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PATRICIA MIRANDA TORAL
Domingo, 23 de octubre 2022, 11:39
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La Hermandad de Nuestra Señora Virgen de Gracia, de Oliva de la Frontera, ha recibido la donación de una obra del pintor olivero Timoteo Pérez Rubio de manos de su propietaria, Ramona Guarino González, en un acto en el que estuvieron presentes también el párroco de la localidad, José Ignacio López-Navarrete Garrido, y el hermano mayor, Luis Avellí. Cabe recordar la importancia histórica que tiene la figura de Timoteo Pérez Rubio (Oliva de la Frontera, 1896-Valença, Brasil, 1977), no solo como artista, sino también por su labor al salvaguardar el patrimonio artístico del país al frente de la Junta Central del Tesoro Artístico Nacional durante la Guerra Civil.
La donación en depósito de esta obra pictórica supone un hecho bastante simbólico para la hermandad y para todos los oliveros, ya que los padres de Timoteo Pérez Rubio fueron ermitaños en Oliva durante mucho tiempo y el propio pintor nació y pasó sus primeros años de infancia en la conocida como casa del ermitaño, una vivienda junto al santuario de Nuestra Señora Virgen de Gracia, aún en uso, y donde se encuentra también, desde 1974, en homenaje al pintor, una placa conmemorativa en su fachada.
La propietaria ha explicado que esta obra de Timoteo ha estado en su familia desde que su madre, ya fallecida, la consiguiera en una tómbola organizada por la hermandad a principios del siglo XX. Además, resulta también significativo que la pintura tenga como motivo central el santuario de la Virgen de Gracia, visto desde un campo aledaño de olivos. En el margen superior derecho de la pintura, a menor tamaño, está representada la imagen de la Virgen, enmarcada por un óvalo con cuatro puntas.
Al analizar técnicamente la obra, el artista olivero y doctor en Bellas Artes Yovani Boza Moreno ha explicado que la técnica empleada es óleo sobre tela y el cuadro tiene unas dimensiones de 61 por 68 centímetros. Según Boza, el estilo utilizado mantiene la impronta impresionista, «con gruesos empastes de materia y un marcado interés por el tratamiento de la luz», características determinantes por las que Pérez Rubio obtuvo la beca en la Escuela de Pintores del Paular, o por las que ganó con su 'Paisaje de Invierno', la tercera medalla en la sección de pintura de la Exposición Nacional de Bellas Artes, en 1920.
El cuadro conserva el marco original y salvo algunos desperfectos, se mantiene en un buen estado de conservación. No obstante, la hermandad se ha comprometido a su restauración.
La obra se encuentra ya colocada junto a otras dos pinturas que conserva la hermandad del pintor olivero.
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