En arenas movedizas

El poder atrae y hay quienes aspiran a él y no lo dirán, pero empiezan a tomar posiciones. Las aguas empiezan a moverse. El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, ha sido el primero. Ya vendrán otros, pues lo único que este ha hecho es levantar la veda, aunque se ha colocado en la línea de salida

Felipe Gutiérrez Llerena

Martes, 27 de junio 2023, 07:28

Pasaron las elecciones del 28-M y de todo hubo, unos lograron más de lo esperado, en otros se instaló la decepción, pues se quedaron ... cortos o no llegaron, y otros, simplemente, fracasaron en sus reválidas. Algún caso especialmente me ha llamado la atención como el del que se atribuye el protagonismo y termina siendo como el capitán Araña, que embauca, anima a la lid y tras el fracaso siempre se queda al margen, y no como el viticultor que ha atendido su viña durante todo el año y espera coger cuévanos de uva de todas sus vides, pero algunas no dieron lo esperado atacadas por el mildiu y como en otras pintaban a filoxera decidió terminar con toda la viña. Este viticultor sabía que no podía andarse con chiquitas (Cs). Otros han preferido que la epidemia se extienda en forma de desanimo y fuga de ideas, pues de esto ha habido mucho. No se han ofrecido explicaciones ni han ejercido la crítica necesaria, pero han aplaudido, que es más fácil y además no pone a nadie en evidencia, sino que todo se deja a la mano y voluntad del líder, en este caso Sánchez, que sabe lo que a cada uno le conviene y a cada uno les dará su merecido, pues es quien contrata y de su decisión depende un buen empleo o tener en algunos casos como destino las listas del paro, y esto no es del agrado de nadie.

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El líder nunca se equivoca ni miente, a lo sumo, puede cambiar de opinión (Pedro Sánchez en la entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero el día 19), pero siempre en beneficio del pueblo. Nadie discute a Xi Jinping (China) ni nadie cuestiona a Kim Jong-un (Corea del Norte). Fracasó, pero antes que asumir la derrota y dimitir, aún sin tiempo para amontonar los cascotes y ripios de la casa o averiguar las causas del derrumbe convocó elecciones generales para el día 23 de julio cuando el sol se cae a cachos y muchos estarán de vacaciones. Piensa que los hados le serán más propicios. Nunca se sabe si acertará, pero intencionalidad no le falta, aunque otras puedan ser las motivaciones como no aceptar que los suyos le pidieran explicaciones, que habría sido lógico. Así se hace en toda empresa sin necesidad de llegar a la acritud. A lo sumo se cesa al responsable que no ha logrado los objetivos.

La reunión, días después (31 de mayo), en el Senado con todos sus diputados y senadores para ser arengados como fieles acudieron a la llamada. Dudo si, en esta ocasión, se puso más de manifiesto el vasallaje que se tributaba a los señores o el homenaje como se hacía en la antigua Roma a los generales en sus momentos de triunfo, cuando en su desfile portaban las insignias de los caudillos derrotados y pueblos saqueados y los esclavos como botín de guerra. Aquí fue con ocasión de una derrota en cabeza ajena y no se pudieron mostrar trofeos. No los hubo.

De Cornelio Publio Escipión Emiliano, se dice, que tan solo 50 numantinos llevó a Roma, pues los demás murieron en la defensa de su ciudad, Numancia, o se suicidaron junto a sus familias. Nadie pide en la actualidad que se emule a los numantinos del año 133 a. C., pero sí honorabilidad y responsabilidad. Por lo que hemos podido ver por la escasa información que nos ha llegado, los más próximos, cual cohorte pretoriana han tomado posiciones de salida, pues fuera hace siempre más frío o calor, según la estación, y las posibilidades de lograr escaño más escasas, amén de que la erótica del poder siempre sea un plus.

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Pero la crítica siempre se abrirá paso. Ya hay quien cuestiona la oportunidad o no de la presentación de Guillermo Fernández Vara (HOY, 23/06/2023). Vara la noche de las elecciones asumió responsabilidades, aunque en el número de votos había ganado las elecciones, pero en el juego de alianzas no podría, en principio, revalidar el poder que detentaba. Anunció la vuelta a su profesión, porque en este caso él si tiene profesión. Horas después, siguiendo el consejo, petición, mandato, oportunidad o sugerencia del secretario general, que le había llevado al altar se desdecía y levantaba con ganas de volver, pero, tal vez, sin la convicción suficiente: ¡Ahora yo!

El poder atrae y hay quienes aspiran a él y no lo dirán, pero empiezan a tomar posiciones. Las aguas empiezan a moverse. El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, ha sido el primero. Ya vendrán otros, pues lo único que este ha hecho es levantar la veda, aunque se ha colocado en la línea de salida. Como no tardarán en levantarla en el PP, si María Guardiola no encuentra salida a la crisis de gobernabilidad de la Junta de Extremadura, cuando todos sabemos que no tiene más alternativa numérica que pactando con Vox. ¿A cambio de qué? ¡Ah!

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Las palabras gruesas, las descalificaciones con quien estás necesariamente obligado a entenderte, si, verdaderamente quieres gobernar, no tienen cabida y lo mínimo que se exige es no molestar. El trazo grueso no todos están obligados a entenderlo de igual forma. El temple del político también debe manifestarse en la negociación y en el acuerdo. Tal vez la distancia esté más en las formas, las de María Guardiola no distorsionarían en la coalición del Gobierno actual, más que en los principios, pero no sabemos si dice lo que piensa o piensa lo que dice. Dentro de unos días lo sabremos. Lo que sí, me parece, es que entre los electores del PP y Vox no hay tanta distancia, como la expresada por la señora Guardiola, en los dirigentes tal vez. Estas actitudes pueden provocar el rechazo de la otra parte (Vox), aunque también tengan aspiraciones de poder y entre las salidas están la estampida, el salga el sol por Antequera o un acuerdo 'in extremis', pues de lo contrario las urnas tendrían de nuevo la palabra, pero las urnas como las armas puede cargarlas el diablo y no siempre las segundas partes fueron buenas (Cervantes).

La pelota está en el tejado y el partido, a mi entender, ha empezado mal para quienes se presentaron como ganadores, pues no controlan la Asamblea regional, no ya por su significado, que es importante, sino porque no controlan los tiempos, el orden del día de las sesiones ni la dinámica.

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La política no es juego de niños, es algo más que el arte de lo posible (Cánovas), pues se derivan consecuencias para los ciudadanos, que quieren ser gobernados en justicia, paz y equidad. Y no todos los días votando.

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