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María y Gabriel, los padres de Amiel y Rachel, los niños hallados muertos es Godella, Valencia, junto a sus hijos. LP

Los Servicios Sociales y la Policía acudieron dos veces a la casa de los niños asesinados en Valencia

La llamada al 112 de un familiar alertó a los agentes, que comprobaron que los progenitores y los menores estaban «en buenas condiciones»

VANESA HERNÁNDEZ y JAVIER MARTÍNEZ

Valencia

Viernes, 15 de marzo 2019, 10:08

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La localidad valenciana de Godella se ha levantado este viernes afligida e indignada. Afligida por la noticia de los dos menores asesinados y sepultados, y frustrada al enterarse de las condiciones insalubres que padecían diariamente. «¿Dónde diablos estaban los Servicios Sociales?«, ha señalado una de las vecinas de Godella frente al Ayuntamiento.

Decenas de personas se han concentrado alrededor del Consistorio para guardar dos minutos de silencio. Sin embargo, tras este acto, continuaban las hipótesis entre los asistentes respecto a la asistencia social.

En este sentido, la alcaldesa de Godella, Eva Sanchís ha subrayado que el seguimiento de este caso comenzó en febrero de 2016 cuando los Servicios Sociales intervinieron por un «conflicto de convivencia vecinal» a petición del Juzgado número 2 de Paterna. Sin embargo, ese mismo año se decide archivar el expediente del caso después de «contrastar que la unidad familiar abandona el municipio». No fue hasta el lunes pasado cuando, después de una llamada de los abuelos a la Policía Local de Godella, dos patrullas de Godella y Rocafort se desplazaron al domicilio donde se comprueba que se trata de un conflicto sentimental y que «tanto los progenitores como los menores se encuentran en buenas condiciones«, según fuentes de la investigación.

Los vecinos de Godella guardan un minuto de silencio.
Los vecinos de Godella guardan un minuto de silencio. LP

Los familiares de la pareja fueron los que volvieron a dar el aviso a Protección del Menor para que los Servicios Sociales actuaran. En total, tres intervenciones que no consiguieron evitar este desolador desenlace.

Asimismo, el miércoles, los miembros de Servicios Sociales se coordinaron, además de con la Policía Local, con el centro escolar del hijo mayor -San Sebastián de Rocafort- y el Centro de Salud de Godella para continuar el seguimiento. Pero, tras ver las condiciones de la vivienda, comprobar que el menor no acudía al Centro desde hace semanas y el estado psicológico de los padres... ¿Por qué no actuaron?

Desde el Ayuntamiento, no han querido valorar la actuación de Servicios Sociales y han destacado que es la Delegación de Gobierno quién está coordinando el caso. «Nosotros no vamos a dar más declaraciones al respecto» ha concluido la alcaldesa. En este sentido, según fuentes de la investigación, los progenitores siguen sin realizar la «confesión autoinculpatoria».

Por otra parte, según fuentes municipales, al consultar los registros del padrón municipal no existe constancia de que los miembros de la unidad familiar hayan figurado empadronados en el municipio de Godella. Sin embargo, se encontraba en trámite una solicitud de empadronamiento presentada por registro de entrada.

El municipio, que ha decretado tres días de luto, anulará los actos falleros previstos estos días, según la alcaldesa.

«Estan todos muertos»

«Están todos muertos», afirmó Gabriel cuando la Guardia Civil le preguntó dónde estaban sus hijos y su mujer. La terrible frase la pronunció el hombre con la voz entrecortada cuando dos agentes acudieron a la casa en ruinas de Godella donde malvive una pareja con sus dos hijos, un bebé de cuatro meses y una niña de cuatro años, desde hace dos años entre las urbanizaciones de Campolivar y Santa Bárbara.

Eran las siete y media de la mañana. Pocos minutos después, un amplio operativo policial comenzó para buscar a los dos menores y a su madre en esta zona de campos abandonados en el término de Godella y en otros municipios de la comarca de l'Horta.

Un perro adiestrado de la Guardia Civil encontró a la mujer sobre las 13.00 horas. La joven estaba aturdida dentro de un bidón de plástico de grandes dimensiones, pero los niños no estaban con ella. La angustiosa búsqueda de los menores continuó hasta las 19.30 horas, cuando los investigadores del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia lograron convencer a la madre para que les llevara hasta el lugar donde estaban sus hijos. Como sospechaban que los pequeños se encontraban muy cerca de la caseta de campo, los guardias civiles que asumieron la investigación del caso trasladaron a la mujer al lugar y ella se derrumbó. Era la principal sospechosa de dos infanticidios. La joven no había colaborado tras ser interrogada en el cuartel de Moncada, pero al final confesó e indicó a los agentes dónde había enterrado los cuerpos. Tras retirar la tierra con cuidado, los guardias civiles comprobaron la poco profundidad de las dos fosas. El macabro hallazgo dejó a los investigadores sumidos en una profunda tristeza. Los pequeños presentaban golpes en la cabeza, según una primera estimación del forense.

La casa donde vivía la familia.
La casa donde vivía la familia. LP

Más de un centenar de efectivos habían participado durante cerca de 12 horas en el dispositivo de búsqueda de los niños. Sus esfuerzos habían sido en vano. La trágica noticia del hallazgo de los cadáveres se difundió por grupos de WhatsApp, algunos de ellos utilizados por policías y guardias civiles para coordinarse y compartir información sobre el caso.

La desaparición en extrañas circunstancias de los niños, sin que sus padres aportaran datos sobre su paradero, movilizó a un gran número de patrullas de la Guardia Civil para rastrear pozos, acequias, piscinas y caminos en los términos de Godella, Moncada y Rocafort, con el apoyo también de policías locales y bomberos de la Diputación.

En esos primeros minutos de angustiosa búsqueda, todos los esfuerzos de los agentes se centraron en localizar cualquier rastro de los pequeños o pista que permitiera encontrarlos con vida. Miembros de Protección Civil, guías caninos con perros adiestrados y un helicóptero del instituto armado también se unieron al dispositivo policial a lo largo del día.

El operativo de búsqueda comenzó sobre las ocho de la mañana poco después de que un vecino llamara al 112 porque había visto cómo un individuo, que estaba ensangrentado y desnudo, salía de una casa de campo en ruinas y corría detrás de una mujer en Godella. Tras el preocupante aviso, varias patrullas de la Guardia Civil acudieron al lugar indicado por el testigo: una casa donde reside un matrimonio con problemas mentales, Gabriel y María, y sus dos hijos de corta edad.

Pero la mujer y los dos niños no se encontraban en el lugar. El hombre tenía sangre en su cuerpo y daba vagas explicaciones sobre el paradero de su mujer y los menores. Tras afirmar que estaban muertos, luego dijo que su esposa se había sumergido en el agua de una piscina para reencarnase en su hijos.

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