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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?

¿La suerte está echada?

Confiemos en que haya un alto índice de participación y que las elecciones transcurran en un ambiente de tranquilidad y sosiego. Y lo escribo pensando especialmente en quienes hasta ahora no pierden ocasión de airear en la calle sus afanes independentistas por medios no precisamente pacíficos

TERESIANO RODRÍGUEZ NÚÑEZ

Sábado, 27 de abril 2019, 00:19

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Cuando lo que escribo llegue a mano de los lectores estaremos en la jornada de reflexión de estas nuevas elecciones generales. Hasta hoy se ha desarrollado la campaña electoral, en la que los diferentes partidos políticos han tratado de convencernos de que la oferta política que contiene su programa es la mejor para España y los españoles en los próximos cuatro años. Durante un mes, los diferentes partidos que concurren a las elecciones nos han 'atacado' por tierra, mar y aire, es decir, usando todos los medios de comunicación a su alcance para convencernos de ello.

¿Podemos decir entonces que 'la suerte está echada', como otro Julio César decidido a cruzar el Rubicón? Evidentemente... creo que no. Por eso he puesto en el titular un interrogante, que implica una duda ante lo que bien podemos llamar 'hora de la verdad'. Hoy, día de reflexión, el trabajo es nuestro, de los electores: un trabajo importante, cual es analizar la oferta política de cada partido, a ser posible más allá de un par de debates públicos, así como la confianza que nos merecen quienes los representan. Con ese bagaje llegaremos mañana a las urnas, para introducir la papeleta correspondiente al partido elegido: esa será realmente 'la hora de la verdad', pues el partido más votado tendrá el encargo y la responsabilidad de gobernar durante los próximos cuatro años.

Bien sé que, dicho así, todo parece sencillo. Pero no lo es tanto. Porque todos tratan de 'vender' su mensaje, que es tanto como decir su 'oferta política' como lo más de lo más, el programa que nos conducirá al bienestar y la felicidad. Incluso hoy mismo, jornada de reflexión, en la que cesa el ruido partidista y se nos invita a pensar, no faltarán los que traten de colar sus verdades, medias verdades o auténticas mentiras, tratando de llevar el agua a su molino. Hace sólo unos días se reunía en Albacete la FAPE (Federación de Asociaciones de la Prensa de España) y hacía un llamamiento sobre el peligro de que en días como éste circulen por las redes sociales las 'fake news', medias verdades o mentiras gordas como puños disfrazadas de verdad. Esa posible mezcla, que hoy puede circular sin control por las redes sociales, resulta en ocasiones una mezcla explosiva, que es lo que se trata de evitar. Más allá y por encima de semejante peligro entra en juego la libertad y la responsabilidad de cada ciudadano con derecho a voto, sin olvidar que a cada derecho siempre corresponde también un deber. En resumen, piénsese hoy lo que se debe hacer mañana, que por eso y para eso se llama esta víspera de elecciones jornada de reflexión.

No creo equivocarme si digo que somos muy dados a mirarnos el ombligo, a pensar en lo que directamente nos afecta, olvidándonos de lo que afecte a los demás. Y cuando digo «somos», no me refiero sólo a los extremeños, sino a los españoles en general. Es lógico que nos preocupemos primero de lo que nos toca más de cerca y en cómo un nuevo gobierno de España encarará problemas que afecten más directamente a Extremadura. Problemas algunos importantes y que vienen arrastrados desde hace tiempo, sin que hasta ahora hayan tenido solución. ¿O es que el problema de las comunicaciones, o del ferrocarril por ser más concreto, no es un tema de España, que se convierte en problema cuando de Extremadura se trata y en él llevamos 30 años? Y lo mismo podríamos decir de los niveles de desarrollo, del agrarismo productivo frente a la escasa industrialización, del paro, de la despoblación y de otros varios. Claro que poner el acento en aquellos aspectos o problemas que más directamente afectan a una región no tiene por qué implicar desapego y menos tensiones con otras regiones más desarrolladas.

Hoy, sí, se nos pide a los españoles reflexionar sobre lo que podemos y debemos hacer mañana, decidir con nuestro voto quiénes de entre las diferentes candidaturas queremos que gobiernen España durante los próximos cuatro años. Y gobernar implica proporcionar a todos los españoles el mayor bienestar posible, comenzando por lo básico, como es la corrección de aquellas carencias en servicios que se consideran esenciales para el llamado 'Estado de Bienestar': como las comunicaciones, por ejemplo, algo que en Extremadura se viene pidiendo a gritos desde hace años y que se ha acometido, pero se lleva a paso de tortuga, a juzgar por los años que se están necesitando para llevarlo a cabo...

Ya los políticos hicieron públicos sus programas. Hoy corresponde a los ciudadanos analizar y reflexionar sobre las ofertas de cada uno de los partidos y la credibilidad que le merecen sus líderes. Y mañana será el momento de ratificar con su voto aquella opción que más les haya convencido. Confiemos en que haya un alto índice de participación y que las elecciones transcurran en un ambiente de tranquilidad y sosiego: ello dará la medida de la salud democrática de nuestro sistema político en los momentos actuales. Y lo escribo pensando especialmente en quienes hasta ahora no pierden ocasión de airear en la calle sus afanes independentistas por medios no precisamente pacíficos, como ocurre con un sector de Cataluña. Esperemos que, al menos, esta vez dejen que el resto de los españoles, incluidos los catalanes, faltaría más, tengamos la fiesta en paz.

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