El abandono de Badajoz

A partir de la preautonomía, un gran número de políticos pacenses de adopción o nacimiento posibilitaron sin duda alguna la capitalidad en Mérida, reclamaron y consiguieron dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, enriquecieron e hicieron progresar a la mayoría de las poblaciones extremeñas con gran acierto y esmero: Cáceres, Plasencia, Coria, Trujillo, Mérida y Zafra entre otras, hallándose bien conservadas y cuidadas. Sin embargo, el deseo de estos desmañados y otros ha sido siempre dejar a su suerte a Badajoz.

En la parábola del hijo pródigo, Badajoz es el primogénito por su laboriosidad, hospitalidad y generosidad con el resto de la región. Tiene suma importancia por su situación estratégica y cualidades. En términos absolutos, el comercio, la agricultura, el funcionariado e incluso las industrias de uso y consumo hacen de esta, el mayor y el más importante núcleo urbano con diferencia. A pesar de ser el hijo heredero, justo y fiel, es el que menos participa, estando sometido a la voluntad y desamparo de la Junta. Siendo el tercer municipio más extenso de España, con ocho poblados en zona rural, la Diputación no lo tiene en cuenta y no digamos el Gobierno central.

El dinero asignado de los fondos europeos se atraganta y solo se ejecutan pequeñas infraestructuras por la lentitud en gastar lo concedido y por estar mal planificado. La Granadilla, el Puente Real y el Palacio de Congresos hace más de 20 años fueron las últimas obras significativas realizadas. Las grandes infraestructuras son las que transforman a la ciudad, y su realización debe ser apoyada por otras administraciones.

Aquí se asfaltan las calles más transitadas en algunos periodos preelectorales, se pagan los salarios y otras veces se quedan a deber y poco más.

El deterioro de las aceras provoca frecuentes caídas, provocando lesiones graves en los viandantes. Con frecuencia son indemnizados por vía judicial. La reparación se hace eterna. Hasta donde puede llegar el despropósito, que se realizó un carril bici pintando las rayas en el acerado sin obrar lo más mínimo.

El Casco Antiguo es un desastre y hay inseguridad en todos los sentidos. Puede ser el que en peor estado de conservación y habitabilidad se encuentre de la Unión Europea, a pesar de los esfuerzos, interés y las concesiones a los centros históricos. La mayoría de los barrios están abandonados, las calles agrietadas y bacheadas casi siempre. El dinero fácil que llega para realizar las plataformas únicas y carril bici elimina aparcamientos y jamás se reponen. Construyen un puente a cuatro kilómetros del centro, de momento para nada, cuando los pocos que existen céntricos para el trafico rodado, se encuentran colapsados.

Las obras de las orillas del Guadiana están inconclusas. La margen derecha es corta y algo apta para el esparcimiento. La margen izquierda para pasear de día y beber de noche. El cauce del río es una inmundicia, lleno de plásticos, latas y otros desechos domésticos, quedándose atascados entre la vegetación y los pilares del puente. La erradicación del nenúfar mejicano es el caballo de batalla. Cuando una administración culpa a la otra, quiere decir que nadie asume su propia competencia. ¿Es celo o indignación? El cauce de Mérida se limpió hace años.

En el municipio faltan conexiones importantes interiores. Precisa una circunvalación, carece de variantes y accesos convenientes. Se necesita un quinto puente. Del tren digno es mejor no hablar. Tampoco del enlace con Cáceres y Zafra. Los dos hospitales de referencia después de más de cuarenta años al servicio a Extremadura, deben ser reconstruidos.

Casi imperceptible, aquí se descuida al autónomo y a las pequeñas empresas y se potencia a la única multinacional existente. La delincuencia y la inseguridad están muy presentes, aumentando cada día más.

Y siendo una ciudad de gran potencial, afable, abierta, bella, con gran patrimonio, agradecida y tolerante con sus gobernantes nos preguntamos: ¿no les dará vergüenza a nuestros gestores eurodiputados, diputados, senadores, políticos regionales, provinciales y locales haber consentido esta situación?, ¿ha sido negligencia, desinterés e incompetencia? o quizás los obstáculos y enfrentamientos entre los políticos de signo contrario.

Señora presidenta de Extremadura (cacereña): proceda en su mandato como con sus ideas y convicciones. Usted reivindica el artículo 139 de la Constitución Española y dice: «No vamos a tolerar privilegios que nos perjudiquen, ni discriminaciones entre territorios». Ponga esa creencia en práctica con nuestro municipio y aplique su discurso. Preocúpese y venga por aquí tan frecuentemente como en las elecciones autonómicas, se lo agradeceremos tanto como se hizo con los muchos votos que los pacenses le otorgaron. ¿Se acuerda? Está a tiempo.