Cáceres y Womad, unidos por la música

Womad volvió a reproducir ayer el milagro que viene dándose desde 1992. La música y todo lo que la rodea pintan un paisaje único. Eso sí, las décadas no han pasado en balde y hay muchos aspectos diferentes respecto a esos Womad iniciáticos que dejaban a Cáceres con la boca abierta. Hay menos hippies, menos rastafaris, menos perros, menos gente diferente. Parece haber desaparecido el caos y la sorpresa.

El ambiente en la ciudad se fue caldeando a medida que iban transcurriendo las horas. Hacia las seis de la tarde comenzó la riada de jóvenes dirigiéndose hacia la Plaza Mayor. Es la primera hora de chicos y chicas muy jóvenes que van sacando todo su arsenal y cogiendo un buen sitio. Garrafones, pajitas kilométricas, embudos y otros artefactos acompañan a estos grupitos. A uno de ellos, integrado exclusivamente por chicas, se acerca una pareja de señores mayores aconsejándoles que se porrten bien durante estos días, y que no beban demasiado. Y ellas asienten, se ríen, siguen a lo suyo. En esas, saltó al escenario 'El Autognomo', o sea, el músico Marcos Bayón, ex integrante de 'Perroflauta' y que ofreció una propuesta y ecléctica que puso a bailar a las primeras filas. Womad tiene que bregar con la circunstancia de que solo un tercio de la Plaza Mayor muestra algo de atención a lo que pasa sobre el escenario.

También por la Plaza circulaba en ese momento un grupo de jienenses celebrando la despedida de soltero de Javier Liébana, que contrae matrimonio el próximo 18 de julio. «Nos parecía el mejor sitio y el mejor momento para venir a Cáceres, es una ciudad muy chula», señalaban. Y Javier asentía, disfrazado de vaca y con la cara pintada. «Ha sido una sorpresa pero estoy encantado». Ganas de pasarlo bien para decir adiós a la soltería con el ambiente más genuino del Womad.

A las ocho y veinte de la tarde ya no cabía ni un alfiler en la Plaza de San Jorge. La formación portuguesa 'Batida' puso a bailar al que se considera el rincón más privilegiado de todo el festival, el más melómano. Minutos antes, un par de chavales con guitarras contemplan el panorama desde la escalinata de la iglesia de la Preciosa Sangre. Dicen que se llaman 'Los Escaños', y probablemente sean un grupo en formación. «Nos gusta el Womad, pero se ha perdido el ambiente, la gente se va directamente a la plaza con el botellón, a nosotros nos gusta estar más tranquilos», señalan.

Alrededor de las 20.30 la Plaza Mayor iba mostrando su estampa más masiva. Según la Policía Local, a partir de esa hora el acceso empezaba a ser complicado y a las once de la noche hablaba de una afluencia de unas 10.000 personas. 'Kobo Town', formación de Trinidad y Canadá llegó a la Plaza a las 21.00. A las 22.00 Dino Saluzzi, un músico histórico de Argentina, ofreció una de las citas estrella de la jornada en San Jorge. Maravilla de bandoneón jugueteando con ritmos diversos. Un concierto para melómanos.

La capitalidad gastronómica se coló también en el Womad. El cocinero Toño Pérez se encargó de leer el manifiesto, en el que propuso, de manera metafórica, hacer un guiso a base de cultura, solidaridad y tolerancia.

El final de la noche estuvo protagonizado por Raúl Rodríguez y Razón de Son, una curiosa mezcla entre ritmos flamencos y caribeños. Rodríguez es hijo de la artista Martirio, y por la mañana explicó sentirse contento de estar en esta cita a la que ya acudió en 1993. «La música es el lugar en el que todos podemos convivir». Los guineanos-franceses Moh Kouyaté y el etiope Mahmoud Ahmed pusieron broche a este viernes.

Aunque la Plaza Mayor y San Jorge son los escenarios principales, otros rincones apuntalan el sabor womero. En la Plaza de Santa María un joven con un teclado aporta ambiente 'techno' a esa cita, y se le arremolina mucho público. Por aquí y por allá, cosas curiosas para ver: un bar portátil en donde se sirven combinados, música, personajes. Rafa es del Caribe colombiano y va disfrazado de pirata. Posa para fotos y pide una propina. Espíritu libre que va donde le lleva el viento. Viene del 'Viñarock'.

Cánovas es también otro punto caliente del Womad. En el mercado pueden encontrarse cosas originales y hechas a mano. Marisol García Cervantes despacha sandalias de México, su país de origen, aunque resida en Cáceres. Cuenta que «no todo el mundo aprecia el trabajo de la artesanía», pero que Womad es un buen punto para exhibir estos trabajos.

Seguridad y alcohol

La seguridad es otro de los retos organizativos del Womad. A partir de las ocho de la tarde comenzaron a funcionar los 13 controles policiales para limitar el acceso de botellas de vidrio a los recintos de los conciertos, una medida que se empezó a tomar en 2008. Todo el mundo parece ya haber asimilado cuales son las reglas del juego. Los bares de la Plaza ofrecían también sus ofertas para intentar que la cita también les sea rentable esta cita: los vasos de cerveza rondaban los 2 euros el tubo y las jarras, 3, mientras que podían conseguirse copas desde los 4,5 euros y bocadillos entre 2,5 y 4 euros.

La medida de eliminar las terrazas del centro histórico causó descontento entre los hosteleros de la Plaza. Se creó un un dispositivo por el cual a partir de las 16.00 horas del viernes todas las terrazas del entorno de la Plaza, incluido San Juan, Santa Clara o la Plaza de la Concepción, aunque son puntos que no soportan gran afluencia de público. Roberto Barriuso, del bar 'Puerta de Mérida', lamentó esta medida que dejó a muchos visitantes sin la opción de cenar. También fue crítico con esta decisión Manuel Ortiz, de Calenda y Kike, del bar 'Las Claras'. Les parece mal esta solución cuando, aseguran, en la Plaza de San Mateo las comidas del mundo cuentan con mesas y bancos para que se puedan degustar los productos que se venden allí. Algunos de estos hosteleros decidieron instalar las terrazas.

La fiesta continúa hoy sábado durante todo el día con ocho conciertos en donde brilla, a las 23.00 horas en la Plaza Mayor, la presencia de la británica Alice Russell, que conquistará con su voz. Sigue el ambiente en las distintas plazas, los talleres infantiles y el cine. Aún queda mucho Womad.