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Níjar, paraíso andaluz junto al Cabo de Gata

Níjar, paraíso andaluz junto al Cabo de Gata

Este coqueto pueblo almeriense se caracteriza por mostrar una bonita silueta blanca y por su tradición artesana de cerámica y jarapas

Álvaro Romero

Jueves, 7 de marzo 2019, 11:23

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El municipio almeriense de Níjar se hace hueco al suroeste de la provincia, a escasos 30 kilómetros de la capital. Con su estampa de pueblo blanco andaluz embellece las faldas de Sierra Alhamilla. Desde esa privilegiada situación ha visto el transcurrir del tiempo y el paso de diversos pueblos que han dejado allí su huella, en forma de arquitectura, artesanía y gastronomía. De todas ellas la cultura musulmana fue la más relevante, de hecho a lo largo del trazado urbano se pueden contemplar varios ejemplos arquitectónicos levantados por esa civilización.

Su belleza no pasa desapercibida y está considerada como una de las localidades más hermosas de Almería, actualmente forma parte de la red de Los Pueblos más Bonitos de España. Su área de influencia se extiende desde la sierra donde se sitúa el grueso urbano hasta el Cabo de Gata, albergando multitud de zonas turísticas, diversas y variadas.

Laberinto blanco

Callejuelas laberínticas y estrechas, estructura de origen árabe perfectamente conservada y casas blancas encaladas conforman el encanto que entrega Níjar a turistas y vecinos. Estos últimos decoran rincones, plazoletas y balconadas con flores y macetas que aportan el toque de color perfecto para romper con estilo la blanca monotonía. Los barrios donde mejor se aprecian los orígenes árabes son los de la Atalaya y el Portillo. Cuestas infinitas, macetas colgantes, terrazas al sol y escondidos zaguanes configuran la distribución de sus calles con orden y desorden a partes iguales.

Caminar entre ellas es la mejor manera de descubrir la villa, parece que no ha transcurrido el tiempo en ella y transporta al visitante a épocas pasadas. El recorrido dirige hasta la Atalaya, un torreón árabe que se alza vigilante sobre la parte alta del pueblo. Es sin duda su construcción más relevante, levantada en 1574, ofrece unas espectaculares vistas panorámicas tanto de Níjar y las huertas cercanas como del Cabo de Gata y el mar Mediterráneo, hasta donde alcanza la vista.

El pueblo protege mil y un detalles que esperan ser descubiertos por turistas y amantes de la fotografía que no pueden irse de Níjar sin inmortalizar cada uno de sus rincones, a cual más bonito. Merece la pena destacar las plazas del Mercado, La Glorieta, y el Granero, lugares donde discurre el día a día de sus vecinos. Alberga también la parroquia de Santa María de la Anunciación, una coqueta iglesia de estilo mudéjar levantada en el siglo XVI, desde entonces es su edificio religioso más importante.

Se puede completar la visita al centro urbano conociendo la Casa Museo del Portillo, un enclave lleno de encanto donde se exponen pinturas, fotografías y esculturas; y el Museo Memoria del Agua, lugar perfecto para conocer el aprovechamiento de este elemento tan preciado en la comarca.

Artesanía como motor económico

La tradición artesana de Níjar es uno de sus tesoros, motor económico durante siglos, allí aún se trabaja como se hacía antaño tanto la alfarería como el esparto y, sobre todo, las jarapas. Un legado inconfundible, tejido a base de retales que hace funciones de alfombra. Aún se puede escuchar entre las calles el traqueteo originado al tejer las telas que luego se pueden ver expuestas en las tiendas de suvenires.

Las jarapas también contribuyen al colorido de las calles y aportan alegría al pueblo. Mientras la cerámica se resiste a abandonar la tradición, herencia que persiste desde la dominación árabe de la zona, hace ya varios siglos. En la actualidad sobreviven algunos talleres de cerámica, ubicados casi todos en la parte baja de la villa.

Riqueza natural

Lo más importante de este municipio se encuentra en el Parque Natural Cabo de Gata- Níjar, primer espacio protegido andaluz que abarca territorio terrestre y marí­timo, en él comprende espacios y paisajes únicos. Desde las únicas montañas de origen volcánico de la Pení­nsula Ibérica hasta la espectacular franja costera, un verdadero espectáculo natural. Ya en el mar alberga una milla protegida que cuida fondos marinos de una riqueza natural incalculable.

Es difícil encontrar otro territorio con tantas distinciones como las que ostenta Cabo de Gata en reconocimiento a sus valores ecológicos, ambientales, paisajísticos y culturales.

Es Zona de Especial Conservación para las aves (ZEPA), Humedal de Importancia Internacional (RAMSAR), Reserva Marina, Lugar de Interés Comunitario (LIC), Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIN), además de ser considerado Geoparque y Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

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