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Iglesia y convento de San Ildefonso, en la calle del mismo nombre, muy cerca de la Plaza Mayor. :: andy solé
La diócesis busca una congregación para el convento de San Ildefonso

La diócesis busca una congregación para el convento de San Ildefonso

El monasterio se ha quedado vacío por primera vez en sus 600 años de historia al marcharse las tres últimas religiosas

Claudio Mateos

Domingo, 22 de febrero 2015, 09:46

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Aún faltaba más de medio siglo para el descubrimiento de América cuando en el año 1417 se estableció la primera comunidad religiosa en el entonces recién fundado convento de San Ildefonso de Plasencia. Con capacidad para unas 30 monjas, pico que alcanzó a superar en varias ocasiones en sus casi 600 años de vida, nunca se llegó a desocupar del todo, ni siquiera durante las crisis que sufrieron las comunidades católicas en los años de la invasión francesa. Hasta ahora.

La diócesis de Plasencia está buscando una nueva congregación de clausura para el convento de San Ildefonso, situado en la calle del mismo nombre, a pocos metros de la Plaza Mayor. Vendría a sustituir a las concepcionistas franciscanas, más conocidas en la ciudad como las 'lldefonsas' que lo han venido habitando durante los últimos cien años, y cuyas tres últimas integrantes se marcharon de manera definitiva hace unos meses ante la imposibilidad de mantener ellas solas la comunidad

Desde entonces el convento se encuentra deshabitado, aunque siguen celebrándose las misas en la iglesia de manera regular. «Es una verdadera pena después de tantos siglos, pero el envejecimiento de las religiosas unido a la falta de vocaciones ha hecho que el monasterio se quede vació, al menos por el momento». Son palabras de Antonio Cano, el delegado diocesano de Vida Consagrada, quien aclara que las tres religiosas que quedaban no se han ido por su voluntad, sino por decisión de Roma ya que una de ellas superaba los 90 años y a las otras dos, pese a ser algo más jóvenes, les resultaba imposible cuidar de su compañera al tiempo que mantenían la vida conventual.

La más anciana y otra de las religiosas han sido trasladadas a la comunidad de las concepcionistas franciscanas en la localidad sevillana de Mairena del Aljarafe, mientras que la tercera ha regresado a su convento de origen en Lima (Perú).

Conventos de clausura

Tras la marcha de las concepcionistas franciscanas, son tres las congregaciones de clausura que quedan en Plasencia, entre las que suman actualmente 38 religiosas, que son 11 menos que hace diez años. La más numerosa es la de las dominicas, que se encuentran en el convento de La Encarnación, seguida por las carmelitas descalzas del monasterio de la Santísima Trinidad, en Santa Bárbara, y por las clarisas capuchinas del convento de Santa Ana, en la calle de los Quesos.

Según consta en el monolito informativo situado frente al edificio, el convento de San Ildefonso fue donado en testamento a principios del siglo XV por Miguel Sánchez Yanguas, arcediano de la catedral. Comenzó como un 'beaterio' y en 1417 pasó a ser monasterio de monjas franciscanas. El lugar tuvo su época de máximo esplendor bajo la protección del coronel Cristóbal Villalba y su mujer, Estefanía de Trejo, que decidieron apadrinar el convento y e instalar en la iglesia el mausoleo familiar. El convento pasó en el año 1582 a ser de clausura, y como tal se ha mantenido hasta la marcha de las tres últimas monjas concepcionistas franciscanas.

La iglesia está construida en mampostería y ladrillo, con sillares en las zonas nobles. A lo largo de la historia se han realizado numerosas obras de consolidación y reformas. Especialmente importantes fueron las acometidas en los siglos XVIII y XIX por razones como el hundimiento que sufrió el artesonado de madera en 1867, o un cambio del ensolado que se llevó a cabo en 1879.

Estatua y mausoleo

Como piezas de especial valor en el interior del templo, destacan el mausoleo y la estatua en posición orante del coronel Cristóbal de Villalba, que falleció en 1517, justo cien años después de la fundación del convento, aunque la escultura fue colocada allí en 1596.

La comunidad de concepcionistas franciscanas que ha habitado en el convento durante el último siglo se dedicaba, además de a la vida contemplativa, a tareas de imprenta y costura, si bien hacía ya algunos años que habían abandonado estas actividades a medida que las monjas fueron envejeciendo y falleciendo, hasta quedar tan solo tres.

Pese a su estricto régimen de clausura, el monasterio de San Ildefonso ha sido noticia en algunas ocasiones durante los últimos años. La más reciente fue cuando, en noviembre de 2011, el convento abrió sus puertas a la ciudadanía de manera extraordinaria al cumplir cien años sor Pilar Matilla Fuertes, que había ingresado a los 20 en la congregación. Falleció hace dos años.

También apareció en los periódicos en febrero de 2002 cuando Gas Extremadura puso este convento como ejemplo pionero en España por instalar en su iglesia un sistema de calefacción radiante mediante radiadores luminosos infrarrojos de cerámica, que entonces era un método de vanguardia para calentar grandes recintos.

El convento de San Ildefonso está ahora vacío tras casi 600 años de actividad ininterrumpida, y la diócesis de Plasencia trabaja para que ese cierre no se convierta en definitivo.

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