Emprendedoras placentinas que emergen en pandemia
A pesar de la incertidumbre, estas mujeres han lanzado sus proyectos empresariales
Son mujeres valientes porque han tenido la determinación y el coraje necesario, que es mucho, para enfrentarse a una situación incierta como la que estamos viviendo y, por eso, difícil. No son las únicas, pero Yolanda Alonso, Claudia Posligua y Eva Delgado son ejemplo de mujeres placentinas que han emergido en esta pandemia, que han puesto en marcha proyectos empresariales a pesar de todas las dificultades.
«Lo tenía que hacer, no podía dormir por las noches, necesitaba intentarlo y, por eso, me decidí, porque nunca es buen momento, porque siempre hay algo que te frena, pero esta vez me lancé». Yolanda Alonso estudió Magisterio y Bellas Artes y hace apenas dos meses ha puesto en marcha 'Yam Design', una empresa de diseño y confección de ropa artesanal.
«Está inspirada en la indumentaria tradicional del folclore extremeño, pero traída a nuestro día para utilizar a diario», explica. Por eso el guardapiés o refajo inspira una sudadera con bordado en picado incluido o el pañuelo de ramo una chaqueta. «Yo diseño las prendas de hoy con elementos del ayer y me encargo de un proceso de principio a fin que es artesanal». Por eso, aunque pronto quizás muestre sus creaciones en un espacio físico en la ciudad, «la mayoría de los encargos seguirán siendo online, porque la mayoría de mis creaciones son prendas hechas a medida, individuales, porque concibo su confección como el arte, como una pieza única».
Una creación artesanal en cada una de sus prendas con el denominador común de Extremadura. «Porque soy defensora de mi tierra y la intento promocionar, porque es una desconocida incluso para los que somos de aquí y es necesario ponerla en valor». Por eso, también, «yo adquiero todo lo que necesito para la confección de mis trajes de chaqueta, sudaderas, camisetas,... en tiendas de aquí, de Plasencia o de los pueblos de alrededor, porque nos tenemos que ayudar todos», defiende esta emprendedora de 35 años a quien la acogida de su iniciativa la está sorprendiendo. «Estoy muy contenta, tengo mucho trabajo, cada día un poco más».
Le ocurre lo mismo a Claudia Posligua. Tanto es así que está ampliando el negocio que abrió el pasado mayo, en cuanto se inició la desescalada, y que su proyecto para este año es contratar a dos personas. A ella le pasó que hace cuatro años, «después de una muy mala racha», decidió por poner en marcha su propio negocio: el centro de estética Body Art. Lo hizo en un local alquilado en la calle del Sol, pero cuando encontró una casa de tres plantas en la calle Patalón se animó a comprar.
«Empecé a pagar la hipoteca e hice la inversión precisa para adecuar la primera planta y adquirir la maquinaria necesaria; pero cuando iba a dejar el local de alquiler y hacer el traslado, nos confinaron». Sus cuentas se quedaron a cero. «Pero en mayo abrí la nueva sede, el dueño del local de alquiler me perdonó los meses de cierre, por lo que le estaré eternamente agradecida, y poco a poco me empecé a recuperar». Su volumen de trabajo, lejos de descender, ha crecido desde su apertura en mayo. «Me va muy bien, porque doy facilidad a mis clientas, que son mis amigas y a las que tengo tanto que agradecer también; yo empiezo a las 8 de la mañana y acabo con el toque de queda». Por eso ahora ha comprado también el local de la casa de tres plantas, «porque sé que es una segunda hipoteca pero quiero ampliar mis servicios con un centro médico estético». Asegura que «tengo miedo, claro, por la situación que hay, pero creo en mí y en mi capacidad para seguir adelante».
Una confianza y unas ganas que han hecho igualmente que la pandemia no haya podido con Eva Delgado. Esta placentina licenciada en Pedagogía y Psicopedagogía se incorporó al mercado laboral de la mano de la enseñanza. Pero cuando tuvo claro que «no me hacía feliz», se reconvirtió en wedding planner.
Sin embargo, la pandemia truncó de repente en marzo un negocio al alza desde que comenzó en 2016, «gracias a muchas horas de trabajo», y al que la incertidumbre actual sigue atenazando igualmente. Por eso Eva Delgado se ha vuelto a reinventar. Porque «siempre he buscado mi independencia económica» y tenía claro que la nueva normalidad no iba a cambiar eso. «Y me puse a pensar qué podía hacer, qué me hacía feliz». Y surgió su nuevo proyecto empresarial, 'Pan y chocolate'. «Mi abuelo me iba a buscar a la puerta del colegio cada tarde», recuerda. Y ya en casa, «cogía una caja negra que a mí me parecía enorme, sacaba su máquina de escribir y antes de ponerse a teclear, me servía la merienda: un trozo de pan y una fila de chocolate». Eva Delgado asegura que sin ese recuerdo de la infancia quizás hoy no existiría 'Pan y chocolate', la marca propia de sudaderas, calcetines y camisetas unisex y bodies para bebés que personaliza bordando hasta tres iniciales con la tipografía de una antigua máquina de escribir. Un abanico de productos de buena calidad que ha ido ampliando y que irá a más ahora con la colaboración con otras dos emprendedoras placentinas, Alba Deliz y Manuela Sánchez. La tienda de esta última, 'De Manuela', «será el único punto físico en el que se podrán adquirir las prendas de 'Pan y chocolate'». Para afianzar más la conexión con su ciudad, aunque los pedidos sigan llegando, cada vez más, a través de Instagram desde puntos de toda España.
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