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Las charangas continúan siendo una referencia de las ferias sobre todo en la Plaza Mayor, donde son la única música autorizada. :: david palma
Luces y sombras de una feria en revisión

Luces y sombras de una feria en revisión

El público se reparte entre otros lugares del centro histórico que van tomando el relevo como espacios de diversión

Claudio Mateos

Domingo, 12 de junio 2016, 08:31

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La feria de Plasencia está cambiando. La Plaza Mayor ha dejado de ser el epicentro del 'cañeo' por antonomasia porque la gente en estos días busca la animación y esta vez no la ha encontrado a la sombra del Mayorga, sino en otros espacios de los alrededores que se han convertido en los nuevos lugares de diversión para quienes gustan de celebrar la fiesta en la calle.

Mucho ha tenido que ver sin duda en este movimiento el decreto municipal que ha prohibido este año la música exterior en la Plaza Mayor, pero también que los hosteleros de las plazuelas cercanas no se han quedado de brazos cruzados y han programado acertadamente espectáculos de DJ, cuerpos de baile y hasta conciertos en vivo. Basta con ver cómo han estado estos días las plazas de la Catedral y San Martín, dos espacios que han irrumpido con enorme fuerza en estas ferias, la primera con la animación siempre exitosa de Santos Music y la segunda combinando DJ, conciertos y hasta paelladas para 700 personas.

Y es que si algo se ha visto este año es que la ferias de Plasencia caminan de forma inexorable hacia una diversidad de ambientes más variados que el de charanga, sevillana y 'pachangueo' que ha sido casi omnipresente durante tantos años. Por su puesto ha habido charangas en la Plaza, coros rocieros en el patio del hotel Palacio de Carvajal y más música andaluza en los bares que así lo han querido, pero también sitios que han optado por diferenciarse y han contratado a experimentados DJ como Baby García, por segundo año consecutivo en La Pitarra del Gordo, o la música divertida de los Forajidos del Jerte en las escalinatas de la iglesia que dan al resbaladero de las Capuchinas, una zona a la que ha vuelto la animación en estas ferias casi 30 años después de que fuera el centro de la movida nocturna placentina con locales como Caché, Babia o la incombustible Las Cuevas.

Ya al margen de las cañas, mención aparte merecen las casetas del ferial. La joven ha gozado de un notable éxito de madrugada con la presencia del DJ Víctor Montero. No se puede decir lo mismo de la municipal, que ha generado muchas quejas, entre ellas las del grupo Elysium, que ha denunciado en su página de Facebook la ausencia de servicio de barra, sillas e incluso de limpieza de los servicios. El resultado ha sido una caseta municipal vacía.

Y no es porque la gente no haya subido al ferial. Todo lo contrario, las atracciones han contado este año con una enorme afluencia de público y los 'cacharritos' han estado funcionando hasta altas horas de la madrugada, algo que era difícil de ver en los peores años de la crisis. También ha tenido un notable éxito la caseta que ha vuelto a montar en el ferial la Asociación de Amas de Casa, que es de las pocas que apuestan por volver a recuperar la tradición de casetas de asociaciones y peñas que existía en las ferias de Plasencia antes del traslado al Berrocal, y que poco a poco fueron desapareciendo hasta no quedar ninguna.

Las ferias de 2016 finalizan por lo tanto con el regusto de que las fiestas están en revisión y las costumbres de los placentinos van cambiando, ayudadas eso sí por la normativa municipal. Veremos por dónde van los tiros el próximo año.

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