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Reforma hipotecaria

Los partidos están obligados a realizar un esfuerzo de consenso para encauzar sus diferencias en una cuestión tan sensible

Domingo, 11 de noviembre 2018, 00:13

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La tramitación de la reforma de la ley hipotecaria en el Senado por la vía de urgencia permitirá adaptar, por fin, la normativa española a la directiva europea sobre protección de los derechos de los consumidores en los contratos inmobiliarios dictada en 2014. Los dos años que el Gobierno tenía para dar ese paso han sido rebasados con holgura, lo que se traducirá en una multa millonaria de la Unión Europea, que ya supera los 100 millones y que ni el Ejecutivo anterior de Mariano Rajoy ni el actual de Pedro Sánchez han podido parar. Son 106.000 euros diarios de penalización por el retraso. La actualización de la norma, que de estar ya en vigor habría impedido la crisis desatada por la zigzagueante jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre quién debe pagar el impuesto de las hipotecas, está llamada a determinar con claridad cómo se reparten los gastos iniciales de esos préstamos entre los bancos y sus clientes, aunque hay dudas entre los partidos: PP, PSOE y Ciudadanos quieren que sean repartidos y Unidos Podemos –que ayer convocó con poco éxito a la población a manifestarse frente a las sedes judiciales por el fallo del Tribunal Supremo sobre el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD)– prefiere que lo asuman por completo las entidades bancarias. Ello beneficiará la seguridad jurídica y tendría que frenar la avalancha de recursos sobre esta materia que ha colapsado los tribunales, que hasta ahora han emitido sentencias muy dispares al respecto. Los partidos están obligados a realizar un esfuerzo de consenso para encauzar sus diferencias en una cuestión tan sensible, y aprobar una ley que aporte estabilidad al sector y mejore las garantías de los consumidores que, al final, son los grandes perjudicados por las lagunas legales en asuntos tan sensibles como las hipotecas, que suponen, en la gran mayoría de los casos, una inversión de por vida.

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