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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Directivos de Infinity Lithium, en 2019, en el paraje de Valdeflores donde se encuentra el litio de Cáceres. HOY
El mercadeo del litio

El mercadeo del litio

ANÁLISIS ·

Cuatro años después, Infinity dice que puede extraer mineral de forma subterránea. Tiene derecho a intentarlo, pero no a especular

Pablo Calvo

Cáceres

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Domingo, 17 de octubre 2021, 09:28

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Como si fuera la lava del volcán de La Palma, los proyectos de litio en Extremadura salen a la superficie de forma inesperada y guadianesca, pero siempre con fuerza, acumulando titulares en pocas horas. Decía Ángela Merkel durante su intervención el pasado jueves en el Monasterio de Yuste que dentro de 30 años no habrá automóviles que usen gasolina, como los que había visto en gran número. Es probable que la canciller alemana estuviera al tanto de que el territorio extremeño es uno de los más ricos del continente europeo en este mineral que se ha revelado esencial para la vida que ya empezamos a probar, los vehículos no contaminantes, los teléfonos cada vez más inteligentes.

Los dos principales yacimientos, en el entorno de Cáceres y Cañaveral, están siguiendo, en cambio, suertes muy distintas. El segundo, con la empresa Lithium Iberia, mantiene una línea más sólida, cumpliendo paso a paso, y desde esta semana la Junta ya cuenta con el proyecto de explotación, que deberá evaluar y aprobar en su caso.

De esta mina, además, cuelga la fábrica de cátodos que está encontrando, sin embargo, más impedimentos de los previstos, hasta el punto de que aún no se ha decidido, o no se ha comunicado, su ubicación, aunque fue anunciada para el pasado mes de julio. Las necesidades de potencia energética son las que están actuando como freno. Esos cátodos deben alimentar la fábrica de celdas para baterías eléctricas que se planea en la plataforma logística de Badajoz. Toda una cadena sinergias e inversiones a las que ya le hemos dedicado muchas palabras. En el origen está el litio. En el extremo final todavía se escribe un ya veremos.

El otro proyecto, el de la Montaña de Cáceres, ha escrito esta semana su capítulo más extraño con un cambio de planes que no ha hecho más que debilitar la seriedad de sus promotores, la empresa Infinity Lithium que cotiza en la bolsa australiana.

Quienes hayan seguido desde sus comienzos esta iniciativa sabrán que la posibilidad de extraer con galerías el abundante litio que tiene en su subsuelo la Sierra de la Mosca cacereña fue descartada enseguida por su alto coste, lo que hacía económicamente inviable la explotación de la mina. A cambio, se ofrecían variadas formas de restauración ambiental y aprovechamiento, incluso turístico, del cráter que parece que inevitablemente generaría la extracción del mineral. En un giro inesperado, ahora resulta que sí, más de cuatro años después parece que se podría aprovechar el litio sin necesidad de generar ese gran socavón en el monte, lo que obviamente reduciría el impacto medioambiental, aunque no lo haría desaparecer del todo.

Esgrime la empresa que la subida incesante del precio del litio justifica sus cambios de planes, y hacen económicamente viable lo que antes se consideraba poco menos que una locura. Puede que sea así, ellos son los expertos, pero es un bandazo más (tras la salida de Sacyr o los fichajes de Felipe Benjumea y Cayetano Polo para sus labores más bien fallidas como lobistas) para un proyecto cuyos promotores están demostrando pensar a corto plazo, es decir, pendientes de la evolución diaria de sus resultados bursátiles.

Infinity, en cualquier caso, sigue teniendo derecho a desarrollar sus proyectos en Extremadura, y a que se respete su seguridad jurídica, porque de lo contrario, y eso es seguro, la justicia acabará sacando los colores a la administración que no cumpla. Pero con su cambio de planes parece que el proyecto se ha impregnado de un aroma de especulación para el que no deberían contar con nuestros recursos naturales.

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