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Imagen del último gran olmo que ha muerto, ubicado junto a la ermita del Puerto. Andy Solé
Muere el último gran olmo de Plasencia

Muere el último gran olmo de Plasencia

Recuerdo. El Ayuntamiento estudia la propuesta de ARBA para mantener el árbol

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Miércoles, 19 de agosto 2020, 21:10

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Por el perímetro de su tronco, por sus más de 10 metros de altura, por sus más de 200 años de vida, era el último gran olmo de Plasencia, pero al igual que ha ocurrido con otros similares, la grafiosis ha acabado también con el olmo de la ermita de la Virgen del Puerto», afirma Álvaro Tejerina Gallardo, delegado regional de ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono). La grafiosis, «un hongo contra el que nada se puede hacer», ha acabado con el último gran olmo que quedaba en una ciudad que «ha contado con la mejor olmeda urbana de la región y una de las más notables del país en las décadas de los 70 y 80», recuerda Álvaro Tejerina. Sin embargo, como antes les ocurrió a los grandes olmos del parque de la rana o a los ubicados junto al puente nuevo y frente a Los Pinos, la grafiosis ha terminado con el de la ermita del Puerto, «un árbol muy cercano precisamente por su ubicación a los placentinos, porque estaba ligado a la ermita», porque su imagen junto al santuario está en la retina de todos.

Apuesta por los clones

«Pero ahora supone un peligro, porque está muerto, porque para que se caigan sus ramas no se requiere ni una brizna de viento; por eso es un elemento peligroso para los ciudadanos y por eso se debe actuar cuanto antes», afirma el delgado de ARBA Extremadura.

Con este fin, Álvaro Tejerina mantuvo en la mañana de ayer un encuentro con el concejal de Medio Ambiente, Sergio López. «Le he transmitido en nombre de ARBA nuestra propuesta para que el recuerdo de este gran olmo, el último que quedaba en Plasencia, se pueda mantener por el valor sentimental que tiene para los placentinos». Por eso ARBA propone en primer lugar confirmar que el olmo ha muerto por grafiosis y después llevar a cabo una poda fuerte «para dejar solo el tronco y el arranque de las ramas madre. A continuación realizar a la madera un tratamiento químico sencillo y no costoso para que perdure y, por último, instalar una placa en un lugar cercano como recuerdo, una especie de homenaje que se podría completar con la plantación de otro ejemplar, pero nunca en el mismo lugar».

Porque lograr que los olmos regresen a Plasencia es también objetivo de ARBA. «He propuesto por eso al concejal esta posibilidad». De la mano, conluye Tejerina, «de clones (madera vegetal asexual) resistentes a la grafiosis, porque frente a esta enfermedad poco podemos hacer».

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