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bloqueo de la nueva ley en la cámara alta

Bush achaca al líder de los demócratas en el Senado la parálisis de la reforma migratoria

El presidente de los EEUU defiende que la reforma integral de la normativa sobre inmigración debe asegurar las fronteras y el trabajo

EUROPA PRESS | WASHINGTON

Sábado, 8 de abril 2006, 02:00

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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha acusado hoy al líder del grupo demócrata en el Senado, Henry Raid, de frenar la reforma de la ley de inmigración, durante su discurso radiado semanal, en el que asimismo ha defendido su proyecto, que incluye más seguridad en las fronteras y la negación de la "amnistía" a los trabajadores indocumentados.

"Desafortunadamente, este acuerdo (de reforma) está siendo bloqueado por el líder demócrata del Senado, quien se ha negado a permitir a los senadores seguir adelante y votar sobre enmiendas a este proyecto de ley", ha afirmado Bush nada más comenzar su declaración, en la que ha pedido a Raid que ponga fin a "sus tácticas de bloqueo y permita que el Senado haga su trabajo y apruebe un proyecto de ley de reforma eficaz de la inmigración". El Senado renunció ayer a aprobar la ley de inmigración pactada el jueves, tras días de discusiones entre demócratas y republicanos, al no quedar asegurada su aprobación con la formulación que los dos grupos habían acordado.

La votación realizada ayer con el objetivo de proteger la ley de posibles enmiendas que los detractores de la misma habían amenazado con realizar puso fin a la esperada votación final sobre esta pieza clave de la legislación que normalizaría la vida de millones de personas en Estados Unidos. La decisión de proteger la ley sólo contó con el apoyo de 38 de 60 necesarios. "La inmigración es un tema sensible y un tema sumamente importante. En el fondo, la inmigración es la señal de una nación confiada y exitosa", ha declarado el presidente, quien considera que dice "algo" sobre Estados Unidos "el hecho de que gente alrededor del mundo esté dispuesta a dejar sus hogares, dejar a sus familias y arriesgar todo por venir".

"Reformando nuestras leyes de inmigración para satisfacer las realidades del siglo XXI, aseguraremos que Estados Unidos permanezca siendo un faro de libertad para las generaciones venideras", ha afirmado Bush, poco antes de definir los "tres elementos" que a su juicio debe incluir la discutida reforma.

Tres principios rectores

"Primero, la reforma migratoria integral debe asegurar nuestras fronteras", asevera Bush, que ha añadido que, desde que asumió su cargo, se han "aumentado los fondos para seguridad fronteriza en un 66% y agentes federales han apresado y devuelto a sus casas a más de 6 millones de personas que entraron a este país ilegalmente -incluyendo a más de 400.000 con antecedentes penales". "Para mejorar la seguridad en la frontera, estamos contratando a miles de agentes adicionales para la Patrulla Fronteriza. Estamos empleando nuevas tecnologías, como ser cámaras infrarrojas y vehículos aéreos sin piloto para ayudar a nuestros agentes en el desempeño de su labor. Estamos instalando barreras físicas a la entrada, como ser cercos en zonas urbanas". Además, Bush ha prometido "seguir trabajando con el Congreso para fortalecer la seguridad fronteriza, para que podamos evitar que inmigrantes ilegales crucen nuestra frontera, y hacer que el sistema migratorio sea más ordenado y seguro".

En segundo lugar, "la reforma migratoria integral debe fortalecer el cumplimiento de nuestras leyes en el interior de Estados Unidos". "Desde que asumí la presidencia, hemos aumentado los fondos para cumplimiento migratorio en un 42%, hemos aumentado el número de agentes de cumplimiento migratorio y de investigadores criminales, hemos mejorado el cumplimiento en lugares de trabajo, y hemos perseguido a contrabandistas, miembros de pandillas, y traficantes humanos".

Para terminar, según el presidente de Estados Unidos, la reforma migratoria integral "debe incluir un programa de trabajadores temporales que alivie la presión sobre nuestras fronteras, al mismo tiempo que rechace la amnistía". "Un programa de trabajadores temporales crearía una manera legal de juntar a trabajadores extranjeros deseosos de trabajar con empleadores estadounidenses ansiosos de llenar empleos para los cuales no hay estadounidenses disponibles", y señala que, al crear un canal legal para los que buscan trabajo temporal en Estados Unidos, disminuiría el número de personas que intentaran atravesar la frontera sin autorización. Bush ha insistido en que el nuevo programa para los trabajadores extranjeros "no deberá ofrecer amnistía", ya que "sería injusto para los que siguen las reglas y obedecen las leyes" y "alentaría a otros a violar la ley y crearía nuevas olas de inmigración ilegal".

"Para mantener la promesa de Estados Unidos, debemos seguir siendo una sociedad acogedora, y también debemos hacer cumplir las leyes que hacen posible nuestra libertad. Al hacerlo, nuestra Nación tomará fuerza de la diversidad de sus ciudadanos, y unidad de su deseo de asimilar y convertirnos en un solo pueblo".

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