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Lolita Flores y María Pujalte son Espe e Isabel.
'Las invisibles', el drama de las camareras de piso desde la ficción

'Las invisibles', el drama de las camareras de piso desde la ficción

Lolita Flores y María Pujalte protagonizan esta nueva serie creada por el responsable de 'Merlí', que este lunes llega a SkyShowtime

Iker Cortés

Madrid

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Lunes, 5 de junio 2023, 00:35

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Los abusos laborales, la precariedad, las dificultades para llegar a fin de mes, los accidentes laborales, las enfermedades asociadas a la exigencia física del trabajo, el dolor crónico... 'Las invisibles', la serie que este lunes llega a SkyShowtime, habla de todo ello y lo hace colocando en primer término el drama de unas camareras de piso que trabajan en el hotel Calíope de la Costa Brava. Detrás de esta ficción de ocho episodios, que da voz a protagonistas maduras y a la clase trabajadora, algo para nada habitual, se encuentran como creador Héctor Lozano y como director Menna Fité, responsables de 'Merlí' y de su 'spin off', 'Merlí: Sapere Aude', en una historia que da comienzo con un trágico suceso: el fallecimiento de Pilar (Elena Irureta), una de las trabajadoras más veteranas por un ataque al corazón.

Isabel, a la que da vida María Pujalte, es testigo de lo sucedido, un incidente que el director del alojamiento y la gobernanta, una pérfida villana y antigua camarera de piso capaz de los peores abusos a sus compañeras para mantener su estatus, maquillarán para no perder la boda que esa misma tarde se va a celebrar. «Isabel decide callar y ese peso seguirá con ella durante toda la temporada», explica Pujalte, que ya trabajó con Lozano y Fité en 'Merlí: Sapere Aude'.

«Isabel está en los cincuenta y, menopáusica, con todo lo que eso conlleva de cambios hormonales, sola y abandonada, y debe pagar una deuda, por lo que está bastante pelada», desarrolla la actriz. La 'guinda' a esa situación la pondrá su hermano, al que el novio acaba de echar casa. «Se irá a vivir con su hermana y se echa todo a la espalda porque así son estas mujeres», afirma Pujalte.

Su gran amiga en la ficción es Espe, encarnada por Lolita Flores. «Está casada, es madre, abuela y es una trabajadora nata, luchadora, aunque no tan reivindicativa como sus otras compañeras porque tiene que conseguir traerse a su hija, que está fuera de España, entonces se desloma. Y luego le pasan cosas en su vida que le hace sacar los pies del tiesto y romper alguna que otra norma», explica Lolita, que quedó atrapada por el proyecto al leer el guion.

Con esta premisa tan dura, cabe preguntarse si en 'Las invisibles' hay espacio para el humor y la sonrisa. «Claro. Es que no es que tú te pongas a hacer comedia, es que hay espacios que da Héctor desde la escritura porque ese es el tono en el que decide contar la historia. En la vida te pasan cosas terribles y a lo mejor te estás riendo esa noche. Son momentos y tiras para delante. Bendito sentido del humor que permite hacer una historia así más llevadera», responde Pujalte.

Lolita lo corrobora. «Todos hemos perdido a alguien en la vida y en un intervalo de tiempo muy rápido, en esos quince días, te ríes y tienes que seguir viviendo y trabajando, aunque la procesión vaya por dentro. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que los aguante», dice divertida.

Empatía

Desde los dos euros que cobran por habitación hasta los tiempos imposibles de limpieza, la serie denuncia sin titubeos la realidad laboral de las camareras de piso, una realidad que a menudo la sociedad oculta bajo la alfombra y la invisibiliza. ¿Hemos perdido nuestra capacidad de empatizar y de solidarizarnos? «Yo creo que lo que pasa a veces es que no tomamos conciencia», reflexiona Lolita.

«El ser humano no ha perdido la capacidad de empatizar y no la va a perder nunca, lo que pasa es que el trajín de vida que tenemos, el estrés, la rapidez, esa locura en la que vivimos permanentemente los seres humanos porque se nos ha impuesto que hay que trabajar para poder vivir, para comprar, para tener... Con todo eso nos vamos olvidando de los más desfavorecidos», se explaya la cantante y actriz. Eso, afirma, es lo que esta serie reinvindica. «Creo que cuando la gente la vea va a tomar conciencia de que hay gente que está mucho peor que nosotros que trabaja mucho más y que gana mucho menos dinero», sostiene.

Curiosamente, uno siempre tiende a pensar que es el otro el que está mal y no uno mismo. «Hay una especie de ego mal llevado. Siempre pensamos que nosotros lo estamos haciendo mejor que el de al lado, que estamos mejor, y yo creo que hay que bajarse dos o tres escalones. Ponerse un poco a la altura», deja caer Lolita.

«A mí lo que me hace gracia es que actuamos como si hubiera líneas divisorias -matiza a su lado Pujalte-. Creo que trabajar, ser constante, sembrar es importante. Es importante todo lo que pongas de tu parte para mejorar en la vida, pero no hay líneas divisorias y porque tengas el apellido Puturru o porque hayas heredado o porque te haya ido bien en la vida no eres mejor».

En este sentido, cree Lolita que «todo es cíclico» y más en una profesión como la del artista. «Hay temporadas en que tienes mucho trabajo y estás muy bien y otras temporadas que no te llama nadie y que te tienes que comer lo que has trabajado anteriormente, así que vuelves a estar exactamente en la línea en la que estabas. No hay que creérselo porque tengas mucho ni tampoco venirse abajo cuando no lo tengas», dice.

«Eso es un principio de realidad de nuestro oficio que creo que es sano y que es que tú vales lo último que has hecho. Es duro pero la vida es así», concluye Pujalte.

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