La hermana de Manuela Chavero cree que habrá una nueva batida en terreno sin revisar

Emilia, la hermana de la desaparecida, ha señalado que tiene la "intuición" de que la Guardia Civil "tiene algo", ya que los dos últimos meses los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) se muestran remisos a reunirse con la familia.

Durante muchos meses han mantenido contactos dos veces por semana, pero eso ha cambiado los dos últimos meses y, sobre todo, el último, lo que le parece "muy raro".

Emilia, que hace dos días mantuvo el último encuentro con la Guardia Civil, ha recordado que un criminólogo decía que este tipo de casos, cuando se consiguen resolver, es entre los nueves meses y el año después de la desaparición.

La hermana de Manuela ha anunciado asimismo que posiblemente habrá una nueva batida, en esta ocasión en un terreno que se dejó sin revisar en el primer reconocimiento.

En febrero se produjo el último rastreo, en el pantano de Tentudía, próximo a la localidad de Monesterio, de la que era vecina Manuela.

Efectivos del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil de Badajoz y Sevilla buscaron su rastro sin éxito durante varias jornadas con el apoyo de un robot submarino.

Emilia, que se reunió con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, el pasado 7 de marzo, ha agregado que la familia lo está pasando "fatal" y que ella en particular está "peor que en los primeros meses", porque entonces tenía la "esperanza" de encontrarla. .

Al día siguiente del encuentro con el ministro, el juez titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Zafra (Badajoz) tomó declaración a una persona en calidad de investigada.

Tras prestar declaración, quedó en libertad sin ninguna medida cautelar.

Unas semanas antes la Guardia Civil intervino tres vehículos a vecinos del municipio para determinar alguna presunta imputación o, por contra, "desestimar una serie de pruebas", según informaron entonces fuentes de la investigación.

Manuela estuvo la noche del pasado 4 de julio con una amiga, la última persona que la vio, y después regresó a su casa. Nada estaba forzado; sobre su cama estaban los pantalones que había llevado el día anterior, la luz del salón y de la cocina estaban encendidas, al igual que la televisión, y su cartera y su móvil estaban allí, con una última conexión a las 01.55 horas del 5 de julio.