El primer día del Puerto sin corona
Romería de Plasencia. Hubo menos afluencia de lo habitual ante la petición de no acudir en coche a Valcorchero
Juan Carlos Ramos
Domingo, 7 de abril 2024
Acompañó el tiempo –se sobrepasaron los 20 grados– y acompañaron las nubes –a excepción de las primeras horas de la mañana, no llovió y brilló ... un radiante sol casi durante todo el día–. Sin embargo, la romería del Puerto de este año gozó de menos presencia de lo habitual, entre otras cosas, por la petición de la Policía Local de no acudir a la explanada de Valcorchero en coche por las lluvias caídas en las últimas semanas. Algunos no siguieron las recomendaciones y se arriesgaron a enfangar sus vehículos en las veredas del monte; otros optaron por dejarlos aparcados en el parking del hospital y proseguir la subida a pie; y unos cuantos más, la mayoría, dijeron que, si no podían subir con la parrillada y la bombona de gas, que casi mejor se quedaban en casa.
Esas circunstancias mermaron la llegada de romeros al monte público. Da igual el sol brillante, el calorcito de primavera y la programación de ocio que diseñó el Ayuntamiento de Plasencia para tratar de atraer a nuevos y jóvenes devotos a la romería. Durante siete horas, no dejaron de animar el ambiente hasta cuatro dj's: Dani Cayu, Paco Santos, Raúl Moriano y Miguelón. En las horas de la procesión, sin embargo, paró la música.
Fuera del aspecto lúdico, ya centrados en la vertiente religiosa, la Virgen del Puerto se presentó ante los devotos sin su corona por primera vez en los últimos 72 años. El robo perpetrado en el Museo Catedralicio hace dos semanas todavía seguía doliendo a los fieles.
«Lo vivido duele en el alma, por lo que supone y significa. Desde el amor que os tengo, desde el amor compartido a nuestra Madre, comprendo y comparto con vosotros el dolor y la indignación por todo lo sucedido y cómo ha sucedido», decía el obispo Ernesto Brotóns en la misa matinal.
El prelado, incluso, llegó a pedir «perdón» a los placentinos, «como pastor de esta Iglesia diocesana, por la responsabilidad que podamos tener al no haber sabido o podido responder con suficiente eficacia y acierto a la confianza depositada en nosotros (…) Nos han arrebatado un pedacito, no pequeño, del corazón, pero no han podido robarnos la devoción y el amor a nuestra Madre, ni qué decir del amor que nuestra Señora del Puerto nos tiene. Por eso estamos hoy aquí».
La procesión de la Virgen del Puerto sí que gozó de más presencia que la romería campera. Fue una demostración de devoción, como pidió Brotóns, para no dejarse «robar la esperanza, ni la fe, ni la alegría, ni el sentimiento fraterno que nos une en familia».
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