Shalom... salam
Salvador Calvo Muñoz
Miércoles, 3 de enero 2024, 08:04
Puesto que servidor había hecho el bachillerato de ciencias, una vez plantado frente a la facultad de Filosofía y Letras, a la hora de escoger, ... en Primero de Comunes, entre griego y árabe, se decidió por este último idioma. Dos cursos y agárrate que hay curva. Con el latín no hubo problemas. Menos mal que doña Concha, la profesora de árabe, a pesar de su rictus pétreo, fue afable y paciente con este su seguro servidor. Total, que aprobé los dos años y aprendí –¡dentro de lo que cabe!– la lengua de Ibn Hazm, el autor de 'El collar de la paloma'. Tal vez el desocupado lector diga: «Ya está este dándose el pisto». Líbreme Dios. Hombre, tras dos años de estudio, algo aprendí; pero una gota apenas en ese mar embravecido que es la lengua de abdelrahmanes, ibrahines y muhammades. Y a ver si empiezo a escribir de una vez de lo que quiero decir, que me voy por las ramas y no llego nunca al tronco.
En efecto, en aquellos años fui, era, admirador ferviente de la cultura árabe. Miraba con recelo lo que pasaba en Oriente Medio, y hasta lucí en la solapa una insignia de 'Al Fatah', que me había regalado un amigo sirio de los muchos que estudiaban medicina en Salamanca. Pero entonces nosotros aún creíamos en la buena voluntad de los que enarbolaban la bandera de la solidaridad, la justicia y la libertad. Pobres ingenuos. Tras todo aquello, vino lo que vino luego: el desengaño, la frustración y la rabia por haber estado tan ciegos. Pero si el mismo Yasir Arafat, líder de la OLP, se hartó de robar a los desgraciados de su mismo pueblo. Que Alá lo haya perdonado.
Y pasó lo que tenía que pasar: lee uno, se va enterando de lo que hubo, había y hay. De tal modo que Moshe Dayan dejó de parecernos un ogro. Ariel Sharon hizo lo que pudo por su patria y Simón Pérez fue un sefardita descendiente de aquellos que tuvieron que irse, a pesar de que la reina Isabel no quería, pero no tuvo más remedio. Acabemos: ¿Quién sujeta la marea islámica? ¿Quién estaba allí, cientos de años antes de que pisaran aquellas tierras las sandalias del Galileo, el que nació en Belén, el de Nazareth?
En 1948 las Naciones Unidas dijeron ustedes, los de la kipa, ahí; y ustedes otros, los de la kifiya, ahí más allá. Pero nada, que hay que echarlos al mar, y cada dos por tres hay balazos y crujir de dientes. De repente, veo en el maldito móvil a una señorita que nos cuenta que en un lugar de Almería han levantado ya una mezquita enorme. Una más de las muchas que pespuntean el solar ibérico. ¿Paras eso luchó Diego López de Haro en Las Navas? ¿Para eso Mio Çid Roy Díaz ciñó la espada? ¿Para eso murieron tantos nobles caballeros ante Alhama, Loja, Salobreña y Granada?
Ahora el progre me tildará de islamófobo, xenófobo y otras lindezas. Allhu Akbar gua Alhandulillah. Esas bobas que lucen los «keffiyeh» no se enteran de que algún día acabarán tapando su estúpido rostro con un insoportable burka. Salam jalaikum!
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