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Borja Jiménez sale por la puerta grande tras una faena redonda
Feria Taurina. El sevillano cortó dos orejas, Perera mostró entrega sin premio y Emilio de Justo dejó detalles de calidad, pero se estrelló con la espada
Juan Carlos Ramos
Domingo, 15 de junio 2025, 10:19
La plaza de toros de Plasencia vivió este sábado una tarde de emociones contenidas, torería auténtica y, sobre todo, una faena que quedará marcada en el albero del coso placentino: la rubricada por Borja Jiménez, que abrió con fuerza la Feria Taurina al cortar las dos orejas del tercero y salir a hombros por la puerta grande como único triunfador del festejo.
El de Espartinas, que atraviesa un momento dulce en su carrera y lo confirmó una vez más, bordó el toreo frente a un gran toro de Montalvo. Desde el saludo capotero, con verónicas templadas y un quite por chicuelinas de ajuste milimétrico, se adivinaba que algo grande estaba por llegar. Con la muleta en la diestra, Borja cimentó una faena de altos vuelos, de trazo largo, de poder y templanza, con muletazos de mano baja que hicieron crujir los tendidos. En los terrenos de cercanías cerró su obra con un arrimón valeroso, antes de dejar una estocada en todo lo alto que le aseguró el doble trofeo. Una obra redonda, de torero en sazón.
Su segundo, el sexto de la tarde, no le permitió redondear numéricamente la tarde por el fallo con los aceros, pero sí dejó detalles de un toreo de seda y mando, con pasajes de exquisita expresión que el público valoró con fuerza. La tímida petición de oreja no fue atendida, pero la vuelta al ruedo supo a reconocimiento pleno de una labor de peso.
Miguel Ángel Perera, por su parte, dejó constancia de su oficio y solvencia. Al primero de su lote le firmó pasajes de buen trazo por ambos pitones, aunque sin que la faena rompiera del todo. Hubo petición, leve, no atendida. En el cuarto volvió a mostrarse entregado, pero tras la ovación, el respetable no entendió su prematura salida del coso, y se marchó entre algún que otro silbido. Algo urgente, sin duda, aguardaba.
Emilio de Justo, siempre honesto y vertical, se topó con la cruz de la moneda. En el segundo de la tarde dejó una faena de hondura por el pitón derecho, seria, que mereció más premio de no ser por el desacierto con la espada. En el quinto, la mala fortuna le jugó doble: primero, con el toro titular lesionado en el caballo, y después, con un sobrero que no le brindó opciones reales de triunfo.
Tres cuartos de entrada registró la plaza en esta primera de feria. En el siguiente capítulo, este domingo, el primer mano a mano de rejones del coso placentino, entre Diego Ventura y Leonardo Hernández frente a los toros de Jódar y Buchema. El rejoneo baja el telón de la Feria en Plasencia.
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