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Roger Torrent (i) y Quim Torra. AFP

Torra llama a la unidad antes de la Diada para encarar la fase final del 'procés'

Cataluña celebra la Diada en un clima de doble división entre los soberanistas y los constitucionalistas

Cristian Reino

Barcelona

Martes, 10 de septiembre 2019

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Cataluña celebra este miércoles la Diada del 11-S, marcada por la división independentista. La manifestación que la ANC y Ómnium han convocado para esta tarde vuelve a medir la capacidad de movilización del movimiento siete años después de la primera gran protesta de 2012 y a las puertas de conocerse la sentencia del Supremo contra los líderes del 'procés', que ya se sitúa como un antes y un después. En la víspera de la Diada, el presidente de la Generalitat de Cataluña llamó este martes a la ciudadanía a movilizarse a favor de la «democracia y la libertad». En un clima de enfrentamiento entre los soberanistas, Torra apeló a la unidad para afrontar la fase final del 'procés'. Ya lo advirtió en Madrid la semana pasada: si hay sentencia condenatoria, pondrá rumbo directo hacia la independencia, una amenaza que de momento solo es retórica y para la que no cuenta con el apoyo ni de sus socios ni de la mayoría de la población, pero que implica que el otoño será de nuevo intenso.

«Si todavía no somos libres, es porque aún no hemos terminado el camino», afirmó en un discurso emitido por TV3 en 'prime time'. Pidió determinación, tenacidad y persistencia a los catalanes en la «lucha» por la libertad y advirtió que si a Cataluña se le niega el derecho de autodeterminación, lo «volverá a ejercer», como en el 1-O. Hasta las últimas consecuencias, avisó. El presidente de la Generalitat y buena parte de su Gobierno participarán en la manifestación organizada por la ANC y Ómnium. La protesta de las entidades secesionistas se ha convertido ya en el termómetro que toma la temperatura al movimiento, que se encuentra, según admitieron este martes Oriol Junqueras (ERC) y Anna Gabriel (CUP), «confuso» y «desconcertado».

No es para menos. El militante de base asiste atónito a los acontecimientos. Años atrás acudía a las Diadas porque se le decía que la independencia estaba al caer y que, con una gran movilización social, Cataluña podría romper sus cadenas. Después de una consulta soberanista, unas elecciones 'plebiscitarias', un referéndum y una declaración de la república, Cataluña sigue siendo una comunidad autónoma.

Con el agravante para el sufrido simpatizante soberanista -que este miércoles se vestirá de azul y hasta llevará un casco amarillo, como en Hong Kong- de que aquellos que no le dijeron toda la verdad están inmersos en una guerra civil de consecuencias aún imprevisibles. Sin embargo, el hecho de que nueve dirigentes soberanistas estén en prisión mantiene el pulso de la calle. La ANC contabilizó ayer 400.000 inscritos y cerca de mil autobuses, con el objetivo de alcanzar el millón de participantes que supondría mantener el ritmo de las dos anteriores diadas.

Ensayo general

Torra llamó en su discurso a la movilización. El presidente de la Generalitat sitúa la protesta del 11-S como el ensayo general de la respuesta que el independentismo pretende dar a la sentencia del Supremo contra los líderes del 'procés'. La respuesta es una de las causas por las que JxCat y ERC no se entienden. En vísperas de la Diada, los dos principales actores del secesionismo volvieron a exhibir sus diferencias.

Así, mientras Oriol Junqueras apostó por el adelanto electoral como réplica al Supremo, Carles Puigdemont, desde Bruselas, advirtió de que el anticipo debilitaría las instituciones. A nivel nacional, en cambio, ERC no quiere elecciones y JxCat prefiere que encalle la actual legislatura. Los dos principales actores del independentismo libran una lucha por el poder y por imponer la estrategia a seguir ahora. Esquerra apuesta por ampliar la base y ya no quiere hacer seguidismo de Puigdemont. Este, en cambio, aboga por mantener la vía unilateral.

Torra tuvo que suspender ayer los actos institucionales de la Diada, que acostumbran a celebrarse la víspera en la plaza Sant Jaume por el mal tiempo. Los actos se han trasladado a la tarde de hoy. Unos actos oficiales dedicados a reivindicar la «libertad de los presos políticos y exiliados», a la que no acudirá Ciudadanos, el PSC y el PP. Los comunes sí acudirán, pero en cambio no irán a la manifestación pues la consideran excluyente.

División institucional, por un lado, y en el secesionismo, por otro. La ruptura será palpable en los diferentes actos de la Diada. La ANC y Ómnium organizan juntos la gran manifestación de la tarde, pero por la mañana, cada uno ha organizado sus actos previos, para marcar distancias. En paralelo, los sectores más radicales han convocado una protesta en el entorno de la Cámara catalana. El objetivo es rodear el Parlament.

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