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ATLAS ESPAÑA
Miércoles, 16 de enero 2019, 07:56
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El pocero que hizo la prospección asegura que tapó el pozo con una piedra encajada en la boca, así lo ha declarado dos veces ante la Guardia Civil. Pero cree que alguien la pudo retirar. Si la piedra se podía quitar, dicen los expertos, eso no es un buen sellado. Sellar un pozo significa rellenarlo de nuevo hasta el fondo. La ley de aguas de Andalucía obliga a enterrar los pozos abandonados, los que no se van a usar, como es el caso del de Totalán. No hacerlo es una infracción grave castigada con sanciones de entre seis mil y trescientos mil euros. Tampoco se le había comunicado a la junta la ejecución del pozo, como también obliga la ley. Sin infracciones frecuentes y a la vez difíciles de controlar.
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