Otra promesa incumplida de Gragera

Podría asegurar que son cientos de árboles los que se han talado y cegados los alcorques donde estos se encontraban (igualmente demostrable), y el aspecto que la ciudad ofrece, como en otras muchas cuestiones es lamentable. Quiero recordar las altas temperaturas que se producen en Badajoz durante el verano y los beneficios que para las ciudades y sus habitantes reportan los árboles en las mismas, pudiendo reducir esas elevadas temperaturas entre 2 y 8 grados centígrados. Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kilos de gases contaminantes por año. Pueden mejorar la calidad del aire. Los espacios verdes pueden mejorar la salud física y mental de las personas. Regulan el flujo del agua, retienen en sus hojas y corteza polvo y suciedad del aire, mejoran la calidad de vida y ayudan a la adaptación del cambio climático. En esta ciudad en nada de esto se piensa y parece que se han empeñado en desertizar Badajoz.

Ante las múltiples quejas de los vecinos que observan estas absurdas prácticas, el pasado otoño el alcalde, Ignacio Gragera, prometió el replanteo de los miles de árboles que diría faltan en la ciudad en todas sus barriadas. Lo normal que esta labor se hubiese realizado entre enero y febrero. Estamos a mediados de marzo y no he visto ni una sola reposición. ¿Para cuándo señor Gragera? Una barbaridad más de las muchas que se cometen en esta ciudad, nuevo borrón a la desastrosa labor municipal y una promesa más incumplida para la belleza (ironía) de Badajoz, a la que nunca conocí en un estado tan desastroso.