuvo cargado de emoción y recuerdos. Antiguas alumnas, llegadas tanto de Alburquerque como de otras localidades, se reunieron para despedir a las monjas y celebrar la trayectoria del colegio. La jornada comenzó con una emotiva misa en la iglesia de San Mateo, oficiada por Diego Valle junto al actual párroco, Pablo Soto. Posteriormente, la comunidad se reunió en el Restaurante Rolán para compartir un aperitivo, un espacio donde los recuerdos afloraron y las anécdotas de años pasados fueron el centro de las conversaciones.

El colegio de las monjas ha sido mucho más que un centro educativo, convirtiéndose en un hogar y un pilar fundamental en la vida de muchas jóvenes de Alburquerque y sus alrededores. La labor de las Hijas de la Virgen de los Dolores, con su compromiso y dedicación, ha contribuido al desarrollo y la educación de innumerables personas, dejando un legado imborrable en la memoria colectiva de la localidad.

Aunque el cierre de la Escuela Hogar Nuestra Señora de los Dolores deja un vacío, el impacto de casi 60 años de servicio de la Congregación Hijas de la Virgen de los Dolores permanecerá vivo en los corazones de quienes formaron parte de esta institución. La despedida de las hermanas María y Esther marca el fin de una era, pero el agradecimiento y el cariño hacia ellas y su congregación perdurarán en Alburquerque.

Alburquerque contaba desde 1967 con este servicio educativo complementario, facilitando el acceso a las enseñanzas obligatorias y postobligatorias a aquel alumnado que debe escolarizarse en localidades distintas a las de su domicilio habitual, así como a aquel que, en razón de circunstancias excepcionales, deba utilizar el servicio de residencia como medida para asegurar una adecuada respuesta educativa que no puede recibir en su residencia habitual. Ahora se cierra este colegio tras seis décadas de servicio a al comunidad local.