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¿Qué ha pasado este lunes, 16 de junio, en Extremadura?

Ni honor, ni dignidad

Sánchez humilla continuamente a la nación, especialmente, cuando busca debajo de las piedras los votos que le mantengan en el poder jaleado por sus copiosos y bien engrasados gineceos y androceos ministeriales y mediáticos

Germán Larriba

Catedrático de la UEx (jubilado)

Domingo, 11 de mayo 2025, 23:06

Desde que perdió las elecciones del 23J frente al PP, el Dr. Sánchez decidió entregarse al mundo separatista, cuyo voto necesitaba para acceder y mantenerse ... en el poder. El alimento espiritual exigido por el alma socialista fue calmado de inmediato con prebendas materiales de todo tipo, camufladas tras un ilusorio velo moral de victoria (o de venganza, según se mire) sobre los imaginarios herederos del fascismo. El mismo que hace casi un siglo derrotó al frente popular que él ha reeditado. Somos más que ellos, decía en su «gloriosa» noche, englobando entre los suyos a los del golpe de Estado de 2017, a los criminales de la ETA, numerarios o sucesores, a los insaciables recoge nueces del PNV, a algún otro independentista minoritario, y por supuesto, a Sumar y Podemos. Es decir, a una repugnante mezcla de representantes de ideologías de extrema derecha y consumados racistas, por una parte, y a comunistas y perroflautas por la otra. Lo más llamativo, si se puede extraer algo diferencial de tan nauseabunda cloaca, es la necesidad continua de los votos de un prófugo de la justicia, al que años antes se había comprometido a traer de una oreja ante los tribunales españoles. La inestabilidad del país, a la que, atónitos, asistimos, estaba servida. No en vano, cada vez que han preguntado al Dr. Sánchez su opinión sobre cuestiones de Estado, se ha limitado a contestar lo que habían convenido de antemano sus múltiples asesores. A sabiendas de que, al final, tendría que avenirse a lo que le exigiera el jefe del partido puigdemónico, Puchi para los amigos. Y puesto que la opinión del antojadizo Puchi no suele coincidir con la expresada por él previamente, no es infrecuente que el Dr. Sánchez cambie la suya sobre la marcha, y, con su infinita jeta, y sofismas que hieren la memoria y dislocan la razón, culpe de paso a la derecha y ultraderecha. Pero en el fondo todo se reduce a: «Yo, lo que diga Puchi», trátese de indultos, amnistía, OPA, etc. O lo que diga Junqueras, ese digno representante de la superior raza catalano-separatista. Por no citar a Yolanda. O a Ortúzar/Aitor, o a Otegi. O a los archicorruptos sindicatos. En fin, a cualesquiera que puedan poner en peligro su estancia en Moncloa. Así ha sido, así es, y así será hasta que finalice este pandemonio de legislatura.

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