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Casado conversa con Maroto en el comité ejecutivo del PP reunido tras las elecciones del 26 de mayo. EFE
El PP baraja cambios en su cúpula nacional para reforzar la coordinación con los territorios

El PP baraja cambios en su cúpula nacional para reforzar la coordinación con los territorios

La actualización de las direcciones de Congreso y Senado se dará a conocer en una junta directiva en julio que ponga a punto el partido

Nuria Vega

Madrid

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Domingo, 23 de junio 2019, 00:28

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Es tiempo de cambios. Encauzados, al menos, los pactos de gobierno en las comunidades autónomas, el equipo de Pablo Casado ha abierto una reflexión sobre cómo remodelar la cúpula nacional del PP y actualizar la dirección de los grupos en el Congreso y el Senado. Fuentes de la formación conservadora sostienen que para poner a punto un partido que aspira a recuperar la Moncloa y el poder autonómico perdido en los últimos años, no sólo es preciso acertar con los nombres de quienes ejercerán las portavocías parlamentarias y en Génova, sino también engrasar las estructuras y reforzar, sobre todo, «la coordinación con los territorios».

Se buscan perfiles con «experiencia» y conocimiento interno del PP, de manera que el partido armonice nuevos fichajes y veteranía. Hasta julio, en principio, habría tiempo para abordar el proceso con relativa calma. La previsión que maneja el entorno de Casado es convocar el mes que viene un encuentro de la Junta Directiva Nacional en el que se conozcan los cambios orgánicos y se avalen los acuerdos postelectorales. Todo está abierto, desde movimientos de fichas hasta modificación del organigrama.

Fuentes del PP creen que, si se trata de fortalecer los cauces de comunicación con las direcciones regionales para trabajar de manera más estrecha, el área que podría experimentar una mayor transformación o renovación sería Organización, donde un equipo de los llamados fontaneros trabaja bajos los mandos de Javier Maroto. Creen que los resultados electorales aconsejan ponerse manos a la obra. «Necesitamos -apunta un representante de la formación- un partido muy fuerte y muy cohesionado».

En realidad, hace tiempo que dirigentes territoriales y provinciales del PP reclaman mejorar la «complicidad», ser escuchados, que se tenga en cuenta que la columna vertebral de la organización son sus estructuras autonómicas. Así que, de momento, y a la espera de que se confirmen los planes de Casado, la reflexión les satisface. También añaden que convendría sumar nuevos efectivos a la cúpula y «ampliar» el núcleo de los colaboradores del presidente, de manera que queden reflejadas todas las sensibilidades de la formación.

Las voces de la oposición

Otra área a estudiar es la comunicación. En el último almuerzo entre Casado y los barones del PP, fue Alberto Núñez Feijóo quien, según algunos de los presentes, recomendó a su jefe de filas pensar detenidamente el nombre, sobre todo, del portavoz en el Congreso. Una pieza importante, a su juicio, para ir recuperando terreno desde la oposición hasta las próximas elecciones generales, aunque sea el líder del partido quien tome la palabra en las sesiones de control y debates parlamentarios de más alto contenido político.

Cargos territoriales han mostrado desde entonces su desacuerdo con que la elegida para desempeñar esa tarea pueda ser la única diputada del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. Recuerdan su trayectoria crítica con el proyecto de Mariano Rajoy y alertan sobre los riesgos de su sintonía con el discurso de la fundación de José María Aznar, FAES, cuando el partido se desplomó hasta los 66 escaños en las elecciones generales tras «derechizar», insisten, su mensaje.

En Génova, en todo caso, replican que sólo el presidente «sabe lo que tiene en la cabeza», pero en ningún caso descartan a Álvarez de Toledo, de la confianza de Casado. Fuentes del PP contemplan que el equipo de dirección se sienta reforzado por haber logrado conservar vía pactos las plazas más simbólicas y haber recuperado el Ayuntamiento de Madrid. Pero subrayan que el partido ha perdido el Gobierno de La Rioja, que no ha logrado una buena marca en las elecciones y que designar ahora a quien no genera consenso interno sería un «mal mensaje».

Otros nombres, como el de Cuca Gamarra, suenan en los corrillos del PP para hacerse cargo de la portavocía del Congreso. Del mismo modo, se apunta a Ana Beltrán, Belén Hoyo o Pablo Montesinos como posibles candidatos para tareas de responsabilidad en esta etapa tras recibir el aval de las urnas. En la dirección llaman, en todo caso, a no especular y piden paciencia hasta que los gobiernos regionales estén constituidos. También sigue en el aire quién será la cabeza visible del grupo en la Cámara alta, donde, por ahora, continúa Ignacio Cosidó, aunque el listado de senadores sólo estará cerrado cuando los parlamentos autonómicos designen a sus representantes.

'Una persona, un cargo', ante la escasez de puestos

La pronunciada caída electoral ha dejado al PP con menos plazas laborales que repartir. De ahí que la filosofía que estudian sea la de optimizar sus recursos y reducir el número de tareas que acumula un mismo dirigente. En resumen, sería retornar a la máxima de 'una persona, un cargo', aunque la norma no tiene por qué ser estricta ni servir para todos.

Los populares ponen como ejemplo el caso de Andrea Levy, actual vicesecretaria de Estudios y Programas, que ahora pasará a ocuparse de la concejalía de Cultura, Deporte y Turismo en el Ayuntamiento de Madrid. El compromiso que exige el nuevo destino, argumentan fuentes de la formación, podría aconsejar su relevo en Génova.

Los resultados de las elecciones también se tendrán en cuenta para asignar tareas en esta fase y actualizar los equipos teniendo en cuenta a aquellos que han obtenido el respaldo ciudadano.

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