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Juan Carlos Ramos
Lunes, 12 de junio 2023, 07:52
El comedor social de la calle Trujillo quiere convertirse en un centro de atención integral para los más necesitados antes de final de año. ... Al esfuerzo de brindar comida caliente para una media de 18-20 personas al día, en los últimos meses se ha sumado un servicio de duchas. Cáritas Diocesana no se conforma con eso y ya se ha puesto manos a la obra para convertir la Casa Betania donde se encuentra alojado el comedor social en un espacio de acogida con una oferta mucho más amplia. Una idea de transformación que nació a iniciativa del propio obispo de la diócesis, Ernesto Brotóns, tras conocer la realidad de manos de los propios usuarios.
«A través de la caridad debemos ser hermanos y servidores de los más vulnerables y ojalá Betania sea un espacio para tomar conciencia con la realidad de la importancia de la dignidad y el valor de los vulnerables», decía Brontóns en la presentación del proyecto.
1984 El Obispado cede la Casa Betania a Cáritas para que sea la sede del Hogar de Nazaret.
2008 El espacio se transforma en un comedor social para dar respuesta a la crisis.
2020 A pesar de la llegada de la covid, sus puertas no cerraron ni un solo día.
Las reformas ya han comenzado en los últimos meses con las mejoras de los baños, la implantación de duchas y el adecentamiento del espacio de atención primera. Para seguir avanzando en ellas, ahora se hace necesaria una mayor inversión, ya que el edificio y todas sus infraestructuras han envejecido con los años. Sus estancias se encuentran llenas de humedad, hay goteras por el hundimiento de los techos y las instalaciones están obsoletas. Todo ello hace que su uso sea insalubre e inseguro.
Las necesidades a cubrir pasan por rehabilitar las cubiertas; rehabilitar y adecuar el espacio de comedor, despensa y cocina; renovar mobiliario y electrodomésticos; y comprar menaje y utensilios de ducha, además del mantenimiento mensual de todos ellos.
El proyecto se encuentra ahora mismo en la primera fase. Su avance dependerá de la capacidad inversión que tenga Cáritas Diocesana. Si la repuesta de fieles e instituciones es positiva, no se ampliarán espacios o se rehabilitará el edificio, sino que se podría implementar un servicio de camas para emergencias.
El primer objetivo de todos es que el reparto de alimentos deje de realizarse en la puerta y los que acudan al comedor social puedan sentarse alrededor de una mesa, justo como antes de la pandemia. A partir de aquí, se tratará de hacer una acogida integral y real de la persona, prestándole unas condiciones más dignas, como evitar que hagan colas en la calle, aumentar su privacidad o aplicar dietas más adecuadas.
Para llevar a éxito este proyecto, Cáritas Diocesana ha abierto una vía de financiación a través de donaciones, que se pueden realizar a través de su página web o de su cuenta en Unicaja.
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